Covid-19 transformó nuestra visión sobre la forma de consumir y pagar. A partir de la pandemia, las múltiples soluciones que se han desplegado para realizar compras y pagos de forma simple, rápida y segura han permitido el desarrollo acelerado de soluciones digitales a nivel mundial.

De acuerdo con Panorama de la innovación en México y Centroamérica, elaborado por KPMG en México en 2021, 82% de las empresas en nuestro país consideran que la forma en que ofrecen productos y servicios cambiarán significativamente durante los próximos tres años. Seguramente el sector de pagos no será la excepción.

Aunque es notorio que Asia-Pacífico sigue dominando la industria de los pagos digitales, el mayor crecimiento se registrará en economías emergentes, donde los índices de bancarización son bajos.

A partir de la pandemia, el uso de efectivo ha disminuido de forma considerable. La utilización de pagos sin contacto y de pagos digitales ha sido la estrella durante este periodo. Ante ello, las fintech de pagos han aprovechado estos espacios y comienzan a cobrar relevancia, ya que se basan en soluciones innovadoras, habilitadas por tecnologías como big data, blockchain, cloud computing, entre otras.

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La utilización de la tecnología ha permitido reducir los costos de las transacciones de cara a los operadores y agiliza la ejecución de pagos, lo que deriva en una mejor experiencia para el cliente. Estas tecnologías, aunadas a la utilización de dispositivos móviles, ha revolucionado la forma en que realizamos pagos.

El desarrollo de las fintech de pagos arrancó con la colocación de terminales en gran cantidad de comercios, y aunque las tasas se mantienen altas, el número de comercios afiliados va en aumento año con año. Esto se ha justificado por una mejor experiencia tanto en la facilidad y rapidez en el inicio de la operación y en el desarrollo de servicios de valor agregado, como en la integración de la terminal y el pago a los puntos de venta (sistemas de cobro en caja) y ofrecer servicios especializados y de facturación.

Mientras la inmediatez de la activación del servicio y la oferta de valores agregados se incrementa con la incursión de nuevos jugadores, las tasas de descuento están siendo presionadas a la baja, pues el costo de la transacción y de los intermediaros que participan se optimiza.

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Al mismo tiempo, el comercio electrónico impulsó el desarrollo de los pagos en línea; sin embargo, estos esquemas se tuvieron que adaptar al ecosistema mexicano, poco bancarizado, para aceptar pagos en efectivo. Covid-19 detonó su uso y parece que poco a poco el efectivo va disminuyendo, pero la inclusión financiera sigue siendo un reto, y mientras el ciclo de cash-in y cash-out sea una barrera, tener mayor aceptación será complicado.

Otro problema es la tasa de descuento y, aunque ya está siendo presionada a la baja, aun cuando el costo de la transacción se optimiza, las tasas al comercio se han mantenido debido a todos los intermediarios que participan.

La iniciación de pagos, que la Ley Fintech ha dejado fuera de la regulación mexicana, debía facilitar la conexión entre el comercio y el banco. Por eso, y por el reto de la inclusión en México, esquemas como el BNPL (buy now pay later) están tomando mayor relevancia. Las soluciones de pago tenderán a solucionar las necesidades de actividades que han visto mayor demanda recientemente y seguirán esa tendencia: pagos persona a persona, servicios profesionales remotos, exportación/importación de productos.

Otra de las palancas que ha acelerado la generación de soluciones innovadoras de pagos son los gobiernos, que buscan reducir el uso del efectivo, promover el crecimiento inclusivo y reducir la pobreza, como lo podemos ver en Better than Cash Alliance, una coalición internacional que reúne gobiernos, empresas y organizaciones internacionales para acelerar la transición del uso de dinero en efectivo a pagos digitales.

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Entre las soluciones que otorgan las fintech se encuentran los pagos digitales y las billeteras electrónicas; estas últimas son de aplicación muy simple, y permiten pagar de forma rápida y segura.

Mediante las billeteras electrónicas, el usuario vincula una cuenta bancaria o las tarjetas que tenga activas, seleccionando la que desea ocupar para realizar el pago. El crecimiento a nivel internacional que están experimentando estas soluciones es exponencial; en México, el auge es similar y vemos un campo fértil para el desarrollo de estas aplicaciones. Este tipo de servicios deberán solicitar autorización a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) para operar, y cumplir una serie de requisitos que permitan garantizar un ambiente seguro para sus clientes, brindando mayor certidumbre para realizar transacciones en las nuevas aplicaciones.

Las fintech de pagos ya son un jugador relevante, por lo que veremos más soluciones innovadoras, hiperpersonalizadas, más simples, rápidas y a costos más competitivos, a las que tendrán acceso un mayor número de usuarios. El papel del regulador será clave para empujar iniciativas como el open banking que apoyará a estos jugadores en la generación de nuevos productos y servicios, así como en temas de inclusión financiera.

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Maricarmen García, Socia de Asesoría en Administración de Riesgos Financieros de KPMG en México*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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