Un profesor intentó dar una clase a través de la plataforma Zoom, otros mandaron tareas por un correo habilitado por la escuela para comunicarse con los padres, otros simplemente pusieron la calificación que consideraban más adecuada para cada estudiante y así “ayudarlos” a concluir el ciclo escolar. 

Estas son algunas de las experiencias de la “educación a distancia” a las que se tuvieron que adaptar Alexis de 12 años, que en agosto iniciará el segundo año de secundaría en una escuela pública; y su papá Luis Navarro, comerciante de 32 años que durante las últimas semanas se ha podido reintegrar a sus actividades laborales. 

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El anuncio del pasado lunes del gobierno federal y la Secretaría de Educación Pública (SEP) respecto a que el próximo ciclo escolar se llevará a cabo a través de clases que se transmitirán por radio y televisión, con el apoyo de libros de texto, preocupa a este padre soltero no sólo por el atraso académico que la falta de interacción con maestros pueda generar en su hijo, sino porque ahora no podrá estar 100% pendiente en el proceso educativo. 

También advierte que durante todo el tiempo en el que se han suspendido las clases presenciales ha habido mucha carencia de información por parte de la escuela con los padres de familia. 

“La primera parte (de Aprende en Casa) fue muy complicada, porque aunque hubo temas que sí se tocaron, pero los niños a veces no lo entendían. Hay un grupo de Whatsapp de papás y muchos se quejaban de que no se estaban entendiendo los temas y era difícil explicar algunas cosas, por ejemplo temas de matemáticas, los niños no entendían y los papás también les costaba trabajo. Había mucha desinformación y no culpo a los maestros, yo creo que ninguna escuela pública estaba preparada para esto”, afirma. 

Señala que naturalmente siempre hay asignaciones o temas que se les complican a todos los niños incluso con la guía de sus profesores, ahora con la transmisión de las clases por televisión, Navarro prevé que este proceso sea más complicado. 

“Este ciclo va a estar complicado porque muchos papás ya estamos trabajando y que los niños tomen la clase solos, seguro se van a distraer mucho”. 

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Otro aspecto que le inquieta son las consecuencias emocionales que puedan generar el aislamiento social de su hijo no sólo por no asistir a la escuela, sino porque sus actividades están limitadas a su hogar. 

Los problemas emocionales que se han desencadenado con las medidas de confinamiento por la pandemia de Covid-19 en México afecta sobre todo a los alumnos de secundaria y preparatoria y hasta el momento no hay pistas de cómo lo abordarán las autoridades educativas, señala Marco Fernández, investigador asociado de México Evalúa, profesor-investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey. 

“Ahora ya no es solamente se debe de estar atento a la educación socioemocional, que tiene que ver con habilidades como la perseverancia, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico; sino la contención emocional, relacionada con el estado de ánimo de los chicos que tiene un impacto negativo sobre su aprendizaje”, detalla. 

El investigador señaló que incluso se han detectado a estudiantes que no ven sentido en seguir estudiando debido al impacto emocional. 

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Teleducación, la única alternativa 

Pese a la integración de todo un programa educativo a distancia en una plataforma electrónica como ocurrió con “Aprende en Casa” por parte de las autoridades educativas del país, era evidente la necesidad de llevar a medios de comunicación masiva la educación, toda vez que en el país apenas la mitad de los hogares cuenta con internet, señala Fernández. 

La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información de los Hogares de 2018 elaborada por INEGI apunta que 50.9% de los hogares en el país están conectados a internet en tanto que 45.4% cuentan con una computadora.

“La gran mayoría de estudiantes en el país no tienen internet y además muchas familias se quedaron sin trabajo y no pueden pagar tarjetas de prepago para tener internet (…). Uno de los grandes problemas es cómo lo van a hacer ahora que los padres están regresando a trabajar y apoyar a sus hijos, la situación se vuelve más compleja en el caso de los hogares monoparentales”. 

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Fernández advierte que para que el programa de educación a distancia deberá de integrar una estrategia educativa con un elemento muy importante: la retroalimentación de los profesores a los alumnos. 

“Es una de las cosas básicas que no ha contestado la autoridad ¿cómo se van a apoyar con los maestros para que sean exitosas las lecciones que los alumnos tengan a través de los videos? No vas y prendes la tele y te llega el conocimiento por generación importante, una parte importante tiene que ver con la retroalimentación que le das a los chicos como ejercicios y prácticas que permitan ir afinando conceptos”.

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