- Reemplazaba a un conjunto de subsidios alimentarios existentes que no se canalizaban hacia las personas más necesitadas ni en las localidades más marginadas (en su mayoría localidades rurales)[2].
- Se enfocaba en el mejoramiento del capital humano de las familias en pobreza extrema con el objetivo de romper el círculo generacional de transmisión de pobreza hacia futuras generaciones.
- Reconocía que los factores de educación, salud y alimentación están estrechamente relacionados en el desarrollo tanto del individuo como de su capital humano y, por lo tanto, usa una estrategia integral que considera los tres de manera simultánea.
- Funcionaría bajo mecanismos transparentes de focalización y usaría medidas objetivas y replicables de identificación de familias beneficiarias, lo cual contrastaba con la política asistencial vigente en la primera mitad de los noventa.
Progresa-Oportunidades: el costo de llegar a pueblos más pequeños
Según un análisis, tener menos de 50 habitantes reduce la probabilidad de algunas comunidades para ingresar al programa Oportunidades, sin importar la condición de marginación que tenga la localidad. ¿Es esto eficiente para combatir la pobreza?
El programa Progresa-Oportunidades es un programa de reducción de pobreza basado en incentivos y encaminado a mejorar el capital humano de hogares en pobreza extrema. Funciona a través de transferencias monetarias y en especie condicionadas al cumplimiento de asistencia escolar y revisiones médicas periódicas.
Inició el 8 de agosto de 1997 y a finales del mismo año, se habían incorporado 400,000 familias en más de 10,000 localidades, pertenecientes a 466 municipios en 12 estados. Al cierre del ejercicio fiscal 2013, el programa atendió a 5.8 millones de familias beneficiarias en más de 100,000 localidades[1].
Oportunidades ha sido uno de los programas sociales más conocidos a nivel internacional. Desde sus primeros años (entonces conocido como PROGRESA), fue un programa innovador en cuanto a varios aspectos: