Desde hace años, si hay un motor económico que no ha dejado de funcionar en la economía mexicana, ese es el comercio. La economía mexicana es un claro ejemplo de país que ha apostado por el libre comercio y la apertura comercial, con los consecuentes beneficios que este transfiere, día tras día, a la economía azteca. Y es que, como ya sabemos, no hablamos de una cifra para nada desdeñable, pues su contribución al PIB, atendiendo a las cifras que nos ofrece el banco mundial, se sitúa, aproximadamente, en el 80%.
Pese a que muchas economías de América Latina moderaron su crecimiento tras la crisis de 2008, a la vez que los flujos de inversión extranjera directa se resentían con el paso de los años, el comercio entre el país mexicano y sus principales socios comerciales no ha dejado de incrementarse año tras año; cosechando nuevos récords cada año, incluso en tiempos de pandemia. Y es que una guerra comercial de Estados Unidos, la primera economía del mundo, con China, su competidor directo, convirtió a México en el principal socio comercial del país con el que todos quieren comerciar.
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Así, si observamos la tendencia que muestra la participación de la economía mexicana en los mercados internacionales, se puede observar que esta no ha dejado incrementarse con el paso del tiempo, basándonos para esta afirmación en cómo ha crecido su peso en la economía mexicana con el paso de los años. En este sentido, el peso del sector exterior en el PIB mexicano en el año 1970 no superaba el 17% de su PIB. Pero si hay un factor determinante que justifica esto que comentamos, ese es el TLCAN, pues, en 1994, cuando el tratado se hace efectivo, el comercio pasa de ser el 30%, a ser, en solo dos años, el 50% de su PIB.
Esto ha llamado la atención de numerosos países que ven en México una oportunidad para llegar a acuerdos. Un país tan abierto comercialmente hablando no debe mostrar reticencias para llegar a acuerdos con otras economías. Además, la posición que ocupa México, tanto como industria auxiliar como su posición como principal socio comercial, le otorga un mayor atractivo, el cual ha despertado el interés de economías como la británica. Una economía que, habiendo salido de la Unión Europea, hoy busca refugio en nuevos clubs, sabiéndose públicamente que esta ya ha tocado la puerta al Gobierno mexicano.
Y es que puede que haya pasado de largo al citarlo, pero hablamos de un comercio que ni en tiempos de pandemia se ha frenado. Las relaciones comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá están más fortalecidas que nunca. Los flujos de comercio entre estas economías han registrado cifras bastante positivas, pese a que nos encontrábamos inmersos en una crisis que bloqueaba los flujos de mercancía y de personas en todo el planeta. Y es que, atendiendo a esta situación, muchas son las economías que, dándose cuenta de la vulnerabilidad de sus economías ante la pandemia, ha visto las fortalezas del comercio resaltadas por ejemplos como el de México.
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Para hacernos una idea de lo que hablo, no hace mucho tiempo, el país azteca registraba un superávit histórico, de 68 mil 420 millones de dólares. Pues hablamos, como decíamos, de una relación que crece año tras año, y que, pese a la pandemia, sigue cosechando récords. Pero de la misma forma, el pasado mes de marzo, el comercio entre México y los Estados Unidos marcó un nuevo récord histórico, registrando un incremento del comercio entre México y Estados Unidos, expresado como la suma de exportaciones e importaciones, que se situaba en los 56 mil 908 millones de dólares. En resumen, números que hablan por sí solos, pero que, sobre todo, reflejan el potencial de un sector exterior al que ni la mayor crisis del siglo XXI ha podido tumbar; por lo que hoy resulta tan atractivo.
En resumen, los datos nos muestran cómo México no solo ha sabido identificar el comercio como vía para crecer económicamente, sino que lo ha sabido potenciar mediante tratados de libre comercio que hoy le posicionan en lugar destacado, a la derecha de la economía más potente del mundo. Pero, además, los datos nos dicen que esta tendencia va a seguir así en los próximos años, pues la pandemia no ha podido con el y las previsiones que hacen organismos como el FMI señalan que, tras la tormenta, el comercio prevé mantener sus flujos, así como incrementarse gradualmente con el paso de los meses, y en tanto en cuanto vaya disipándose las distintas crisis que, por los desajustes entre oferta y demanda a nivel global, hoy sufre la economía.
Pues podemos seguir atendiendo a todas las teorías de economía internacional que nos hablan de fenómenos negativos que se derivan del comercio, pero los datos que hacen referencia a la economía azteca nos dicen que México no es el caso, y que su modelo llama la atención, incluso, de las potencias europeas.
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