Hoy, alrededor de las 4 a.m. de Washington el Congreso de Estados Unidos certificó el triunfo presidencial de Joe Biden y Kamala Harris, después de una irrupción al Capitolio por parte de grupos insurgentes que apoyan a Donald Trump, un momento de la historia que parece sacado de cualquier película de acción de Hollywood.  

La secuencia de esta ‘película’ no tiene precedentes… un presidente que indirectamente convoca a la insurgencia, una protesta que logra romper (y no temer) los muros de seguridad de uno de los lugares más cuidados del planeta, congresistas corriendo, vidrios rotos, disparos, heridos, muertos, evacuaciones subterráneas, el retorno a la normalidad.

Ese momento donde Mike Pence debe confrontar la democracia en sí misma con su jefe hasta el 20 de enero, termina confirmando que los Demócratas tienen la presidencia, además del control del Senado, y a la octogenaria -literal y afortunadamente- Nancy Pelosi como Portavoz de la Cámara de Representantes. 

El pueblo ha hablado, y en el Estados Unidos bipartidista de complejos colegios electorales, el poder cambiará de manos. Sin embargo la pregunta de fondo después de este episodio es si después de hoy habrá un tercer partido político sentado desde una derecha ‘Trumpista’, todo indica que así será y con Donald Junior e Ivanka arribando. 

Todo esto mientras los republicanos comienzan a partir sus diferencias con la nueva familia más influyente de Florida… desde Mitt Romney afirmando que ‘la protesta había sido incitada por las palabras de Trump’, hasta la fila de congresistas confirmando a Biden. Al final la conveniencia del ajedrez político gana.

Como Trump llevó sus aprendizajes de reality show, que le dieron la cima de los ratings a la política se evidencia que el Presidente seguirá dando de qué hablar…

Ahora como el nuevo personaje ‘antagónico’, que defiende a los incomprendidos y relegados del nuevos Estados Unidos donde el pensamiento de corte liberal y proteccionista predominará y llevara a la desgracia moral y económica al país, perdiendo así su liderazgo global, según su premisa. 

El mensaje que deja después de las protestas lo confirma “Pese a que estoy en total desacuerdo con el resultado de las elecciones, habrá una transición ordenada el 20 de enero, se continuará la lucha para garantizar que sólo se cuentan los votos legales. Esto representa el final del mejor primer mandato presidencial de la Historia, y es sólo el inicio de la lucha por hacer grande otra vez a Estados Unidos”.

La preguntas después de este frenesí son muchas, con dos llaman la atención: Por qué no había un despliegue de máxima seguridad en Washington como sucedió en 2019 durante las protestas de ‘Black Live Matters’, y la más importante: cómo garantizar la seguridad del pueblo y sus políticos durante los 13 días que le quedan a Trump a cargo. Porque es evidente que las protestas no van a terminar.

Quedará marcado en la historia el día que un Presidente de Estados Unidos incitó a sus fanáticos a tomarse el congreso “…E iremos al capitolio, para darle a los republicanos débiles el orgullo para que nos devuelvan el país, así que tomemos la Avenida Pensilvania…”, el presidente al final no fue con los revolucionarios.

La seguridad y la toma pacifica de la presidencia en el país paulatinamente deja de ser el más importante del mundo, se convierte en la nueva noticia de tensión del inicio de 2021, corroborando que este será un año tan agitado como el anterior.

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*El autor es consultor global de negocios; enfocado en consumo masivo, estrategia competitiva, innovación, y prospectiva.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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