En la medida que el Estado cumpla con su función de garantizar seguridad a las personas se evitará en gran medida el surgimiento de grupos de autodefensa. ¿Qué ha fallado?   Tema de profundo debate en México ha sido la presencia en algunas regiones del país de grupos de ciudadanos que se unen para realizar funciones que corresponden a las autoridades, como son las de brindar servicios de vigilancia, seguridad  y protección  de los habitantes de sus comunidades. Dichos grupos conocidos como ‘Guardias o Policías Comunitarias’, entre otras características, portan armas, en algunos casos uniformes o distintivos particulares y detienen presuntos delincuentes. El surgimiento de dichos grupos, desde el punto de vista de  líderes de opinión, se debe a que algunas de sus autoridades no han sido capaces de garantizar la seguridad pública a las poblaciones cuando el crimen organizado controla la vida social y económica. Durante la semana pasada de acuerdo a fuentes escritas, se encontraron en Michoacán los cuerpos de 3 presuntos policías comunitarios con impactos de bala y señales de tortura así como mensajes de advertencia junto a los cuerpos sin vida dejados por sus asesinos aparentemente miembros de la delincuencia organizada. Me llama mucho la atención el encontrar un portal activo en Internet del denominado Sistema de Seguridad y Justicia Comunitaria de la Costa Chica y Montaña de Guerrero, en el que se menciona que: “Uno de los principales factores del surgimiento del Sistema de Seguridad, Justicia y Reeducación Comunitaria fue la ineficiencia y la corrupción del sistema de seguridad pública del estado…”. También se hace referencia en dicho portal que: “La Policía Comunitaria se establece como un sistema de seguridad propio, donde cada comunidad elige un grupo de Policías Comunitarios, coordinados a nivel regional por el Comité Ejecutivo de la PC. Actualmente son más de 700 los policías Comunitarios que prestan servicio gratuitamente, protegiendo a una población de alrededor de 300 mil habitantes”. Me queda claro que este tipo de grupos actúa fuera del marco de la ley. De acuerdo a fuentes públicas, el Procurador General de la República de México ha mencionado acertadamente que cuando se habla de ciudadanos que se han armado para defenderse se rompe con cualquier  Estado de derecho moderno. Asimismo, el general colombiano Oscar Naranjo ha mencionado  que los grupos de civiles armados denominados autodefensas, son la puerta de entrada para el surgimiento de paraestados o estado paralelos, zonas donde se desconocen y usurpan las facultades que corresponden al gobierno. En este sentido la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala en su artículo 21, entre otros preceptos, que “…La seguridad pública es una función a cargo de la federación, el distrito federal, los estados y los municipios, que comprende la prevención de los delitos; la investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta constitución señala. La actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución…” En la Memoria del Congreso Internacional sobre “El uso de la fuerza pública en un Estado democrático de Derecho” publicada por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) en 2011,  Pedro Salazar Ugarte en su ponencia ‘Causas estructurales del problema de seguridad en México’ señala que: “…El Estado liberal clásico, que es el Estado constitucional contemporáneo, nos exige renunciar a la violencia privada a cambio de la administración estatal de justicia, para así ofrecer una protección a nuestros bienes fundamentales…El Estado tiene la obligación de brindar seguridad para que las personas no opten por mecanismos disgregativos…” En la medida que el Estado cumpla con su función de garantizar seguridad a las personas a través de, entre otros mecanismos, la profesionalización de las distintas corporaciones de policía en todos los órdenes de gobierno estando debidamente actualizadas, capacitadas, equipadas y que cubran todo el territorio nacional se evitará en gran medida el surgimiento de policías comunitarias, guardias blancas, protección privada, portación de armas para defensa personal, entre otros supuestos. José Francisco de San Martín, militar sudamericano cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de ArgentinaChile y el Perú dijo: “La seguridad de los pueblos a mi mando es el más sagrado de los deberes.” ¿Se siente usted seguro, estimado lector? Contacto: www.garciagibson-consultores.com [email protected] @garciagibson

 

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