El titular de la Procuraduría  General de la República  precisó que integrantes de la banda delictiva Guerreros Unidos, dijeron que habían recibido a un amplio grupo de personas mientras declaraban sobre el destino de los estudiantes.     Reuters Autoridades mexicanas detuvieron el lunes a cuatro personas que confesaron haber participado directamente en la desaparición forzada de decenas de estudiantes hace un mes en el sur de México, un caso que ha conmocionado al país y ha levantado críticas sobre la estrategia de seguridad del Gobierno. El titular de la Procuraduría  General de la República (PGR), Jesús Murillo, precisó que dos de los detenidos, todos presuntos integrantes de la banda delictiva Guerreros Unidos, dijeron que habían recibido a “un amplio grupo de personas y en este momento declaran sobre su destino”, en un suceso ocurrido en el violento estado Guerrero, donde 43 estudiantes de la Normal de  Ayotzinapa. “Hoy tenemos las primeras detenciones que se hacen de quienes han confesado y participaron la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 ya en la desaparición y destino de este amplio grupo de personas … Hoy tenemos ya a quienes operaron la desaparición de estos jóvenes”, dijo Murillo en un breve mensaje a la prensa. Los otros dos detenidos habrían participado como halcones (vigilantes) de los hechos, agregó Murillo respecto a la desaparición de los 43 estudiantes de magisterio que fueron secuestrados el 26 de septiembre por policías municipales coludidos con miembros de la banda, tras una manifestación en la ciudad de Iguala. Algunas autoridades temen que los jóvenes hayan sido masacrados. El procurador agregó que está previsto llevar el martes a un grupo de periodistas al paraje donde se presume se consumaron hechos relacionados con la desaparición, y que peritos de la fiscalía “buscan evidencias para corroborar el dicho de los detenidos” junto con antropólogos argentinos. “Toda la fuerza del Estado mexicano está trabajando en este momento para corroborar la versión de los que están declarando, pero también mantenemos y continuamos en la búsqueda, en caso que no se diera la corroboración, de los jóvenes y también de los responsables que ya han sido identificados”, agregó. Murillo dijo la semana pasada que el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda, formaron parte del grupo de los autores intelectuales que propiciaron la desaparición de los normalistas. La pareja, que está prófuga y operaba en complicidad con Guerreros Unidos, ordenó el 26 de septiembre frenar a los estudiantes que viajaban por una carretera rumbo a Iguala tras haber tomado autobuses para recolectar dinero para la escuela rural de magisterio donde estudiaban. La Procuraduría General de la República (PGR) libró una orden de aprehensión contra Abarca y su esposa, y los jefes de las policías de Iguala y Cocula, otra ciudad del estado. Guerreros Unidos es una de las varias bandas del crimen organizado en que se dividió el otrora poderoso cártel de los Beltrán Leyva, cuyo líder Arturo Beltrán Leyva murió en un enfrentamiento con marinos en diciembre de 2009. La desaparición de los jóvenes llevó a que la semana pasada el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, pidiera licencia para separarse del cargo. El domingo, el Congreso estatal nombró a un jefe de estado sustituto.

 

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