Si bien no hay propiamente un protocolo sanitario ni alguna otra normativa para los parques industriales en el marco del COVID-19, de forma voluntaria se han establecido algunos lineamientos para los accesos a las instalaciones, y cada desarrollador ha realizado el suyo, con obligatoriedad para las empresas que están dentro de sus instalaciones, a fin de proteger a los trabajadores.

Gracias a la implementación del programa “Operador Económico Autorizado” para parques industriales, único en el mundo y avalado por el SAT y la Organización Mundial de Aduanas (OMA), en la AMPIP hemos podido construir una sólida cultura de seguridad bajo estándares internacionales.

Esto ha permitido a los desarrolladores y propietarios de parques industriales, poner en acción la gestión del riesgo desde antes de la pandemia, considerando que administran áreas de uso común en complejos de más de 100 inquilinos. El parque es responsable, por medio de su administración interna, de la seguridad y el mantenimiento; es decir, no sólo es un asunto inmobiliario o de arrendamiento de naves, el parque proporciona diversos servicios a los inquilinos.

De acuerdo con información de la asociación, cuando la pandemia llegó no fue difícil implementar de manera inmediata protocolos, debido a que la gesión del riesgo ya se había aplicado en otros imprevistos, como terremotos, inundaciones e incendios, lo que en este caso ayudó a mitigar riesgos entre los inquilinos; aun cuando hubo empresas que cerraron, muchas de ellas quedaron abiertas al formar parte de las cadenas productivas esenciales.

“Lo que también hemos hecho como desarrolladores es acercarnos a los clientes, ver cómo están, cuáles son sus necesidades y tratar de implementar medidas que les funcionen, para cuidarlos; y aunque no tenemos una gran contribución laboral como ellos, mantenemos la intención de apoyarlos en ese aspecto”, manifestó el Presidente de la AMPIP, Lorenzo D. Berho.

Añadió que se comparten protocolos ya establecidos en algunos parques con aquellos que no los tienen, a fin de que adopten lo que les funcione.

Además de que las empresas tienen la ventaja de que pueden establecer protocolos aprendiendo de las compañías globales −que son las que habitan los parques industriales− las cuales cuentan ya con medidas y prácticas establecidas en otras regiones, lo que les ha facilitado adaptarlas en el país.

Al respecto, mencionó Berho: “la realidad es que ha sido un reto, como en todos los países, dado que un aspecto es que tengas un protocolo y otro ponerlo en práctica, tomando en consideración las personas que llegan, la operación al interior de las naves, cuánta gente es la que se puede tener en producción, horarios escalonados, porcentajes de aforos. En fin, son muchas cosas en las que hoy en día estamos trabajando en conjunto con las empresas para cuidar la salud del capital humano”.

*Por José García Frías

 

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