Reuters.- Tres grupos de reflexión presentarán el lunes una propuesta para evitar una inminente crisis de pagos y ayudar a países fuertemente endeudados a acelerar la transición hacia un crecimiento más sostenible y una economía con bajas emisiones de carbono, mientras se recuperan de la pandemia del Covid-19.

La propuesta “Alivio de la deuda para una recuperación verde e inclusiva” sigue el modelo de los llamados bonos Brady emitidos por países latinoamericanos a finales de la década de 1980, que permitieron a bancos comerciales canjear sus créditos a países en desarrollo por instrumentos negociables y sacar deuda de sus balances.

El plan, elaborado por el Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston, la Fundación Heinrich Boell y el Centro de Finanzas Sostenibles de la Universidad SOAS de Londres, pide que el Grupo de las 20 principales economías establezca un nuevo mecanismo mundial que garantice nuevos bonos que puedan ser canjeados por acreedores privados por deuda antigua con un importante recorte.

La pandemia de coronavirus y las consecuencias económicas asociadas han exacerbado los elevados niveles de deuda de muchos países de rentas baja y media, dificultando su capacidad para responder a las crisis sanitaria y económica y para blindar sus economías.

Hasta ahora, la respuesta del G20 se ha centrado en los países más pobres, dejando fuera a 22 de los 72 países que se consideran en alto riesgo de endeudamiento. Y los acreedores del sector privado en general no se han sumado a la congelación de los pagos del servicio de la deuda del G20 ni al marco común más amplio para su tratamiento.

Los niveles de deuda han seguido aumentando en los mercados emergentes, alcanzando un récord de más de 86 billones de dólares en el primer trimestre, según el Instituto de Finanzas Internacionales.

Aunque las principales economías están usando los fondos de estímulo de Covid-19 para iniciar un giro ecológico, ha resultado difícil conjugar la necesidad urgente de aliviar la deuda con el impulso de convertir las economías en más ecológicas, especialmente en el caso de las economías centradas en los recursos naturales.

“El G20 debe ser audaz y actuar ahora. La experiencia del pasado nos dice que retrasar la respuesta a las crisis de la deuda conduce a peores resultados y a mayores costos tanto para los deudores como para los acreedores”, afirman los grupos en su informe.

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Los grupos instaron a los responsables de finanzas del G20, que se reunirán el 9 y 10 de julio, a ampliar el marco de tratamiento de la deuda para incluir a países de renta media, y a respaldar mejoras del tipo Brady para bonos que se canjeen por deuda antigua, pero con amortizaciones significativas para garantizar la participación del sector privado.

El mecanismo de garantía debería ser supervisado por el Banco Mundial y el plan debería exigir a los países que reciban alivio de la deuda que alineen sus políticas con el acuerdo climático de París y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, según el informe.

Los países que no cumplan con el servicio de la deuda de los nuevos bonos verían liberada la garantía en beneficio de los acreedores privados, y el país tendría que reembolsar el impago al mecanismo de garantía, añadió.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial también deberían llevar a cabo análisis de sostenibilidad de la deuda mejorados que tengan en cuenta los riesgos climáticos y las necesidades de gasto para reforzar la resistencia al clima, y condicionar sus programas a un proceso de reestructuración que incluya a los acreedores privados. 

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