DW.- La economía argentina vivió un “miércoles negro”. Cayó la bolsa de valores, el riesgo país cruzó la frontera psicológica de los 900 puntos básicos y el peso volvió a devaluarse. Esto sucede en un país que arrastra una larga recesión y que en octubre deberá ir a las urnas para elegir a un nuevo presidente.
Por primera vez desde marzo de 2014, el nivel de riesgo país que mide el banco estadounidense JP Morgan -con el que se evalúa el nivel de capacidad de pago de la deuda soberana- se colocó camino de los 1.000 puntos, tras haber cerrado el martes en los 860 y en una jornada en la que la divisa nacional ha vuelto a desplomarse.
En el mercado cambiario, el peso cerró en 44.92 pesos por dólar, en el promedio de casas de cambio y bancos. Aunque otras monedas de países emergentes sufrieron también este miércoles un nuevo embate ante el dólar -la lira turca cayó al nivel más bajo en seis meses-, el peso argentino vuelve a confirmarse como la más débil al caer en un solo día un 3.47 % ante el dólar.
La divisa estadounidense, en cambio, acumula una subida del 119 % desde abril de 2018, cuando la suba de los tipos de interés en Estados Unidos comenzó a atraer allí capitales que se fugaban de los países en desarrollo.
Todo esto se suma al descenso esta jornada del 3.82 % en el índice de referencia de la Bolsa de Buenos Aires, a las fuertes pérdidas de las acciones argentinas en EU y a la caída de la rentabilidad de los bonos soberanos, cuando restan apenas seis meses para la celebración de elecciones presidenciales.
Efectos políticos
“El mundo duda que por ahí los argentinos queremos volver a atrás y eso le da mucho miedo al mundo. Entonces, aumenta el Riesgo País, toman posiciones más defensivas, pero yo creo que están equivocados”, expresó en declaraciones radiofónicas el presidente argentino.
La popularidad de Mauricio Macri lleva meses cayendo en picado en las encuestas producto de la crisis económica.