¿Qué tienen en común un Lumia, un Galaxy, un Nexus y un Moto X? Todos tienen un procesador Qualcomm bajo el cofre. ¿Por qué?   A menos que sea un iPhone, es casi seguro que el procesador del smartphone que traes en la bolsa es Qualcomm. La empresa, fundada en San Diego, California, hace casi 30 años, se ha posicionado como líder en el segmento de teléfonos inteligentes, dejando atrás a otras firmas que hace apenas unos años, en la era en que la PC era la reina, eran ubicuas, como Intel. ¿Cómo lo hizo? La visión y la fortuna tuvieron mucho que ver en ello. Para empezar, el mundo cambió. “En un punto dijimos: ‘Quizás el celular pueda convertirse en un dispositivo computacional que pueda combinar tres elementos de forma móvil, económica y compacta: conectividad, procesamiento eficiente de datos y procesamiento multimediático’”, cuenta Rafael Steinhauser, presidente de Qualcomm para Latinoamérica, en entrevista con Forbes México, y añade que “la clave reside no sólo en ser bueno, sino en poder integrar esas características”. Enlistados así, los tres atributos suenan como algo simple y sencillo, pero deben darse con la máxima compatibilidad en términos de conectividad (redes celulares de segunda, tercera y cuarta generación, bluetooth y WiFi), al tiempo que procesan todos los datos en imagen, video y audio, y ofrecen el mejor desempeño energético. Un ejemplo: los usuarios exigimos que nuestro teléfono sea capaz de pausar la grabación de un video en alta definición cuando entre una videollamada y, al término de ésta, podamos retomar la grabación sin perder ni un detalle a cuadro. Si pensamos en los teléfonos insignia de las marcas de consumo más populares, los smartphones que son el sueño de todos este año: LG Pro, Samsung Galaxy S5, el nuevo Moto X, los Lumia de gama media y alta, los Nexus de Google, todos, a excepción del iPhone de Apple, tienen un procesador Snapdragon de Qualcomm debajo del cofre.
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Rafael Steinhauser, presidente de Qualcomm en Latinoamérica.

Qualcomm tiene más de 60% de la participación de mercado en los chips para teléfonos móviles, y Steinhauser se dice afortunado por la forma como se han desarrollado las cosas en ese mercado: “Tenemos un sitio privilegiado en el mundo de los teléfonos inteligentes y ello se debe a la combinación de dos cosas: somos innovadores y logramos realizar esos avances y proponerlos al mundo, pero también el mundo móvil ha crecido mucho.” Y seguirá haciéndolo: sólo en 2014 se espera que se vendan 1,200 millones de smartphones en el mundo, y esa cifra podría alcanzar los 1,700 millones anuales para 2018, de acuerdo con cifras de IDC. Otra de las ventajas, menciona el ejecutivo, es que Qualcomm no fabrica sus chips, sólo los diseña. “Al subcontratar la fabricación tenemos la capacidad de trabajar con los mejores en sus áreas y utilizar la capacidad fabril de acuerdo con la demanda que exista en el mundo. Eso nos da agilidad, dinamismo y la posibilidad de usar sólo a partners best in class.” Ese liderazgo no se dio de la noche a la mañana. Steinhauser recuerda que Qualcomm siempre se ha dedicado a la movilidad, impulsando estándares de movilidad digital y redes celulares de segunda, tercera y cuarta generación, por lo cual conocen muy bien el mercado. No es casualidad que la firma se encuentre a la delantera, cuando destina 20% de sus ingresos a investigación y desarrollo. ¿Por qué es importante el chip en un teléfono? Oliver Aguilar, analista senior de Dispositivos Móviles en IDC Latinoamérica, afirma que esos equipos sustituyen cada vez más a las PC, y serán dispositivos a través de los cuales accederemos a la información y los incorporaremos cada vez más a nuestra vida laboral, por lo que adquirirán una mayor relevancia en nuestras vidas. Pero la capacidad de almacenamiento y procesamiento no son lo único en que los teléfonos inteligentes se parecerán a las PC; también llegará el momento en que comenzará su declive, por lo que Qualcomm ya tiene un plan de acción para el futuro, el cual Steinhauser delinea en tres frentes: 1. Empujar la tecnología. Trabajar para lograr un próximo estándar de conectividad móvil eficiente y veloz. “Habrá un crecimiento en el potencial de la tecnología de base, hablamos de 1,000 veces más consumo de datos por usuario dentro de los próximos 8 o 10 años de lo que tenemos hoy, y necesitaremos redes más robustas.” 2. Empujar los dispositivos. Desarrollar más y mejores aparatos, más eficientes y rápidos. “Nos gustaría ver dispositivos muy pequeños con una batería de mucho tiempo, de más de un año. Hablamos de wearables que vestiremos o llevaremos dentro de nosotros, que quizá puedan afectar el control de datos biométricos importantes para nuestra salud. Hablamos del desarrollo de nuevos tipos de procesadores de características neurológicas, que difieren de los procesadores clásicos, que no calculen a través de algoritmos, sino que emulen el procesamiento de la mente humana.” En este sentido, Qualcomm está impulsando, junto a otras marcas de consumo, un estándar abierto de comunicación para dispositivos conectados, un lenguaje común para el Internet de la Cosas (IoT), the All Seen Alliance. 3. Empujar el contexto. Esto es lo que el presidente de la firma para Latam denomina el “sexto sentido digital”, que es la capacidad de usar esos dispositivos en su forma contextual para el beneficio de los usuarios, que se anticipen a sus necesidades de trabajo, comunicación o entretenimiento.

 

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