Se sentía incómodo. Se le notaba. Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro trataba de ser contundente, pero los cuestionamientos de la prensa y la mirada inquisitiva del presidente apagaron su seguridad.

Que Andrés Manuel López Obrador se apersonara en la entidad queretana, días después de que Guillermo Gutiérrez Badillo, el ahora exsecretario privado del mandatario estatal apareciera en un video recibiendo dinero, presuntamente para entregar sobornos del caso Lozoya, parecía toda una señal de mando enviada desde el gobierno federal. Quizá lo fue.

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Esa visita de AMLO lució como si se hubiera tratado de una acción premeditada para darle ventaja al presidente de cara a su encuentro con los gobernadores de oposición, en cuanto a temas de corrupción.

Apenas en el inicio de la conferencia de prensa matutina, Domínguez fijó una postura, respecto al caso del hombre ‘en el que confié durante muchos años’. Le restó credibilidad al exdirector de ‘Pemex al llamarlo ‘delincuente confeso’. López Obrador sólo escuchaba, sereno, sin inmutarse.

“Lozoya ha aportado sólo sus dichos que valen lo mismo que su prestigio: nada. Sus acusaciones son de una bajeza política, de una campaña de ataques hacia mi persona”, atizó Domínguez.

Sin embargo, los reporteros fueron incisivos. Querían saber más acerca de la opinión del gobernador de Querétaro ante los actos realizados por Gutiérrez Badillo y que empañaron al Partido Acción Nacional. Le cuestionaron si los embates que dijo sufrir provienen desde el gobierno federal. Domínguez dudó, se le notó nervioso.

López Obrador trató de interceder. Llamó a guardar las formas, que ya habría otro momento para dar declaraciones al respecto. Por primera vez en varios días, el tabasqueño trató de desviar la atención sobre el tema de corrupción que se persigue actualmente, derivado de las denuncias de Lozoya Austin, quien funge como ‘testigo colaborador’ para la Fiscalía General de la República.

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Pero Francisco Domínguez se mantuvo firme de no ahondar más sobre el tema de su exsecretario privado. Guardó silencio el resto de la mañanera llevada a cabo en la tierra que gobierna. Mientras, la figura de López Obrador parecía agigantarse ante el panismo, hoy cimbrado.

 

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