Los altos niveles de contaminación actuales son una realidad que no podemos ignorar más. Su impacto sobre diversos ámbitos de nuestra vida es ahora crítico, siendo la contaminación del aire uno de los más relevantes y notorios. Sin embargo, con el Covid-19, esta preocupación se intensificó, especialmente si consideramos la relación que existe entre una mala calidad del aire y los riesgos que esta implica para nuestra salud y seguridad. De hecho, el mercado global para su medición y monitoreo alcanzó un valor de 4 mil millones de dólares el año pasado y se espera que alcance los 6 mil millones para 2026.[1]

Este no es un tema nuevo. Especialistas y científicos llevan décadas analizando la contaminación del aire y cómo ésta afecta a la salud pública. No obstante, los últimos datos son alarmantes. Una investigación de la Universidad de Chicago descubrió que los índices de polución atmosférica actuales pueden reducir hasta seis años la expectativa de vida de las personas.[2]

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Por otro lado, estudios de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) demostraron que la contaminación del aire en espacios interiores o cerrados (IAQ, por sus siglas en inglés) puede ser hasta cinco veces más alta que en exteriores. Esto, aunado a una mala supervisión, puede generar combinaciones nocivas de CO2, polvo, gérmenes y compuestos orgánicos volátiles que limitan el desarrollo de capacidades cognitivas. [3]

Sobre esta línea, el constante monitoreo de la calidad del aire y la creación de ambientes más sanos es fundamental, no sólo para nuestro correcto desarrollo, sino para el retorno a las actividades presenciales que varios países alrededor del mundo ya han comenzado a implementar. En México este proceso ha comenzado y su nivel de éxito estará marcado por nuestra capacidad para monitorear qué tan bueno es el aire que respiramos en escuelas, oficinas, espacios públicos y otras áreas de trabajo o esparcimiento.

El reto no es menor, ya que el regreso va más allá de la simple reapertura de edificios. En varias ciudades en Latinoamérica la calidad del aire no es óptima y la carencia de infraestructura adecuada puede delimitar el rango de acción. Es decir, aunado a las medidas preventivas que ya conocemos (como el distanciamiento físico, la ventilación adecuada y las mascarillas faciales), tomadores de decisiones, administradores y otros actores relevantes debemos apostar por la implementación de soluciones innovadoras para un mayor control, verificación y filtración del aire.

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Existen diversas herramientas tecnológicas que nos pueden ayudar a alcanzar este objetivo. Dispositivos que pueden monitorear los niveles de CO2, humedad, ventilación o temperatura son relevantes porque permiten contar con datos precisos sobre la seguridad de un espacio, ciudad o área específica. Y el análisis de dichos datos aumenta la capacidad de localizar áreas donde se requieren acciones para mitigar la contaminación o reducir sus efectos. Ciudades como Londres, Beijing, Los Ángeles o Medellín, han utilizado estos microsensores para monitorear su aire en diversas aplicaciones de forma exitosa.[4]

Específicamente, la digitalización de los sistemas de monitoreo y control de calidad permite contar con información sobre éste y otros indicadores medioambientales clave en la toma de decisiones, desempeño y seguridad de cualquier organización. Prácticas de monitoreo sólidas, sostenibles y digitalizadas promoverán la eficiencia de los procesos, el desempeño de estudiantes, equipos de trabajo y personal sanitario, y, encima de todo, protegerán su salud y bienestar.

La tecnología surge como un aliado perfecto para impulsar cualquier plan que contribuya a la reducción de la contaminación y, por ende, a mejorar la seguridad y productividad en todas sus aristas. No importa si se trata de estrategias para combate al cambio climático o para un eventual regreso presencial de actividades, el poder de la tecnología puede catalizar acciones concretas para generar ambientes más saludables.

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[1] Research and Markets. 2021. Air Quality Monitoring Market: Global Industry Trends, Share, Size, Growth, Opportunity and Forecast 2021-2026. https://www.researchandmarkets.com/reports/5264032/air-quality-monitoring-market-global-industry

[2] Air Quality Life Index (AQLI). 2021. University of Chicago. https://aqli.epic.uchicago.edu/

[3] EPA. 2021. Healthy Indoor Environments in Schools During the COVID-19 Pandemic and Beyond. https://www.epa.gov/coronavirus/healthy-indoor-environments-schools-during-covid-19-pandemic-and-beyond

[4] Sánchez, Sergio. 2021. When fighting air pollution in Mexico City, data is power. Environmental Defense Fund. https://mexico.edf.org/blog/2021/06/23/cuando-se-trata-de-combatir-la-contaminacion-del-aire-en-la-ciudad-de-mexico-los

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Contacto:

*Thiago Zambotti, Vicepresidente y General Manager de Honeywell Safety and Productivity Solutions (SPS) para Latinoamérica

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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