Los emprendedores pasan por varios momentos complicados al lanzarse a echar andar su negocio: desde la supervivencia hasta la expansión, pasando por el financiamiento. En este punto uno de sus mayores obstáculos son los requisitos que impone la banca, como garantías e historial crediticio, y que no todas las empresas nuevas pueden subsanar. En México hay alrededor de 10 millones de Pymes, de las cuales solo cerca de medio millón tiene acceso a financiamiento formal, aseguró Bernardo Prum, director de administración de la financiera Creze (y colaborador de la Red Forbes). Por ello, las financieras buscan acercar a ese mercado a los recursos para su crecimiento, pero para eso también estos nuevos negocios tienen que cumplir algunos requisitos. “Queremos saber para qué van a usar el crédito y eso es algo que nosotros sí preguntamos. Sí queremos saber en qué vas a invertir, porque si me dices ‘voy a gastar en un jardín’, ¿de dónde vas asacar el dinero para pagarme?”, explicó Alejandro Villalobos, director de contenidos de Credijusto. TE PUEDE INTERESAR: Esta startup le está dando liquidez a las pymes para no desaparecer Si bien el crédito puede servir para consolidar deuda o cuando no hay liquidez en una empresa, la idea es que tenga un fin productivo, es decir, que se convierta en capital de trabajo: para la adquisición de maquinaria, ampliación de operaciones, contratación de personal. Pero ¿cuándo es momento para pedir un crédito? “Cuando está mostrando salud financiera y con flujos de efectivo sanos. Que tenga capacidad de pago: que sus saldos promedio en cuentas bancarias sean 3 veces más de lo que tendrían que pagar mensualmente por su deuda“, comentó Lorenza de Icaza, CEO de la fintech Zigo Capital, con 2 años de operación. Incluso, recomendó contratar una línea de crédito cuando aún no se necesite para no verse afectados por la espera de la aprobación de los recursos. Además, las financieras revisan que haya voluntad de pago, es decir, que el historial crediticio de la empresa y de la persona física detrás de ella sea por lo menos aceptable, aunque a diferencia de la banca, ellos no suelen pedir garantías. “Sí vemos su historial crediticio, el del accionista mayoritario, porque al final nuestro producto es sin garantía. No quiere decir que tienen que tenerlo impecable, nos encanta verlo impecable pero sí tendría que mostrar un historial que es una persona con voluntad y responsabilidad”, detalló. Para acceder a los recursos para crecer, la mayoría de las financieras busca también que las empresas cuenten con al menos 12 meses de operación y también observan su cartera de clientes. “Dependiendo de lo que pidas de crédito, checamos tu facturación anual, que no tengas un solo cliente, que toda tu venta esté en más de 10 clientes, que tengas más entradas, que no dependas de un solo negocio”, explicó Francisco Murillo de la financiera Pretmex, que lleva más de 12 años en funcionamiento. Las tasas de los financiamientos provistos por estas instituciones suelen ser mayores a las de los bancos, pero con menos requisitos, lo que los convierte en una opción para las empresas pequeñas y medianas.

 

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