Si no reportamos las cuentas por cobrar de nuestros clientes y no consultamos los historiales crediticios antes de otorgar un financiamiento, nos estamos arriesgando de más.     Las Mipymes son un gran motor de desarrollo y de empleo en México. Muchas de ellas dan crédito a través de facturas que se cobran en 30, 60, 90 o más días; a éstas se les denomina también cuentas por cobrar. Para ejemplificar lo que es una cuenta por cobrar, supongamos que nuestra empresa le vende madera a una fábrica de muebles. Al entregarle la mercancía, la fábrica de muebles no paga de inmediato el valor de nuestra madera sino que acuerda con nosotros el pagarnos en un plazo determinado. Esto le permite a la fábrica de muebles tener acceso a un insumo, fabricar su producto, distribuirlo y venderlo para hacerse de capital para pagarnos la factura que nos debe. Además, este financiamiento que le estamos dando en forma de una cuenta por cobrar no le generará intereses si lo paga a tiempo. Por ello, este tipo de créditos son un instrumento de financiamiento muy interesante. Si viéramos cómo se compone la cartera crediticia de las empresas, estas naturalmente tienen créditos financieros tradicionales como, por ejemplo, uno bancario. Estos créditos, como se imaginan, aparecen en los historiales crediticios de Buró de Crédito. Aquí viene lo interesante; muchas empresas que prestan a través de cuentas por cobrar no saben que pueden subir esa información gratuitamente a Buró de Crédito. Esta buena práctica es muy sana porque un porcentaje muy importante de los créditos que otorgan y reciben las empresas son por este medio. Subir las cuentas por cobrar a Buró de Crédito ayuda a que las empresas paguen puntualmente sus compromisos para no tener retrasos de pago en su historial crediticio. Aquellas que sí pagan puntualmente, tendrán el beneficio de tener buenas experiencias crediticias en su Reporte de Crédito. Estas buenas experiencias harán que más proveedores tengan la confianza para querer prestarles. Obviamente, reportar a Buró de Crédito es una parte del camino en la dirección correcta; la otra es consultar el historial crediticio antes de otorgar un financiamiento directo, o a través de cuentas por cobrar. Volvamos a nuestra empresa que vende madera. Hoy se nos acerca un nuevo cliente, una fábrica que requiere de nuestro producto para elaborar pisos de madera. Para nosotros esta fábrica de pisos de madera nos es desconocida. Si trabajamos con Buró de Crédito podríamos pedirle a la fábrica de madera su autorización para ver su historial crediticio. Una vez que lo consultamos, nos podremos dar cuenta si la fábrica de pisos de madera es una buena pagadora, una pagadora regular o si incumple sus pagos. De ahí podemos determinar el riesgo que este nuevo cliente representa para nosotros y decidir la conveniencia de otorgarle un financiamiento. De esta forma podemos tomar una decisión inteligente e informada, asegurando el continuo bienestar de nuestra empresa. Si, al contrario, no reportamos las cuentas por cobrar de nuestros clientes y no consultamos los historiales crediticios antes de otorgar un financiamiento, nos estamos arriesgando de más y, como es lógico, si damos muchos malos créditos tendremos pérdidas importantes y hasta podríamos quebrar nuestra empresa. La pregunta obligada a hacerse es ¿para qué arriesgarse si existe Buró de Crédito?     Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @BurodeCreditoMX Facebook: Buró de Crédito México Página web: Buró de Crédito     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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