La demanda externa de EU menor que la prevista, debilidad en el consumo interno y gasto  público limitado pesarán más que las expectativas que generaron las reformas estructurales este año.     El próximo viernes se conocerá el crecimiento que tuvo la economía mexicana en los primeros tres meses del año. Aunque se esperaba un 2014 con crecimiento más sólido, la desagradable sorpresa puede ser que el arranque de este año se parezca mucho al de 2013. De acuerdo con los especialistas encuestados por el Banco de México en abril, la cifra rondará el 1.9% a tasa anual; esto, en el mejor de los casos, y no se descarta que haya decrecido en su medición mensual. Lo anterior podría ocurrir a pesar de la aprobación de las tan anheladas y recomendadas reformas estructurales, lo que a su vez demuestra que éstas requieren de tiempo para que se puedan observar los beneficios. “En la experiencia de China y Canadá, tuvieron que pasar diez años para observar los efectos de las reformas estructurales”, dice Manuel Guzmán, director de Administración de Portafolios y Estrategia de Inversión de Intercam Grupo Financiero. Explica que en un primer momento la aprobación de éstas genera favorables expectativas que, en el largo plazo,  detonarán en mejores y mayores inversiones. Pero las expectativas han sido tan grandes que llevaron incluso a que las tres principales calificadoras, Moody’s, S&P y Fitch, subieran la nota soberana a México, inclusive antes de que varias de estas reformas fueran aprobadas y que la legislación secundaria quedara lista. Si el dato del PIB en el primer trimestre no concuerda con la meta del gobierno de 3.9% de crecimiento, 2014 también podría ser un año decepcionante, con todo y reformas.   Misma trayectoria que en 2013 El mal desempeño de este primer trimestre ha derivado en modificaciones a las expectativas de crecimiento para todo el año. En la última encuesta del Banco de México a los especialistas del sector privado, éstos estiman que el PIB presentará un crecimiento de 3.01 desde el 3.40% que esperaban en un principio, y muy lejos del 3.9% previsto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que el pasado 30 de abril presentó su informe de finanzas públicas al primer trimestre, aunque no dio un estimado de crecimiento para el periodo, como acostumbraba hacerlo. Así, a pesar de la aprobación de las reformas, la economía crecerá menos que en los últimos  tres años del sexenio pasado, cuando se expandió en más de 3%. Inclusive, en 2010 el crecimiento fue de 5.1%, el más alto de los últimos siete años. No obstante, el gobierno insiste en que se perciben los indicios de una reactivación vigorosa. La Secretaría de Hacienda resaltó el pasado 12 de mayo el resultado positivo de la producción industrial en marzo, el número de empleos formales creados en los últimos 12 meses y el crecimiento de la ventas en tiendas minoristas de abril. “La economía nacional va por buen camino”, dijo el presidente Enrique Peña Nieto en el comunicado enviado por Hacienda. Lo cierto también es que la producción industrial creció en febrero sólo 0.7% y en el primer trimestre en conjunto 1.6%, de acuerdo con cifras del Inegi; las ventas de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) bajaron 2.6% en el primer trimestre, y de enero a abril de este año se crearon 312,306 puestos de trabajo ante el IMSS, un incremento de sólo 1.9%. Los especialistas también ven que la economía mexicana está presentando la misma trayectoria que tuvo en 2013. En las minutas de la última reunión de Banxico, uno de los miembros mencionó que “si se promedia el crecimiento de 1.1% registrado en 2013 y el del consenso de las expectativas de los analistas para 2014, prácticamente se tiene un crecimiento de 2%, cercano a la tendencia de los últimos 13 años”. Otro integrante destacó que “la información más reciente confirma la conveniencia de revisar a la baja el rango esperado para el crecimiento del PIB de México en 2014”.   EU pesa más que las reformas Al cierre del año pasado, ya con las reformas estructurales aprobadas, se comenzó a hablar de que en 2014 México crecería alrededor de 4%. De acuerdo con Manuel Guzmán, de Intercam, las estimaciones que se realizaron, si bien hacían referencia a la aprobación de las reformas, estaban sustentadas básicamente en dos ejes: un mayor crecimiento del PIB estadounidense y un mercado doméstico con mejor desempeño. “El fuerte invierno que se presentó en Estados Unidos y que se tradujo en menores exportaciones, nadie lo tenía mapeado”, destaca el especialista. En el primer trimestre, las ventas al exterior registraron un crecimiento de 2.9%, con un avance de apenas 4.8% de las manufacturas. Si se quitan las exportaciones de automóviles, que crecieron 9.7%, el resto apenas avanzó 2.6%. En los años anteriores se presentaron tasas de crecimiento sobre 15%. A lo anterior habría que sumarle la entrada en vigor de la reforma fiscal, que golpeó a la productividad y desalentó el consumo. Al respecto, Manuel Guzmán considera que el efecto que sobre la demanda tuvo la entrada en vigor de los nuevos impuestos, y que se tradujo en una menor capacidad de consumo de los diferentes agentes económicos (familias y empresas), busca en realidad una mayor captación tributaria, que deberá  traducirse en mayores ingresos para el gobierno, que le permitan un mayor dinamismo del gasto y, por ende, del consumo, reactivando así la demanda interna. Considera que “las reformas están planeadas a fin de fortalecer el mercado interno, para que junto  con el mercado externo, básicamente el estadounidense, la economía potencie el crecimiento”.   El gasto público tampoco ayuda El gobierno busca reactivar la actividad económica mediante el gasto público. Para ello se aprobó un presupuesto de 4.5 billones de pesos para 2014. Pero existen también riesgos que pueden limitar la capacidad de estimular la economía por esta vía. Bank of America Merrill Lynch indica en un análisis que la producción de petróleo cayó 2.1% en el primer trimestre, y las exportaciones de crudo, la principal fuente de ingresos del gobierno, cayó 10.8% interanual en el mismo periodo. “Como resultado de esto vemos un doble riesgo del petróleo –de manera directa a través del componente minero de la producción industrial, e indirectamente a través de los menores ingresos que podrían limitar la capacidad del gasto público”, comenta en el análisis Carlos Capistrán, economista de BofA para México. El gasto público representa alrededor del 20% del PIB, según cifras de la Cepal, por lo que se vuelve difícil que tenga la suficiente fuerza para que por sí solo genere la reactivación. Todo indica que es tarde para salvar el 2014, un año que probablemente sea muy parecido al 2013. El consenso de analistas encuestados por el Banco de México se muestra más optimista sobre la evolución de la economía en los siguientes trimestres. Para el segundo esperan un avance anual de 2.69%, de 3.39% para el tercero y de 4.02% para el último. Aun con estas previsiones más optimistas, y si el resultado del PIB en el primer trimestre es de 1.9%, como prevé la última encuesta de Banxico, el crecimiento de 2014 sería cercano a 3%, lejos de la meta del gobierno, que probablemente el próximo viernes rebaje sus expectativas.  

 

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