Para celebrar nuestro quinto aniversario, buscamos a algunos de los empresarios más destacados del país para averiguar cómo es que hallaron su vocación.   Por la superación personal y económica Por Héctor Saúl Ovalle Favela / presidente del consejo de administración de Coconal Nací en la ciudad de Gómez Palacio, Durango, una ciudad que tenía apenas 60 años de vida, con una población, en aquel entonces, de 100,000 habitantes. Estudie el kínder, la primaria y la secundaria en el Instituto 18 de Marzo, la escuela de gobierno fundada 15 años antes. En esos años inició mi interés por ser emprendedor. Dentro de mis posibilidades, combiné los estudios con la venta de chicles en la calle y en los parques. Posteriormente nos construimos unos cajones de madera para bolear zapatos y nos íbamos a las cantinas y plazas a trabajar. Además, en la arena Olímpica, un centro de lucha y espectáculos, la hacíamos de “viene-viene” para ganarnos unos pesos. También fui mesero en las tardeadas de la escuela, en Gómez Palacio trabajé repartiendo periódicos desde las 6 de la mañana y, más tarde, apoyé a un tío en un negocio de abarrotes en el mercado central. A los 16 años, vine a la Ciudad de México con mi familia y me dediqué a estudiar. Me titulé como ingeniero civil en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Siempre estudié en escuelas de gobierno. Me motivaba la superación personal y económica. Vengo de una familia de recursos escasos. Mi padre, de Gómez Palacio, con estudios de primaria, fue oficinista ferrocarrilero. Trabajó desde los 15 años. Mi madre era del pueblo Santiago Papasquiaro, Durango. Fue una maestra normalista que estudió en Durango, Durango, y se fue a trabajar a Gómez Palacio, en donde conoció a mi padre. Mi primer trabajo formal fue en Grupo ICA (constructora en esos años de gran prestigio internacional) donde por 25 años escalé prácticamente en todos los niveles, inicié en obras por todo el país y llegué a ser miembro del Consejo de Administración y vicepresidente. Me retiré a los 48 años y comencé una nueva aventura en Coconal, empresa constructora, en la cual sigo después de casi 20 años. Actualmente soy presidente del Consejo de Administración y la llevé de facturar 200 millones de pesos (mdp) en 1998, a facturar 12,000 mdp en 2017. No somos la empresa más grande, pero sí la mejor. Tenemos licenciados en Ingeniería Civil, en Derecho, contadores públicos, ingenieros mecánicos, etcétera. Entre administrativos y obreros, somos 3,500 personas en la compañía, con capacitación continua y estudios técnicos especializados, de Administración de Empresas, fiscales, jurídicos, de medio ambiente, etcétera. Trabajamos con orgullo y entusiasmo, todos con un gran aspecto social; somos un gran aliado de nuestros clientes para conseguir y mejorar sus objetivos. Y, por último, somos una empresa 100% mexicana, orgullosamente.

 

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