La lucha contra la corrupción que emprende el presidente Andrés Manuel López Obrador en México es una inspiración para los progresistas de América Latina, ya que es un importante catalizador para combatir las brechas de desigualdad y pobreza en la región.

Así lo consideró Marco Enríquez-Ominami, excandidato presidencial en Chile y coordinador del Grupo de Puebla, el cual tuvo su séptimo encuentro presencial en la Ciudad de México para definir un modelo de desarrollo solidario para América.

Por ejemplo, reconoció que el gobierno lopezobradorista logró incrementar en 2020 la recaudación de impuestos, aun con la emergencia sanitaria del Covid-19, en gran medida por no permitir la evasión fiscal.

“México es una inspiración porque la corrupción no es aceptable. Y el modelo que impone eso, como progresista, en el centro de su compromiso (es un ejemplo); si no me equivoco, en pandemia logró recaudar sin reforma tributaria”, sostuvo Enríquez-Ominami en entrevista con Forbes México.

“El tamaño de la corrupción pareciera ser gigantesco y creo que el progresismo en América Latina tiende a inspirarse en esta convicción del presidente López Obrador, como quizá el pilar del combate a la desigualdad y la corrupción”.

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Cuestionado sobre las voces opositores que ven en López Obrador y sus políticas un peligro para el desarrollo en México, el político sostuvo que los grupos de derecha sólo se valen de la desinformación para someter al miedo a la población.

“Cuando veo a Vox, cuando veo a José Antonio Kast (candidato chileno a la presidencia), creo que el lenguaje del progresismo en América Latina es terso, firme y sustantivo. A nosotros nos pasa por la cabeza recordarles que ellos pagan sus impuestos en paraísos fiscales, que no hay nada más corrupto que decirse nacionalista y escaparse”, reprochó.

El político chileno resaltó la vocación del gobierno mexicano que ha vuelto a mirar al sur y que ha puesto en su agenda exterior la unificación de la región.

En ese sentido, el excandidato presidencial encomió la propuesta mexicana de sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA) por un nuevo organismo que tenga como objetivo la no intervención en las decisiones de los pueblos.

“La OEA dio un golpe de Estado en Bolivia y no puede salir gratis, murió gente. Lo que ha hecho la diplomacia mexicana es un planteamiento robusto: hay que renovar eso”, comentó.

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Al respecto, Enríquez-Ominami dijo que el Grupo de Puebla estará cerca del proceso de negociaciones entre el gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y la oposición, a fin de que se logren acuerdos que motiven la estabilidad política y social.

Consideró que hay avances al interior de Venezuela y destacó que los progresistas agrupados en el Grupo de Puebla siempre serán un puente para lograr la unidad en ese país.

“Creo que Venezuela está en problemas, pero hay que estar cerca y no lejos. Por ejemplo, el Grupo de Lima se quedó sin Lima y todos sus intentos de interferencia y le fue mal. Claramente los países que reconocieron a Guaidó hicieron el ridículo porque están llamando a Maduro ahora, los mismos gobiernos que no lo reconocían a Maduro hoy lo llaman.

“El Grupo de Puebla lo ha dicho desde el principio, hay que acompañar el proceso venezolano y eso es lo que hemos hecho, ser un puente, estar cerca y no lejos”, sostuvo.

‘Pandemia reveló fracaso de neoliberalismo’

Marco Enríquez-Ominami, coordinador del Grupo de Puebla, consideró que la pandemia de Covid-19 reveló de manera cruda el fracaso que ha significado el modelo neoliberal para el desarrollo de las naciones.

Señaló que la atención a los enfermos y la aplicación de las vacunas para combatir al coronovaris fueron diseñadas bajo la premisa del mercantilismo antes que en la humanidad.

Hasta el día de hoy, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins, en el mundo han muerto por Covid-19 alrededor de 5 millones 224 mil 655 personas y se ha podido vacunar solo al 42% de la población mundial, es decir, 3 mil 333 millones 599 mil 17 personas.

“La afirmación de que para lograr la máxima felicidad y lograr el menor costo cayó, eso es una premisa del neoliberalismo, es cómo obtengo lo máximo al mínimo costo. Con la vacuna nadie se preguntó cuándo había que vacunar, comprar vacunas. La máxima vacunación al menor costo, se trató de implementar un gasto expansivo, universal”, dijo.

“Los ricos se vacunaron al igual que los pobres y eso está bien, el neoliberalismo fracasó durante la pandemia. La formula de la máxima felicidad al menor costo no funciona, es una realidad de la que se han dado cuenta los países de América Latina”, añadió Enríquez-Ominami.

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