¿Qué tienen en común Felix Baumgartner, The Rolling Stones, el Ejército de EU, Michael Bay y miles de deportistas comunes y corrientes? Todos usan la GoPro, el invento de Nick Woodman.   Por Ryan Mac   Nick Woodman tiene 37 años. Su cabello constantemente revuelto, y su permanente media sonrisa pícara hacen que se vea de 27. Y actúa como si tuviera 17. Eso lo descubro mientras volamos a 30,000 pies de altura sobre las Montañas Rocosas, después de que Woodman me metió en un avión Gulfstream III junto a su esposa, Jill, y una docena de sus amigos favoritos, rumbo al Yellowstone Club, en Montana, la estación de esquí más exclusiva de Estados Unidos (EU). Entusiasmado por un Red Bull, que combinó con un litro de agua de coco, Woodman se pasea por la cabina, interrumpiendo de vez en cuando la conversación para dar rienda suelta a su característico grito de emoción que sus amigos comparan con una sirena de niebla. “YEEEEEEEEEEEEEOW.” Una azafata hace su aparición con el desayuno en una bandeja de plata. “¿Saben qué es lo mejor de los viajes matutinos de esquí?”, pregunta retóricamente. “McDonald’s” Y enguye una McGriddle completa en tres bocados. La rutina de hombre-adolescente es más que un acto: es la receta de cómo se ha convertido en uno de los nuevos multimillonarios más jóvenes de Estados Unidos. Hace una década Woodman ansiaba una cámara que pudiera atar a su muñeca para que sus amigos pudieran ver sus hazañas en el surf. El resultado es ahora un fenómeno de consumo llamado GoPro, la compañía de imágenes digitales de crecimiento más rápido en EU. Si vas estos días a cualquier parte donde se haga deporte, ya se trate de las montañas de Vail o las profundidades de de Hanauma Bay, en Honolulu, verás una GoPro. O 20. En la actualidad los niños no filman cuando montan una ola en su tabla de surf, o sus trucos sobre el medio tubo en patineta. Los GoProean fijando sus cámaras de entre 200 y 400 dólares al casco, manubrio o tabla de surf. El material que sale de una GoPro, ese video panorámico de calidad cinematográfica grabado desde el punto de vista del usuario, transforma a simples mortales en humanos destacados, sin hacer un enorme agujero en su bolsillo. Shaun White, quien dice que acostumbraba pegar viejas cámaras con cinta adhesiva a su mano, usa GoPros durante sus pruebas en los Winter X Games. Directores de Hollywood, incluyendo a Michael Bay, mantienen cajas de ellas en el set. La NFL las ha probado en sus torres de la zona de anotación para capturar las repeticiones de touchdowns. Los Rolling Stones las usan en el escenario. Las fuerzas de policía y la milicia de EU han comenzado a incorporar las cámaras en sus ejercicios de entrenamiento. Woodman, quien la llama una cámara que captura “episodios de vida”, probó su punto usando una de sus cámaras durante el nacimiento de uno de sus hijos. En el vuelo hacia Montana, todo el equipo de Woodman usa sus dispositivos en cada rincón de la cabina, incluyendo las cabezas de los pilotos, para documentar su viaje. Las ventas de GoPro se han más que duplicado cada año desde el debut de la primera cámara en 2004. En 2012, la compañía vendió 2.3 millones cámaras y recaudó 521 millones de dólares (MDD), según Woodman, con 100 MDD en ventas sólo en enero, la cifra anual se duplicará de nuevo este año. Para diciembre de 2012 GoPro fue la marca más vendida en el departamento de imagen digital de Best Buy, superando a Sony por primera vez en la historia de la cadena. A sólo diez años de su lanzamiento, GoPro fue responsable del 21.5% de los envíos de videocámara digitales en todo EU durante el primer semestre de 2012, según datos de International Data Corporation (IDC). Entre las “cámaras de video de bolsillo” la marca figura en el tercer sitio. Este tipo de crecimiento y dominación del nicho han motivado una propuesta radical de negocios, en la que el fabricante chino de electrónica Hon Hai Precision Industry Co., más conocido como Foxconn, hizo una inversión de 200 MDD en GoPro en diciembre de 2012. Eso valuó la firma de San Mateo, California en 2,250 MDD y disparó a Woodman, a quien las fuentes señalan como dueño de un 45% de la compañía, a la lista mundial de los más ricos Forbes, con una fortuna de 1,300 MDD. Es un afortunado vuelco en la vida de este Peter Pan de 37 años de edad que dirige una empresa de tecnología de millones de dólares. Mientras se desliza cuesta abajo sobre la nieve enfundado en un casco verde claro, está más que claro que ha encontrado la felicidad. “YEEEEEEEEEEEEEEEOW”, aúlla con sus labios ensangrentados y agrietados mientras GoProea cada giro que da.   La ruta hacia el éxito Woodman, el menor de cuatro hijos, vivió una infancia sin privaciones (su padre negoció para Pepsi la compra de Taco Bell) en Atherton, en el próspero Silicon Valley. De acuerdo con uno de sus maestros de la primaria, era un chico “sumamente seguro”, al que le interesaban más los deportes que los libros. De hecho, su afición por el surf le llevó a estudiar en la Universidad de California debido a su proximidad al sol y al agua salada. “Recuerdo que mis padres no estaban muy a favor de ello”, dice. “Pero si no hubiera seguido mi pasión por el surf nunca habría desarrollado la idea de fabricar una cámara para la muñeca.” El concepto llegó poco después de la universidad, tras el lanzamiento de un servicio de juego en línea, Funbug, el cual se fue a pique con la caída de las punto-com en el 2001, llevándose con ella 3.9 MDD de los inversionistas. “Nunca había fallado en nada antes, excepto en la clase de ingeniería iInformática”, dice. “Fue así como pensé ‘quizá no soy capaz de lograrlo’.” Tras su fracaso, Woodman viajó a Indonesia y Australia, en donde desarrolló su idea de la cámara. Dos años después, en 2003, Nicholas se refugió en su casa de Moss Beach, California, a enclaustarse en sesiones trabajo de 18 horas para construir sus primeros prototipos. Se dio un plazo de cuatro años para hacer que la idea funcionara antes de abandonarla e incorporarse a la fuerza laboral. “Pensaba ‘si soy capaz de  hacer unos cuantos cientos de miles de dólares al año, estaré en el cielo’”, dice. Cosiendo neopreno usado en la máquina de coser de su madre y perforando placas de plástico crudo, Woodman buscaba constantemente en línea y en ferias comerciales una cámara que pudiera modificar y registrar a su nombre. Se decidió por un modelo de 3 dólares, una cámara de 35 milímetros fabricada en China. Envío sus cajas de plástico y 5,000 dólares a una compañía desconocida llamada Hotax. Woodman recibió unos meses más tarde sus modelos 3D vectorizados en computadora y vendió su primer producto en septiembre de 2004 en una feria de deportes de acción, en San Diego. Entonces Woodman dijo a sus amigos que ésa era la cámara con la que se harían millonarios. Erró por tres ceros. GoPro recaudó 350,000 dólares en ventas durante su primer año. Woodman fue todo en uno: ingeniero de producto, jefe de Investigación y Desarrollo, vendedor y empacador. Woodman evitó siempre los fondos de riesgo , según Neil Dana, su primer roommate y primera contratación, “quería mantener la compañía privada para poder conseguir un Lotus para hacer una ‘prueba de producto’ sin tener que rendirle cuentas a nadie”. Al principio Woodman puso 30,000 dólares de su propio dinero, así como 35,000 dólares de su madre y dos inversiones de 100,000 dólares de su padre. Desde entonces, la compañía comenzó a hacer dinero y hoy sus márgenes de ganancia neta, estima Forbes, rondan el 15%. No fue hasta mayo de 2011 que GoPro obtuvo 88 MDD de cinco fondos de de riesgo. Para 2007 las ganancias anuales de la empresa ascendían a 7 dígitos, con lo cual vino una crisis de confianza en Woodman, quien pensaba que no podría llevar más lejos a su empresa y acordó entregar el control mayoritario a un grupo de inversionistas externos. Ni la crisis global pudo golpear a la empresa, que ese año obtuvo más de 8 MDD en ventas. El otro punto de inflexión llegó en 2010, cuando BestBuy comenzó a vender la cámara, distribuyéndola de forma masiva. Hoy, aunque Woodman no tiene una cuenta activa de Facebook o Twitter, su compañía invierte millones de dólares para asegurarse que GoPro aparezca constantemente en las pantallas, ya sea como el hashtag o asociado a nombres como el del patinador Shaun White o de Felix Baumgartner, quien usó cinco cámaras GoPro durante su histórico salto desde la estratósfera. GoPro tiene 222 millones de vistas en su canal de YouTube y más de 4.7 millones de likes en Facebook. Entre sus principales retos se encuentran la fuerte competencia que iON representa, además del contendiente natural del momento: los teléfonos móviles, pero ello no desanima a Nicholas: “Si somos capaces de convertirnos en el estándar de facto para la captura de imágenes desde perspectivas únicas en todo el mundo, tendremos un gran crecimiento por delante.”  

 

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