El liderazgo empieza con una pregunta fundamental: ¿Uno nace líder o se convierte en uno? En mi particular punto de vista, hay un liderazgo nato y un liderazgo que se va asumiendo conforme sucede tu crecimiento profesional. El primero te suma seguidores en el colegio, el segundo te da la oportunidad de formar equipos exitosos de trabajo.

Según Liz Wiseman, experta en liderazgo e inteligencia colectiva, el líder sí nace, pero también hay factores que influyen en la creación de uno: disposición, creatividad, concientización, sentido de responsabilidad y, lo más importante, estar consciente de lo que engloba ser un líder: inspirar a los demás y canalizar la inteligencia y la energía del grupo, entre otros factores.

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No sé si existe una receta mágica para volverse un líder. Podría decirte que la base es ser un aliado de tu gente, conocer a tu equipo, reconocer sus necesidades y tratar de resolverlas. Tener personas comprometidas con el trabajo porque reconocen su valor en la empresa y en el equipo mismo. Definitivamente no existe una fórmula específica, pero aquí te comparto algunos consejos de expertos sobre cómo ser un líder y cómo convertirse en uno:

  • Antes de querer liderar a los demás, aprendes a liderarte a ti mismo: ¿conoces tus metas a corto plazo? ¿sabes qué es lo que buscas a nivel personal y cómo quieres lograrlo? ¿realmente tienes un control entre tus pensamientos y emociones? Es normal que todos tengamos miedo en ciertas situaciones, o que no sepamos cómo expresar ciertos sentimientos; y claro que la gente espera que un líder actúe con ecuanimidad y madurez todo el tiempo, pero no siempre es posible… Sin embargo, debes trabajar en tus propias emociones para poder ponerle nombre y apellido a lo que quieres y sientes, y así explicarlo con claridad y honestidad a tu equipo.

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  • También es importante saber qué tipo de líder quieres ser. La plataforma de capacitación empresarial UBITS recomienda practicar la técnica de programación neurolingüística “persona-personaje”, que consiste en analizar el comportamiento de una persona que respetes y admires; pensar cómo esa persona resolvió exitosamente una situación determinada y cómo lo estás haciendo tú. Con base en eso, piensa qué haría esa persona en una situación como la tuya, cómo debes actuar, si tu reacción pudo ser diferente y qué beneficios hubiese tenido esto.
  • Piensa también en qué jefe no te gustaría tener, para que tú realmente seas un manager diferente. Según el INCAE Business School, debes visualizar a esa persona que no quieres emular y evitar caer en esas actitudes, impulsando por otro lado comportamientos que te sumen aliados y reconocimientos por parte de tus colaboradores. Es posible que en alguna ocasión hayas estado bajo el mando de una persona a la que resultaba difícil admirar. ¿Qué hacía que provocaba este rechazo? ¿Qué debes hacer tú para que la gente no vea en ti un jefe indeseable?

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  • ¡Comparte tus conocimientos! De nada sirve saber tantas cosas si no compartes tus experiencias y lo que has aprendido, sobre todo con tu equipo de trabajo. La generosidad intelectual con el equipo es fundamental. Dicen que el conocimiento se vuelve más valioso cuando se le hace llegar a los demás, y es que hacerlo ayudará a que las personas del equipo sepan cómo actuar ante ciertas circunstancias con base en tu experiencia, coadyuvará a que asuman nuevos retos. Lo anterior les dará confianza y esto redundará no solo en que se vuelva un equipo más productivo, sino que la gente misma será más profesional y tendrá más aspiraciones.
  • Aprende a escuchar a tu gente, porque ellos siempre tienen algo que decir y es algo de lo que puedes aprender y obtener ideas realmente valiosas que pueden aportar al crecimiento del equipo y al tuyo personal. Recuerda que tener un intercambio de conocimientos e ideas, siempre te permitirá tener una idea de lo que la gente piensa de ti, de tu desempeño como cabeza del equipo, porque puede ser que tu percepción como buen jefe y buen líder esté equivocada, y las cosas no estén bajo control como tú crees que es.

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  • Por otro lado, no es suficiente con oír lo que la gente piensa de ti, o las aportaciones que pueden brindar al funcionamiento y desarrollo del equipo, que como ya dijimos, suman de manera importante. Es fundamental que te des a la tarea de conocer a fondo a tu equipo: ¿cuáles son sus aspiraciones? ¿cómo es su familia? ¿qué necesidades personales tiene y cómo las quiere cumplir? ¿cómo puedes ayudarlos a cumplir sus metas profesionales y personales? Tener un conocimiento de todo esto te ayudará a ser más empático con ellos y ofrecer tu apoyo cuando se requiere, generando lealtad y afecto con ellos.
  • Recuerda bien que los logros de un equipo son de todo el equipo, no solo tuyos por ser su líder. El crédito del éxito debe ser para todos y cada uno de los integrantes, porque todos de alguna manera colaboraron para llegar ahí, así que debes reconocer sus aportaciones y darles las gracias por ello. Ser tomados en cuenta y reconocidos por su esfuerzo y dedicación, no solo ayudará a que se sientan valorados; también provocará en ellos que a la siguiente su empeño y dedicación sea aún más grandes.

Lo más importante es tener consciencia de que el liderazgo implica un proceso de aprendizaje continuo, en todos los aspectos. El principal objetivo es mejorar constantemente en todas las áreas, mantener un ambiente positivo tanto en el lugar de trabajo como en casa, y comprender que la empatía y el intercambio de conocimientos, así como la comunicación, son la base para que el trabajo en equipo redunde en una mayor productividad, lealtad y compromiso.

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Contacto:

Emilio González, director General de Nu México

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