Por Jordi Soler

Boca Juniors salta al terreno de juego para enfrentarse a River Plate. El equipo xeneize marcha líder de la competición, mientras que River transita por la mitad de la tabla, aferrándose a su lucha por alcanzar la fase de playoffs. Las redes sociales hace días que calientan el encuentro. Hay ambiente de noche importante. Unos defienden el color azul y otros el rojo. Sin embargo, no estamos en La Bombonera ni en Monumental. No hay cánticos en las gradas. De hecho, no hay gradas en este Superclásico. Estamos en la Grieta del Invocador, el terreno de juego de League of Legends (LoL). Y se disputa la fecha número 16 de la Liga Master Flow, la liga oficial de LoL, el videojuego de competición más importante del mundo.

Los dos clubes con más historia del futbol argentino decidieron llevar su rivalidad a la Grieta del Invocador en 2021, en una excelente muestra de la cada vez más importante presencia del deporte tradicional en los esports.

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Tanto Boca como River cuentan con equipos profesionales de League of Legends (LoL) que compiten en la Liga Master Flow de League of Legends y en la Unity League de CS:GO, ligas operadas por LVP (Grupo MEDIAPRO), aunque hay muchos ejemplos similares alrededor del mundo. La División de Honor de México, también de LoL, contó con la participación en 2019 del equipo de Chivas esports, que actualmente tiene un equipo en la Free Fire League, la competición continental más importante de Free Fire. En Colombia, Deportivo Cali Legends y Once Caldas Esports compitieron durante 2021 en la Golden League, siendo las dos primeras escuadras de futbol del país en incursionar en el sector. En Perú, la Claro Gaming Stars League cuenta actualmente con la presencia de Cienciano Esports y Club Deportivo Municipal. Y en la Liga de Honor Entel de Chile compiten Santiago Wanderers eSPORTS y Cruzados Esports (Club Deportivo Universidad Católica).

En la Superliga de League of Legends, la liga oficial de España participa desde esta temporada el Barça esports, uno de los clubes deportivos más importantes del mundo. Y en la Superliga Segunda del mismo país aparecen también otros equipos como el Real Betis o la SD Huesca, ambos instalados en la élite del futbol español.

Pero no solo clubes deportivos están dando el salto al sector de los esports, también lo están haciendo deportistas a título individual. Futbolistas en activo como Carlos Casemiro (CASE Esports), David De Gea (Rebels Gaming), Gerard Piqué (KOI), Miguel Layún (19esports) o Bruno Vides (God’s Plan); exfutbolistas como Sergio “Kun” Agüero (KRÜ esports) o Juan Sebastiçán Verón (EBRO Gaming), así como los tenistas Juan Martín Del Potro (Globant Emeral Team), Guillermo Coria (Ualá Pampas) o Diego Schwartzman (Stone Movistar) son propietarios, inversores o embajadores de distintas entidades vinculadas a los deportes electrónicos.

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La pregunta, en este caso, es obligatoria: ¿qué lleva a estos equipos y deportistas a invertir en un sector como los esports? Aunque cada caso debería tratarse de forma individual, uno de los elementos en común es la creciente necesidad de los clubes tradicionales de conectar con las nuevas audiencias. La llamada “Generación Z” (nacidos a partir de 1995) muestra hábitos de consumo y lenguajes distintos a los de sus predecesores, así que para conectar con ellos es necesario “hablar su idioma” y hacerlo a través de los canales adecuados (Twitch, YouTube, redes sociales). Los esports no solo se desarrollan en esos canales, sino que promueven la creación de contenidos audiovisuales que son fácilmente identificables para esas nuevas audiencias… que el día de mañana podrían acabar siendo seguidores del equipo de futbol o incrementar su vinculación emocional con los clubes si ya lo son.   

En el caso de los deportistas, la mayoría son figuras jóvenes que han crecido con los videojuegos, que siguen jugando a ellos y que, sobre todo, conocen el potencial del sector. En su caso, además de conectar con las nuevas audiencias, también realizan apuestas personales económicas de futuro en un sector al alza para cuando acaben sus carreras deportivas. Y es que no solo se trata de que deportistas o clubes conecten con las nuevas audiencias, sino que los esports son un negocio creciente y de futuro.

Por cierto, el Superclásico de la jornada 16 de la Liga Master Flow de LVP se lo llevó River Plate, aunque Boca Juniors sigue al frente de la tabla.

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Jordi Soler, director general de LVP*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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