Los jóvenes profesionistas están convencidos de que amasar una fortuna no es cuestión de suerte, sino la suma de varios elementos que ajustan el camino al éxito.   Los self-made men y las self-made women se han convertido en ejemplos a seguir. Algunos tienen más fama y dinero que los actores, cantantes y depor­tistas más exitosos. Ellos son figu­ras que, como Bill Gates y Carlos Slim, sostienen que sus fortunas son fruto del trabajo incansable y, sin perder la sencillez, de “un poco” de talento. Una encuesta realizada por Hays, empresa internacional de recluta­miento profesional para puestos de mando medio y alta gerencia, a ejecutivos mexicanos entre 25 y 40 años reveló que 76% de los participantes conside­ra que el talento y el trabajo son necesarios para alcanzar la riqueza. “La orienta­ción al éxito tiene mucho que ver con determinados conocimientos, capacidades, cualidades, habilidades y experiencias que además deben ir juntas”, sostienen. También afirman que “al final, tener riqueza no es cuestión de suerte, sino de saber usar el talento y las habilidades que se tienen”. Esta idea pareciera no cambiar en el contexto global. En 1958, Michael Young ya escribía sobre la percepción del trabajo y el talento en la economía inglesa. En Chile se han realizado numerosos estudios para observar la percepción social de la suma talento+trabajo en el combate a la desigualdad. En su libro Jobs for the boys (Harvard University Press, 2012), Merilee Grindle ilustra cómo el talento y la ex­periencia son los requi­sitos que deben cubrir los interesados en hacer una carrera en el servicio público de los países más desarrollados. De acuerdo con Hays, el común denominador entre los nuevos multimillonarios es su capacidad para mone­tizar una idea disruptiva. “Su talento les ha permitido ver o intuir lo que los demás no veíamos o intuíamos y han sabido convertir esta visión en un buen negocio al que le dedican 24 horas al día”, expresan. Riqueza, acumulación y felicidad Dentro de su encuesta, Hays también preguntó: “¿Qué es la riqueza para ti?”. Los resultados mostraron que los libros de Adam Smith, La riqueza de las naciones, y el bestseller En busca de la felicidad, de Chris Gard­ner, sí muestran la percepción de los mexicanos. Casi por empate, los resultados mostraron que la riqueza está tan asociada a la acumulación de bienes y recursos valiosos (45%) como a la felicidad (42%). ¿Qué podría significar? Hays, asegura que “en la última década, hemos sido partícipes de casos de éxito de gente que ha sabido usar su talento para tener riqueza, es por ello que esta idea de riqueza-bienes es casi un sinónimo”. Lo cierto es que, para muchos, el dinero continúa siendo un indica­dor de éxito y poder; estatus que para muchos sí son acumulables y, sí, también los hacen felices. grafico_rico_jovenes

 

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