Antes de comenzar otro año que nos lleve a emprender nuevos proyectos, propósitos y metas, es importante reflexionar sobre la trayectoria de este año que cerramos para así poder planear acorde a las circunstancias. El 2021 se ha caracterizado por ser una vuelta al sol marcada por la pandemia del Covid-19 y por una atropellada recuperación en cuanto a lo económico y social. A continuación, expongo un breve balance de lo que nos deja el 2021 en estas dos esferas en nuestro país.

En cuanto a lo económico, la recuperación del producto interno bruto (PIB) resulta ser menor de lo esperado. El escenario central del Banco de México observa tan solo un crecimiento del PIB de 5.4%, que se debe al rebote natural de la economía a consecuencia de sufrir un descalabro del – 8.2% durante el gran encierro en el 2020. Esto indica una economía aún muy mermada por la pandemia, que no ha terminado de recuperarse.

El balance de inversión económica para el 2021 muestra signos muy preocupantes. En cuanto a la inversión fija bruta (nuevas inversiones netas más inversiones por depreciación), cerramos el año con una inversión total cerca de 18% del PIB, tres puntos por debajo de lo que se promedió entre 2003 y 2018 que fue de 21% del PIB. Asimismo, se acelera la salida de capitales extranjeros con tenencia de valores gubernamentales mexicanos; tan solo en este año, los residentes extranjeros han liquidado 16% del total de su cartera que tenían invertidos en deuda del gobierno mexicano. Lo anterior indica que dichos inversionistas, buscan lugares más seguros donde refugiar su dinero. El monto de la liquidación de cartera por parte de residentes extranjeros que ha sucedió durante el 2021 es histórico.

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Un componente importante del entorpecimiento en la recuperación económica y en la inversión han sido los cuellos de botella en las cadenas globales de valor. Dichas interrupciones en el comercio global han afectado de manera particular al sector automotriz y exportador del país. Aún peor, estos shocks externos han pasado factura en la inflación para el 2021, la cual ya se calcula en alrededor de 7%. El incremento acelerado en los precios de los alimentos y medicinas es de particular preocupación para los más pobres, ya que es justamente este sector de la población el que destina un mayor porcentaje de su ingreso para comprar dichos bienes.

Esto me lleva a la segunda esfera que analizo en este breve balance del 2021: lo social. México se enfrenta a una etapa muy complicada en cuanto al alza en el porcentaje de población en situación de pobreza, el deterioro sanitario de la población y la pauperización de la educación entre los más jóvenes.

En materia de pobreza, la mayoría de los 4 millones de mexicanos que se sumaron a las filas de los pobres durante el año pasado, muy seguramente han permanecido ahí durante todo el 2021. Lo cual se asume, ya que la inflación ha crecido de una manera mucho más rápida que la economía durante el año en curso. Por tanto, podemos suponer que casi 56 millones de mexicanos estuvieron por debajo de la línea de bienestar durante el 2021, algo inaceptable para una sociedad como la nuestra que tiene un potencial enorme de crecimiento.

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En cuanto a lo sanitario, el avance reciente en la vacunación deja mucho que desear. Con más de 40 millones de vacunas aún disponibles en los almacenes del gobierno, y con cerca de la mitad de la población aún sin esquema completo de vacunación, los ritmos de vacunación están disminuyendo hacia finales del 2021. La entorpecida campaña de vacunación nos coloca como uno de los países con menor avance en esquema completo de vacunación contra el Covid-19 en América. Nuevamente, esto es intolerable para un país que ha experimentado 600,000 muertes en exceso desde el comienzo de la pandemia hasta finales del 2021 (cerca de cinco muertes en exceso por cada mil mexicanos).

Finalmente, la pauperización de la educación entre los más jóvenes en México durante el 2021 deja un saldo negativo muy importante en el capital humano del país. Un estudio reciente demuestra que los alumnos mexicanos perdieron más de un año de educación formal desde el inicio de la pandemia hasta el 2021. Estas pérdidas se han concentrado entre los estudiantes de escasos recursos. Las pérdidas en aprendizaje se han dado tanto en las habilidades de lectura como en las habilidades numéricas. Por tanto, el 2021 significó ampliar la brecha educativa entre clases sociales.

En suma, 2021 es un año bastante malo en términos económicos y sociales. La capacidad de mutación del coronavirus ha demostrado que nos llevara aún más tiempo transitar hacia una enfermedad endémica que podamos controlar. Con eso en mente, debemos de retomar el sendero del crecimiento, bienestar, salud y educación en este 2022, para que todos los mexicanos prosperemos. Mientras tanto, le deseo a usted una muy feliz Navidad y un próspero año nuevo.

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Contacto:

Dr. Jose Roberto Balmori, Director de los programas de licenciatura de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.*

Twitter: @jrbalmori

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