En México, de acuerdo a cifras de las Naciones Unidas, la participación laboral de la mujer está por debajo de la de los hombres y es baja en comparación con otros países, causando impactos económicos importantes. La participación laboral de las mujeres fue de 45 por ciento en 2019, comparada con el 77 por ciento de los hombres, lo cual se traduce en una brecha de 32 por ciento.

Por otra parte, el Coneval (2021) calcula que las mujeres en Mexico dedican 49.8 horas a la semana a cuidar a otras personas y al trabajo doméstico. Este trabajo doméstico y de cuidado está poco valorado aunque es indispensable para garantizar el bienestar social, aunque la responsabilidad se puede distribuir mejor entre los integrantes de la familia para evitar que recaiga en una sola persona. En términos económicos, el INEGI calcula que el trabajo no remunerado representa el 20.5% del Producto Interno Bruto (PIB).

Por las razones antes mencionadas y algunas otras, muchas mujeres realizan una ‘pausa’ en su carrera laboral. Es difícil su reincorporación, y es que la búsqueda de beneficios laborales que faciliten esta reintegración puede atender a necesidades específicas. Esquemas de flexibilidad o diferenciados que puedan ofrecer las empresas, apoyan al talento femenino y a las generaciones más jóvenes que empiezan a definir el éxito profesional de manera distinta, entendiendo que sus prioridades van cambiando con el tiempo y tendrán que escalar de nuevo profesionalmente en ciertos momentos o buscar trabajos flexibles.

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Desaprovechar el talento femenino está teniendo un costo económico importante, e implica una pérdida de talento que se refleja en pérdida de productividad y en un impacto a nivel macroeconómico. En otras palabras, el aporte femenino es trascendental para nuestras sociedades y economías. Su reinserción al mercado laboral después de una pausa debe ser una prioridad para gobiernos y empresas. Muchas mujeres que han hecho una ‘pausa’ en su carrera laboral pueden experimentar un cierto estigma y les cuesta sacudirse la imagen de madre de familia, como si fuera algo negativo.

Muchas mujeres temen regresar a la vida profesional después de una pausa laboral. La confianza en sí mismas puede ser baja y sienten que es imposible encontrar un rol corporativo después de algunos años fuera, encontrándose con el ‘piso pegajoso’, atrapadas en la base de la pirámide económica. Pero recontratar a una mujer en esta etapa puede resultar ventajoso para las compañías:

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  • Mujeres con capacidades probadas: su experiencia anterior en el mundo laboral aunada a una madurez personal da como resultado aprendizaje y habilidades nuevas que serán de gran valor.
  • Mejora la productividad de las empresas: su responsabilidad detona en eficiencia, efectividad y competitividad.
  • Promover una cultura de empresa: promover sistemas flexibles así como el balance personal-profesional, lo cual ayudará a incrementar el compromiso y lealtad de todos los empleados.
  • Atracción y retención de talento.

Algunas propuestas para lograr con éxito la reinserción de estas mujeres son las siguientes:

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  1. Teletrabajo, esquemas híbridos y flexibilidad horaria, permitiendo a las colaboradoras la autogestión y planificación.
  2. Pasantías remuneradas, un periodo de prueba para poder pasar a empleos definitivos, evitando juzgar por las lagunas de los currículos.
  3. Puestos de trabajo temporales, cubriendo bajas temporales o proyectos especiales y permitiendo una muestra real del colaborador.
  4. Formación continua y personalizada, actualizando y mejorando conocimientos y capacidades.
  5. Planes de compensaciones y beneficios, planteando estrategias de recompensas que vayan más allá de remuneraciones económicas, con modelos de trabajo e incentivos.
  6. Políticas de bienestar laboral y conciliación adaptadas, basadas en la innovación y desarrollo personalizado.

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A fin de frenar la decisión de una gran cantidad de mujeres que por la pandemia han tenido que pausar sus actividades profesionales, a nivel gubernamental un apoyo indispensable es el de las escuelas y las guarderías. En una sesión con el full-time MBA en el IPADE, realizamos un debate para analizar las ventajas y las desventajas de reabrir las escuelas en este momento por la situación de la pandemia y las condiciones para hacerlo, y una de las aportaciones más significativas consideraba a las mujeres que requieren de este apoyo para continuar aportando en materia económica y por su desarrollo profesional.

Las mujeres creen que tomar una pausa laboral es el fin de su carrera pero no es así; las competencias que adquieren y la preparación pueden hacer la diferencia. Aún así, no hay que olvidar que su decisión también depende de lo que las redes de apoyo puedan aportar para facilitar su reincorporación: las familias, las empresas, las entidades gubernamentales y la sociedad en general.

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Liora Arditti, Profesora del área de Política de Empresa del IPADE.

Yvette Mucharraz, Directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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