Comenzó como una crisis sanitaria, pero su duración y sus implicaciones han derivado en distintas crisis. El mercado laboral empieza a recuperarse. No obstante, habremos de evaluar si seguimos en el camino para alcanzar los estándares de trabajo decente o trabajo digno, tal y como está definido en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS’s) de Naciones Unidas.

Un estudio del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE Business School mide y da seguimiento a los principales indicadores estadísticos de Trabajo Decente establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel global y por género. Actualmente, el periodo de análisis abarca de 2005 a 2021, lo que permite realizar comparativos consistentes.

De los 16 indicadores que constituyen la metodología del estudio del CIMAD, una de las mayores preocupaciones se encuentra en el indicador Jóvenes sin estudiar, capacitarse o trabajar. Este indicador forma parte de las metas consideradas en los ODS’s y permite tener una visión sobre el capital humano futuro, debido a que se construye con base en la información de personas entre 15 y 24 años, captada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

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En términos globales, este indicador aumentó de 18.1% en el primer trimestre de 2020 a 19.6% en el mismo periodo de 2021, lo que representa 1.5 puntos porcentuales más a nivel nacional de jóvenes con edades entre 15 y 24 años que se encuentran sin estudiar, capacitarse o trabajar formalmente. Es la primera vez que se revierte la tendencia decreciente durante los 16 años que abarca el estudio.

Al dividir por sexo, tenemos que 28.2% de las mujeres en este grupo poblacional no estudian, trabajan o se capacitan en el año 2021; es decir, una de cada tres mujeres en este rango de edad no está desarrollando habilidades para incorporarse de manera adecuada al mercado laboral. Un año antes de la pandemia la cifra era 26.8%, lo que implica un incremento de 1.4 puntos porcentuales. El indicador masculino también aumentó de 9.4% a 11.3% casi 2 puntos porcentuales. Al cruzar el dato con otro indicador del Foro Económico Mundial (2021), se observa que México ha caído 2 lugares en materia educativa respecto al año anterior, siendo uno de los elementos afectados la tasa de alfabetización y otro la baja de la inscripción en la educación básica. Los efectos en el largo plazo en materia de empleo e incluso en el nivel de competitividad de esta generación en el futuro, pueden ser críticos.

Otros indicadores monitoreados por el estudio del CIMAD, como es la relación empleo-población, que muestra el porcentaje de personas en el mercado laboral respecto al total de la población en edad legal de trabajar, también registran valores preocupantes a nivel global. En 2020, 57.8% de estas personas estaban empleadas, mientras que en 2021 este indicador fue de apenas 54.6%. Por género descubrimos una mayor reducción (-3.5 puntos porcentuales) para las mujeres que para los hombres (-2.9 puntos porcentuales).

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No obstante, aún con los desafíos que están enfrentando las mujeres en el ámbito laboral, existen indicadores favorables. En este sentido, destaca por ejemplo que la presencia de mujeres en la alta y media dirección ha permanecido alrededor de 37%, o que la segregación ocupacional por género ha permanecido prácticamente en el mismo nivel registrado en el año previo a la pandemia, mostrando así que el talento femenino cuenta con las habilidades para hacer frente a los retos empresariales y personales que la pandemia ha traído.

La crisis derivada de la pandemia ha sido profunda y está afectando de forma desigual a hombres y a mujeres en el entorno laboral. Ambos han tenido que adaptarse a circunstancias complejas durante este periodo. Nuestra sociedad debe continuar con la tendencia de inclusión y adaptación hacia estructuras laborales que faciliten la integración de los ámbitos profesional, familiar y personal donde el balance de vida de los trabajadores y los resultados en la productividad sean la base del desarrollo empresarial y económico en México.

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Contacto:

Yvette Mucharraz y Cano, Directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE Business School.*

Benjamín Alemán Castilla, Profesor del Área de Entorno Económico del IPADE Business School e Investigador del Centro de Investigación en la Alta Dirección.*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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