En entrevista, Mauro Leos, vicepresidente de Moody’s, descarta que se concrete una reforma fiscal integral durante este sexenio. Sólo habrá, dice, mejoras que incrementen la recaudación en 2 o 3 puntos del PIB.     Una palabra suya podría hacer volar en desbandada millones de dólares de nuestro país. Si él hace un comentario negativo sobre México, el peso y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se tambalean. Se llama Mauro Leos y es mexicano, pero vive en Nueva York, donde trabaja como vicepresidente y analista senior de Moody’s para América Latina. Mientras todo el mundo atiende el debate sobre la reforma energética, Mauro Leos mira hacia la otra gran reforma estructural que prometió el presidente Enrique Peña Nieto: la fiscal. Y, de plano, descarta que se concrete durante este sexenio: “No vemos un cambio radical. Vemos mejoras (en la recaudación) que podrían ser equivalentes a 2,3 o máximo 4 puntos del PIB a lo largo de este sexenio. El que los ingresos sean de 2 o 3 puntos del PIB mayores, no cambia radicalmente la calificación del país.” Incluso dice que a Moody’s no le preocupa el tema fiscal, pues aunque no prevé una transformación integral en el sistema tributario mexicano, tampoco prevé un deterioro de las variables que le dan estabilidad, como un déficit fiscal muy bajo, las finanzas públicas sanas y la deuda bajo control. Hoy, dice, la reforma que de verdad importa para llevar a México a las grandes ligas es la energética. Aunque se trata de un cambio que dará resultados concretos hasta en cinco años, Moody’s podría elevar la calificación soberana del país el próximo año, si la reforma se aprueba tal cual la presentó el gobierno federal, pues, explica, podría “gatillar flujos de inversión en el corto plazo, y esto tiene un efecto multiplicador”. De visita en México, Leos fue entrevistado por Forbes México. Aquí te presentamos las partes más interesantes de la charla.   Las mismas preguntas para México Con una perspectiva de crecimiento de sólo 1.8% para este año, que ha decepcionado a los mercados financieros, el analista de Moody’s reconoce que el tema pendiente es crecimiento. “Una de las tareas pendientes en materia de crecimiento, es el fortalecimiento del mercado interno y de la clase media”, dice.   —¿No te aburre que cada que vienes te preguntamos lo mismo: que si esta vez se aprobarán las reformas estructurales, que si México ahora sí saldrá de su crecimiento mediocre, que si habrá un alza en su calificación soberana…? —Lo más importante es si la respuesta a las mismas preguntas es diferentes o no. Y yo creo que, conforme ha venido pasando el tiempo, las respuestas están siendo diferentes porque algo está empezando a pasar o hay indicios de que algo podría pasar aquí en México. “El hecho de que los temas sean siempre los mismos es una clara señal de que ha habido temas pendientes que han estado ahí. A pesar de eso, se ha podido mantener la economía, las finanzas públicas y la calificación en buen nivel. Y ahora todo parece indicar que ya se está llegando a un punto de definición sobre lo que viene ahora.”   —¿Esta reforma (la energética) que se presentó tendría un impacto directo sobre el crecimiento? —Una reforma estructural es aquella que modifica las tendencias. En el caso de energía, si nos centramos en la producción de petróleo, la tendencia había sido de caída, hoy la tendencia es de estancamiento. Nosotros pensamos que hay elementos suficientes para poder modificar la tendencia, en el caso de producción de petróleo. “¿Cómo medir si es efectiva o no la reforma? Pues si el resultado es la mayor producción de petróleo. Si, en los términos que se ha planteado ahorita, se llegara a aprobar, la probabilidad de que esto suceda es elevada. Y yo creo, por lo tanto, que valida la significancia de la reforma.”   —En materia fiscal, ¿espera algo positivo Moody’s para mejorar la calificación? —En la parte fiscal, lo que hay son detalles, referidos a recaudación, a mejorar la administración tributaria, a reducir o eliminar en algunos casos exenciones que no son justificadas, de buscar que sea un sistema más equitativo. Lo importante es que el déficit fiscal es bajo. A diferencia de otros países, donde la intención de obtener más ingresos es para lograr una corrección fiscal, en el caso de México, la intención de aumentar los ingresos es tener una mayor capacidad de gasto en sectores estratégicos. “En la medida que aumenten los ingresos, aumentaría la capacidad del Estado para gastar en temas estratégicos relacionados con el crecimiento de mediano plazo, como es infraestructura, como es educación, como es salud. Así es como lo vemos nosotros. Se trata de elementos de apuntalamiento importantes para el mediano plazo. “No vemos un cambio radical. Vemos mejoras que podrían ser equivalentes a 2,3 o máximo 4 puntos del PIB a lo largo de este sexenio. El que los ingresos sean de 2 o 3 puntos del PIB mayores, no cambia radicalmente la calificación del país. Apuntalaría algunos elementos, pero no habría un cambio radical, y claramente no es un área de preocupación ni de atención por parte de Moody’s.”   —¿Moody’s aumentaría el grado a México en cuanto se aprobara la reforma energética o tendría que esperar a ver los primeros frutos concretos? —Estas reformas estructurales tienen efectos de mediano plazo. Si se aprueba la reforma energética como se planteó ahorita, el propio gobierno mexicano está esperando aumentos en la producción hasta finales del sexenio, estamos hablando en 5 años. “Dejando claro esto, hay dos impactos adicionales inmediatos de las reformas: “Uno, en la medida en que las condiciones se aclaren y se tornen favorables para la inversión extranjera privada, eso puede gatillar flujos de inversión en el corto plazo, y esto tiene un efecto multiplicador. Esto quiere decir que aun pensando en el próximo año, se podría reflejar ya en el crecimiento económico como resultado de la inversión extranjera privada. “El otro punto es que, más allá del tema energético y de la inversión en petróleo, es una señal importante, es un mensaje importante a los mercados en términos de que existen consensos políticos y sociales suficientes en México para avanzar en el camino correcto, y esto es un punto que da confianza a los inversionistas. Esto también puede gatillar la inversión, no sólo en energía, sino en otros sectores a partir del próximo año. “Esto quiere decir que no necesariamente nos esperaríamos hasta finales del sexenio para saber cuál ha sido el impacto. En la medida que hubiera elementos suficientes, eso es algo que Moody’s podría considerar.”   Depender de EU no es malo —Hablas de crecimiento, como el gran pendiente de México. Si nos comparamos con otros países de América Latina, somos, junto con Brasil, los que menos creceremos en los próximos 5 años. ¿Cómo pesan estos hechos para Moody’s en su evaluación y calificación del país? —Lo que se vio en materia de crecimiento en segundo trimestre, es reflejo de un comportamiento coyuntural, cíclico. No es un reflejo de un problema de fondo estructural que apunte a crecimientos más bajos de manera sostenida.   —¿No será que pasan los años y no hemos construido un mercado interno, un motor interno sólido, y seguimos dependiendo demasiado de Estados Unidos? ¿Tú ves un mercado interno más sólido o lo sigues viendo débil? —México siempre va a depender de Estados Unidos, y es una realidad. Dentro de lo que cabe, y después de lo que sucedió en 2008 y 2009, que fue un periodo traumático para Estados Unidos, uno puede argumentar que no necesariamente es malo depender de Estados Unidos: es la economía más grande, es una economía dinámica, flexible, es una economía que aun con todos los problemas que padece, tiene más futuro que Europa, tiene menos contradicciones que China… “Esto no quita que una de las tareas pendientes en materia de crecimiento, es el fortalecimiento del mercado interno y fortalecimiento de la clase media.”

 

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