En México 7 de cada 10 empleos se generan en Pymes; sin embargo, la inversión informal, corrupción y dificultades para desarrollar y adoptar nuevas tecnologías son retos cruciales para el entorno emprendedor.      De acuerdo al Índice Global de Emprendedurismo y Desarrollo, México se encuentra en el lugar número 62, dentro de un total de 118 países. El Instituto Global de Emprendedurismo y Desarrollo (GEDI por sus síglas en inglés), que desde 2011 produce este índice, es una organización que se dedica  a estudiar los factores que conllevan al crecimiento económico y a la creación de empleos, ambos considerados como factores básicos para la competitividad y productividad de cualquier país. Con un enfoque en la actitud, actividades y aspiraciones emprendedoras, el GEDI busca determinar la contribución de los emprendedores al crecimiento económico en cada país. La metodología es similar, más no idéntica, a diversos índices económicos y de competitividad frecuentemente utilizados por think tanks para justificar sus propuestas de política pública y económica. Entre estos se encentra el Doing Business Index, donde México ocupa el lugar 53 de 183, el Índice Global de Competitividad del World Economic Forum, donde ocupa el lugar 58 de 142, y el Índice de Libertad Económica, donde ocupa el lugar 29 de 179. Según el GEDI, México ocupa el lugar 57 en términos de actitud emprendedora, 46 en términos de habilidad y en el 74 en términos de aspiraciones emprendedoras. Estos rankings se determinan utilizando un conjunto de variables institucionales e individuales, así como una serie de “pilares” que el índice considera fundamental para el desarrollo económico. Dentro de las 30 variables institucionales e individuales consideradas por los autores, encontramos que la variable con menor fortaleza es la inversión informal (con una calificación de 2/100), seguido por corrupción (18/100) y la capacidad de desarrollar y adoptar nuevas tecnologías (14/100). Dentro de los quince pilares, el pilar que muestra mayor debilidad es inversión de riesgo (capital emprendedor). Según datos oficiales de la Secretaría de Economía y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, las PYMES contribuyen al 48% del producto interno bruto del país. De ahí, el 91% corresponde a servicios, manufactura y comercio. Esto es, solamente el 9% del producto interno bruto es producido por emprendedores en sectores convencionalmente considerados como de innovación, los mismos sectores considerados en el análisis del GEDI. Además de la inversión informal, corrupción y nuestra capacidad de desarrollar y adoptar nuevas tecnologías, existen otras variables como educación superior, nivel tecnológico profesional, capital humano e internacionalización que afectan de manera negativa el desempeño de México en el índice de emprendedurismo y desarrollo. Del mismo modo, enfocándonos en los catorce pilares identificados por el GEDI, además del capital de riesgo, podemos incluir la “definición de procesos de innovación”, la actitud hacia el fracaso, las capacidades empresariales, el desarrollo de tecnología innovadora y la capacidad de escalamiento como los pilares que requieren todavía mejoras substanciales para que México pueda escalar el ranking global de emprendedurismo y desarrollo. Comparando los resultados presentados por el GEDI con los presentados por el Foro Económico Mundial y el Atlantc Century, de los cuales he hablado en contribuciones anteriores, podemos combinar los resultados y resumirlo todo de la siguiente manera. Necesitamos fortalecer las instituciones de gobierno enfocadas en promover y apoyar el desarrollo de la cultura emprendedora. Tenemos que apoyar el desarrollo de mejores profesionistas y aumentar las capacidades técnicas de los mismos, así como promover desde etapas más tempranas (por ejemplo, educación media y básica) una cultura emprendedora con una visión más global y menos paternalista. Es también necesario trabajar en el mejoramiento continuo del ecosistema de inversión de riesgo y fomentar la creación de mejores mecanismos para el financiamiento inicial de emprendimientos a través de la inversión tipo ángel para lo que se conoce como “bootstrapping” de nuevos emprendimientos. Enfocándonos en los pilares definidos por estas tres instituciones, también podríamos resumir lo que necesitamos hacer de la siguiente manera: mejorar la capacidad de las instituciones encargadas de financiar y promover el desarrollo de nuevos procesos para el desarrollo de tecnología de innovación nacional, así como promover un cambio en la percepción del mercado y enfocarnos en el escalamiento y la internacionalización de emprendimientos de innovación. Al final, una vez más, tenemos una institución internacional que busca presentar una radiografía global del ecosistema emprendedor y su aportación al desarrollo económico de cada país. En esta ocasión, los resultados son similares a los presentados por instituciones con incluso mayor reconocimiento. Esto, por otro lado, puede y debe tomarse como una reafirmación de que aún hay mucho por hacer para lograr el “alto impacto” que buscamos por  parte del ecosistema emprendedor, cuantificable de varias maneras, pero siendo una de ellas su contribución directa al producto interno bruto del país. Contacto: Twitter: @LaguirreGM Facebook: GreenMomentum Website: www.greenmomentum.com Blog: greenmomentummx.wordpress.com

 

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