Estamos a escasas semanas de concluir la primera mitad de 2021 y las condiciones actuales sugieren que la recuperación económica sigue en marcha en el mundo, después de la fuerte recesión del año pasado. Sin embargo, todavía prevalecen algunos retos importantes. Por un lado, la economía global continúa un proceso de reactivación a distintas velocidades. Por otro lado, existen algunos vientos en contra provenientes de cuellos de botella en la cadena de suministro global (e.g. escasez de semiconductores), rebrotes del COVID-19 y nuevas cepas que han surgido en algunos países, así como presiones inflacionarias. 

En México, la perspectiva se ha tornado más promisoria, pero también con algunos desafíos relevantes. Este artículo pretende analizar el balance que se ha observado hasta el momento y la expectativa para la segunda mitad del año.

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Recuperación heterogénea en el mundo, pero recuperación al fin

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) se unió esta semana a la efervescencia de los ajustes al alza en los pronósticos de crecimiento para este año al presentar la actualización de su documento de perspectivas económicas. La institución incrementó su pronóstico del PIB global para 2021 de 5.6% anterior a 5.8% y para 2022 de 4.0% a 4.4%, reconociendo una recuperación poco ordinaria y diferenciada entre países, caracterizada por una transición hacia un nuevo equilibrio. 

En este contexto más optimista sobre reactivación de la economía mundial, la OCDE también revisó al alza su pronóstico de México para este 2021 a 5.0% (de 4.5%), al igual que en los últimos días lo hizo Banxico en su Informe Trimestral a 6.0% (previo 4.8%), que van de la mano también de los comentarios de esta semana por parte del Subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, sobre la posibilidad de que la economía mexicana crezca este año 6.5%.

Estas previsiones se suman a los ajustes al alza observados en las más recientes encuestas de Banxico (5.2%) y Bloomberg (5.0%), por mencionar algunas, o a lo que traemos en instituciones como Banorte (5.9%).

Estas actualizaciones más benignas tienen como sustento el mayor dinamismo observado en cifras duras al primer trimestre de este año –tal como se mostró en el reporte del PIB del 1T21 con un crecimiento secuencial de 0.8% t/t con importantes contribuciones tanto de industria como de servicios–, el optimismo en indicadores adelantados (e.g. indicadores de sentimiento empresarial tanto del IMEF como INEGI, tanto en manufactura como en servicios), así como la expectativa de una recomposición de las fuentes de crecimiento para la segunda mitad de 2021 –probablemente con una mayor contribución de la demanda interna conforme continúe avanzando los planes de vacunación y reactivación de varios sectores más, sumándose al buen dinamismo que ha presentado la demanda externa–. 

Retos de la recuperación en el segundo semestre y hacia delante

En base a un análisis ecuánime, también es importante destacar los desafíos que presenta la coyuntura actual. Uno de los principales vientos en contra para alcanzar una recuperación global que sea inclusiva, homogénea y sostenible proviene de la evolución de la pandemia. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre la necesidad de avanzar en la vacunación en todos los países y atender de manera urgente los rebrotes y surgimiento de nuevas cepas del virus en algunos países. Esto requerirá de una importante cooperación internacional.

Otro reto importante viene de los cuellos de botella en la gran cadena de suministro mundial –tal como se ha visto con la escasez de semiconductores o algunos otros insumos–, que además de afectar a la actividad industrial y al comercio internacional, ha contribuido al incremento sustancial en el precio de las materias primas. Esta situación ha contribuido al fuerte debate y temores sobre las presiones inflacionarias que se experimentan en el mundo. 

En términos generales, la reflexión cae sobre una estrategia que permita llevar a cabo una recuperación homogénea entre economías y entre sectores –reflexión aplicable también a México–. Más allá de la necesidad de superar los efectos adversos de la pandemia, tanto en aspectos de salud, como económicos y sociales, la discusión entre los distintos agentes económicos continuará centrada en aquellos desafíos relacionados a la inclusión, atender el cambio climático y toda la problemática medioambiental, equidad social y de género, sostenibilidad de finanzas públicas y evitar los riesgos asociados a burbujas en precios de activos que puedan desatar una nueva crisis.

En adición a este análisis, México deberá también reenfocar su estrategia para incrementar la inversión, mejorar el estado de derecho y continuar generando condiciones que ayuden a una mejora en competitividad respecto al resto del mundo.

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Contacto:

Alejandro Padilla es Director Ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados de Grupo Financiero Banorte. *

Twitter: @alexpadillasan

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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