Delegar con eficacia es una de las características más importantes de un buen líder. Quién sabe distribuir tareas de forma correcta y justa sabe también cuáles son los mejores caminos de crecimiento que una empresa puede tener. Cuando un director delega una tarea al colaborador, le transmite responsabilidad por el trabajo y también los méritos por el resultado.

El directivo que no delega puede terminar sobrecargado. Si un director consigue dividir tareas y apuntar responsables por ciertas decisiones, deja de tener trabajo en exceso, reduce su carga de horario y el nivel de estrés. Cuando el líder comprende y acepta que monopolizar tareas es algo negativo, el flujo de caja de su empresa es más fluido.

Además, el acto de delegar una tarea a un colaborador es visto por el equipo como un voto de confianza. Por lo tanto, esta actitud mejora la relación entre los directores y los colaboradores. Facilita la comunicación, aproxima e influencia directamente en el esfuerzo colectivo, que crece cuando el equipo está motivado. De esta forma, es más fácil alcanzar los resultados esperados u objetivos.

A lo largo de los años he aprendido que el enfoque más eficaz consiste en delegar tanta autoridad como sea posible y fomentar las habilidades de liderazgo de todos los demás. Cuando lo consigo, no solo se acrecienta la unidad del equipo y se da pie a que los demás también crezcan, sino que, por muy paradójico que parezca, mi papel como líder también se refuerza. “Once anillos” (2013), Phil Jackson

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Los directores que son exitosos establecen responsabilidad a cada colaborador cuando asignan trabajo, organizan equipos y estructuran departamentos. Esto significa que una solo persona, no dos, y menos un grupo es responsable del cumplimiento de una actividad, o es el punto focal para la información que entra y sale de un departamento o de un grupo. Sin un responsable directo, es muy fácil que las cosas se confundan y se vayan al abismo. “Todos estaban seguros de que alguien lo haría, pero nadie lo hizo”.

Las responsabilidades de los colaboradores no siempre son claras y precisa. En ocasiones hay traslapo. Otras veces existen áreas pocos claras en las que nadie está muy seguro de quién tiene la pelota. Puede crearse confusión. Es posible que el trabajo necesario no se haga, o que, por el contrario, haya una duplicación de esfuerzos. Los mejores directores son precisos y claros al asignar el trabajo. Establecen quién es el único responsable de qué acciones, decisiones y resultados. Dar este tipo de dirección es un paso esencial para evitar posibles confusiones y malentendidos. Lo que hace un buen director de personal es: pregunta a quién le pertenece el punto de la acción… a quién le pertenece el problema… a quién le pertenece la decisión. Coloque la responsabilidad en el sitio correcto, y entonces la comunicación se hará realmente sencilla. “El arte de delegar es una de las habilidades claves que un empresario debe perfeccionar”. Richard Branson  

En muy común que se establezcan equipos funcionales cruzados para atender diversos problemas organizaciones. Cuando se trabaja con equipos, los directores necesitan establecer la responsabilidad nombrando un líder por equipo de proyecto.

El líder responsable puede ser designado por el director, elegido por el equipo o ser un voluntario. La dirección se encarga de que el líder tenga la capacidad y competencias para asegurar la realización de la tarea o el proyecto. Al establecer responsables únicos, también quedan claramente definidos los canales por los cuales los directores pueden ingresar o recibir del grupo.

Finalmente, cuando se está estructurando un departamento o una empresa, lo mejor que se puede hacer es nombrar responsables según el tipo de tarea o actividad. Tanto los clientes internos como los externos deben saber quién es la persona específica que necesitan contactar para pedir ayuda, radicar una queja o lograr una acción.

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Los mejores directores no disipan los esfuerzos de las personas haciéndolas sentir vagamente responsables de todo. El establecimiento de responsables reporta varios beneficios. En primer lugar, da claridad sobre quién es responsable de qué; en segundo lugar, define los canales de entrada y salida de información de un grupo o un equipo; y, finalmente, hace que los clientes tanto internos como externos sepan a quién contactar para que les ayude.

Si usted es uno de los que está siempre con una lista extensa de actividades a realizar, dirige y resuelve todo sólo y siempre rehace el trabajo de los miembros de su equipo, tal vez llegó el momento de aprender la delegar. Elija los colaboradores adecuados de su confianza y que tienen las habilidades que necesita para realizar las actividades que le ayuden a lograr los objetivos de la empresa en el tiempo, con los recursos y en la forma requeridos. Una empresa precisa de equilibrio. Distribuir el peso de las responsabilidades es una forma de mantenerla equilibrada.

A manera de reflexión final:  El líder visionario, entrena a sus colaboradores en los cuales puede delegar de acuerdo con sus capacidades cualquier actividad, tarea o detalle de su posición. Sólo de esta manera un director se multiplica y se prepara para estar en muchos lugares y dar atención a varias cosas al mismo tiempo. “Cuando se le asigna una labor a la persona equivocada, se puede producir un caos, y tras él, problemas de motivación. Saber delegar significa comprender las tareas, y también las capacidades de los miembros de su equipo, con el fin de poner las responsabilidades correctas en manos de las personas que mejor las puedan desempeñar.” Rick Warren

El problema es que no todos los líderes saben delegar. Hay una barrera que impide la realización de esta tarea de forma correcta. Muchos de ellos creen que se trata sólo de la transmisión de responsabilidades, pero es mucho más que eso. Es dividir los méritos con otras personas, permitir que los colaboradores crezcan y también entender que la asignación correcta de responsabilidades y funciones puede ser el mejor camino para su propio crecimiento. “El líder capaz, entrena su suplente el cual puede delegar a voluntad cualquier detalle de su posición. Sólo de esta manera un líder se multiplica y se prepara para estar en muchos lugares y dar atención a muchas cosas al mismo tiempo”. Napoleón Hill

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