Los servicios financieros han tenido una transformación digital en el país, sobre todo cuando de soluciones de pago se trata, pues hoy más que nunca los consumidores necesitan estar a tan solo un clic de realizar una transacción financiera. La experiencia de uso que brinden los bancos en sus distintos canales digitales es esencial para que los consumidores no se vayan de sus ecosistemas.    

En México, en donde la banca sigue estando muy concentrada en siete grandes bancos que agrupan el 80% del mercado, afortunadamente estamos viendo la aceleración en la implantación de la arquitectura abierta u Open Banking. Gracias a esto, los mexicanos podrán contar con más y mejor información sobre la oferta de distintos productos financieros que puedan cubrir sus necesidades a un menor costo o con condiciones más favorables.

Una arquitectura abierta favorece la competitividad, la transparencia y la eficiencia en beneficio del consumidor, y por ende del mercado mismo. Los usuarios de servicios financieros en un esquema de Open Banking pueden concentrar toda su información financiera, productos y deudas y así tomar mejores decisiones en beneficio de su salud financiera.

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Sin embargo, y algo muy importante, las propias entidades financieras también pueden ser ampliamente beneficiadas de compartir su información, ya que así es como pueden ofrecer a sus clientes los mejores productos y servicios, incluso aunque ellos mismos no sean expertos en la materia o no cuenten con esa oferta específica.

Esto resulta de interés para estos grandes bancos que mencionaba, que tienen acceso a un gran número de clientes y ofrecen muy buenos productos y servicios, pero quizá no les sea rentable crear un producto muy especializado que tenga poca demanda entre sus usuarios. Gracias a un modelo de Open Banking, pueden fácilmente acceder a un vehículo de inversión especializado de una Fintech o un banco de segundo piso y ofrecérselo a sus clientes de forma transparente, eficiente y regulada.

Esta implementación abierta, va de la mano o genera que el mercado financiero crezca. Prueba de ello es que, en 2018, México era el segundo mercado Fintech de Latinoamérica, cuando hoy en día ya es el número uno. Durante estos años, hemos visto una mejora de la experiencia del cliente, así como de un espacio para la colaboración en innovaciones de productos con el objetivo de una mejora del ecosistema.

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Hacia adelante, ¿de qué dependerá que el ecosistema abierto siga mejorando en México? Considero que en buena medida va a depender de que aquellas instituciones que no han querido moverse con decisión en este sentido lo hagan y entiendan que hoy, los mexicanos que cambian de banco o de proveedor de servicios financieros, lo hacen en gran medida por la falta de digitalización de su proveedor anterior.

El análisis de tendencias que hemos realizado para el sector bancario mexicano nos indica claramente una necesidad de reducir el tiempo en el lanzamiento de nuevas soluciones digitales, así como la generación de nuevas líneas de ingreso, y la evolución hacia nuevas plataformas bancarias abiertas en la nube.

Hoy en día, la banca abierta sigue representando una oportunidad para profundizar la transformación de las instituciones financieras tradicionales, permitiéndoles competir cara a cara con los nuevos disruptores digitales en la preferencia de los usuarios financieros, y en el cambio, para integrar soluciones de terceros que mejoren su oferta de productos y servicios.

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Mario Chao es CEO de Everis México.

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