Por Cristian Granados Sánchez*

En el marco de la pandemia ocasionada por el Covid-19, diversas organizaciones civiles, gobiernos y empresas empiezan a organizar hackatones con el fin, según indican ellos, de generar soluciones colaborativas e innovadoras a los retos impuestos por esta situación extraordinaria. Empezamos a ver múltiples hackatones en redes sociales y en medios de comunicación, y pareciera que realmente encontrarán soluciones a problemas diversos. ¡ Y la verdad es que son muy llamativos porque nos invitan a contribuir a un propósito trascendental ! Pero, ¿realmente sirven para generar soluciones innovadoras a retos complejos? En este artículo les contaré si los hackatones realmente funcionan como una poderosa herramienta de innovación o por el contrario, algunas veces son solo show o propaganda.

Un hackatón, en esencia, es un evento donde cientos de personas trabajaban de forma colaborativa y desinteresada (sin pago) para resolver en un tiempo determinado (24-48 horas) un reto impuesto por una organización. Es una práctica que tiene poco más de dos décadas y que surgió en empresas de software en Estados Unidos, pero que se ha permeado en otras áreas como medicina, negocios, ingeniería, medio ambiente, etc. La Nasa, por ejemplo, organiza anualmente su hackatón “Nasa Space Apps”. Facebook organiza diversos hackatones que ofrecen premios de miles de dólares a lo ganadores (aqui). E incluso el Vaticano en el 2019 organizó el Vhack con el objetivo de “resolver problemas sociales a través del desarrollo de software”. En nuestro país, el gobierno de la Ciudad de México, en conjunto con varias empresas organiza el Ultrahack. Y en los últimos meses han surgido hackatones en formato virtual para “encontrar diversas soluciones innovadoras a retos impuestos el Covid”; como el “Hackatón 2020, mujeres y niñas post Covid-19” o el “Hackatón Covid-19”, entre muchos otros.

No sé ustedes, pero cuando escucho que un evento de 48 horas será capaz de generar soluciones innovadoras a retos tan complejos, me surgen muchas dudas y por supuesto, mucha incredulidad. Me pregunto que si un hackatón puede generar este tipo de soluciones, ¿qué es lo que están haciendo entonces las startups gastando millones y muchos meses?

En los últimos años, pese a la popularidad de estos eventos, han surgido varios estudios que ponen en entredicho su utilidad. En un influyente artículo publicado en Fast Company (aquí), se narra lo inútil que pueden ser un hackatón debido a que la gran mayoría de las ideas que ahí surgen no tienen ningún seguimiento o consecuencia real para solucionar el reto planteado. Por otro lado, las ideas suelen ser muy originales pero poco susceptibles de ser llevadas a cabo por la empresa. Son ideas desarrollas “in vitro” que no tienen en cuenta el contexto de la empresa, sus recursos, su talento disponible, sus capacidades; lo que conocemos como “soluciones sin memoria organizacional”.

En otro articulo (aquí) escrito por investigadores del MIT, se da cuenta de lo “inútiles” o “malos que pueden ser para la innovación”, puesto que distraen de la verdadera forma en la cual ocurre la creación de soluciones innovadoras que se basa en un proceso de 1% inspiración, 99% perseverancia a través de pequeños experimentos con prototipos para medir si realmente la idea tiene sentido o soluciona el problema.

En un estudio que lideré (aquí lo pueden consultar) en una empresa localizada en  Barcelona y que constantemente organiza hackatones, entrevistamos y grabamos más de 100 horas de hackatones, pero no encontramos evidencia de que estos eventos sirvieran para la empresa como una fuente de “novedosas soluciones”. Por el contrario, era una forma de atraer talento, de generar buena publicidad entre la comunidad o de generar un sentido de pertenencia entre sus colaboradores. En la mayoría de los casos los hackatones terminan generando ideas que son depositadas en un cajón que quizá nunca se abrirá.

¿Y entonces, porque se realizan?

En el marco de otra investigación que lidero desde el Tec de Monterrey, hemos entrevistado a mas de 30 empresas que han organizado hackatones (u otros eventos parecidos) en México, España y Suiza. Lo que hemos encontrado es que se este tipo de eventos se organizan solo para generar contenido que pueda mejorar su reputación, crear la sensación de que la empresa está dando solución a problemas presentes en la sociedad, o que son organizaciones muy innovadoras. También, se organizan como un “quick win” o una actividad fácil que genera la falsa sensación de “estamos innovando”. La mayoría de directivos mencionaron que no pierden nada en organizar estos eventos, y por el contrario, ganan reconocimiento. Aunque en la realidad, el hackatón no haya traído más que unas cuantas publicaciones en redes sociales y medios de comunicación

Estas actividades las podemos considerar como “esfuerzos cosméticos”, sin ningún seguimiento o recursos destinados para completar el proceso; solo para generar nota periodística o perseguir fines distintos al de la innovación.

¿Son o no una opción para innovar?

No me malinterpreten, no es que un hackatón sea malo per-se; hay evidencia de qué pueden funcionar para “explorar” nuevo conocimiento que no posee la organización, y también como una forma de generar competencias en colaboradores o nuevas redes de contactos. Según mi experiencia y la investigación que he llevado a cabo, un hackatón exitoso y coherente debe tener 3 elementos:

  • Un reto real que provenga desde la estrategia de la organización que lleva a cabo el evento
  • Involucramiento de colaboradores internos
  • Una forma de dar seguimiento a las ideas

Un ejemplo es como Facebook creó el botón “Like” en un hackatón. El reto era explorar ideas de cómo hacer que los usuarios de la red social interactuaran más. Este reto provenían de un largo proceso de entender las necesidades de la plataforma, por lo que era estratégico abordar este tema. No inventaron el objetivo del hackatónn solo por generar publicidad. Los participantes eran invitados externos y colaboradores internos. Una de las ideas del Hackathon fue un botón que indicará una expresión de gusto o disgusto. Después del evento, Facebook financió el seguimiento e implementación de la idea, dandole el “ownership” a un colaborador especifico que participó en el hackatón.

En conclusión, los hackatones han llegado para quedarse como una forma colaborativa de explorar nuevo conocimiento. Pero quienes los organizan deben tener en cuenta con que objetivo quieren hacerlo y cómo pueden implementar las ideas surgidas. Pero sobre todo, evitar usar esto eventos solo como una manera de generar una falsa sensación de estar dando respuesta a un problema; es decir, solo de “teatralizar la innovación”. Esto solo daña la imagen de la empresa y frustra a los colaboradores y quienes participaron en el evento.

Contacto:

Cristian Granados Sánchez es profesor y consultor en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fé*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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