A falta de poco menos de un año para la elección intermedia de 2021, México ha caído en un escenario poco favorable para el contraste de ideas, en el cual, sólo existen dos grupos visibles: quienes nada cuestionan a Andrés Manuel y quienes consideran que todo lo que él hace está mal.
Entre ambas posturas, existen electores que no se sienten representados por ninguno de los dos grupos protagonistas del momento, ya que por parte del movimiento Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAAA) hay posturas cercanas al conservadurismo religioso, mientras que, en el gobierno, no hay el mínimo de auto crítica y una estrategia de unidad nacional.
Lo escrito en el párrafo anterior queda reflejado con las notas de la prensa mexicana que a diario reporta agresiones, burlas y manejo de noticias falsas que sirven de ataque entre en grupo y otro; esa misma prensa, también reporta a voces que señalan el riesgo de normalizar los ataques como parte de una vida política, ya que las descalificaciones no construyen escuelas, hospitales o mejoran la calidad de vida de las personas.
El caso mexicano de descalificaciones a partir de mentiras y tener dos polos enfrentados, es algo que ya ocurrió en otros países de América Latina, siendo Brasil el caso más representativo, ya que, pasaron de un gobierno progresista y de izquierda, a uno en el cual existe una guía religiosa, con poco respeto a los derechos humanos y nulo reconocimiento a una agenda de equidad y medio ambiente.
En el caso brasileño, la fragmentación empezó a gestarse poco a poco, cuando la oposición señalaba de forma exagerada los errores que Lula y Dilma Rousseff cometieron en sus gestiones, combinado con una estrategia en la cual las noticias falsas se hacían pasar por buenas para atacar constantemente.
La oposición a Lula y Dilma Rousseff logró el objetivo hacerse del poder y el resultado de hoy es un Brasil fragmentado en dos polos, con una crisis sanitaria y económica fuerte y con un panorama en el cual esas dos posturas no están dispuestas a ceder, lo cual implica no negociar o estar abiertos a otras alternativas como gobierno.
En el caso mexicano, a pesar de que FRENAAA parece un movimiento sin rumbo, no se le puede descartar, ya que en algún momento del sexenio puede recibir el apoyo de otros grupos como los afectados por el desabasto de medicamentos, los que han visto truncados sus proyectos por la desaparición de fideicomisos o aquellos que siempre han mostrado un odio irracional al presidente.
Por otro lado, MORENA como partido político, puede recibir a beneficiarios de ciertos programas sociales y a todos los que han encontrado estabilidad laboral y económica en este gobierno, lo cual tendrá a dos polos enfrentados por mucho tiempo.
Dado el escenario actual, lo más probable es que se presente un candidato o candidata por el lado de MORENA que tendrá como única propuesta el ser muy cercano a la figura de Andrés Manuel López Obrador, ya que eso garantiza estar en uno de los dos polos.
Por parte de FRENAAA, es muy probable que la figura que se presente sea la de un hombre conservador, con una agenda que cancele derechos humanos como matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto y la eutanasia pasiva, sumado a un discurso anti López Obrador.
En ambos polos, lo que se espera en próximas elecciones son descalificaciones, manejo de noticias falsas e insultos a los seguidores de un grupo y otro, ya que eso es lo que se ha visto en últimas semanas por parte de FRENAAA y el Gobierno Federal.
El riesgo de vivir en un estado de intolerancia entre dos polos, es el hecho de que México vea en 3 o 9 años, un gobierno extremadamente conservador, que quiera cambiar todo lo que la actual administración hizo, sin importar si es funcional o no.
El riesgo de vivir en un estado de intolerancia entre dos polos, es el hecho de que en México la alternancia (sin importar si es FRENAAA o el lopezobradorismo) destruya todo lo que el antecesor hizo, sin detenerse a analizar que funciona y que no.
Esa destrucción y nula planificación estarán presentes mientras no exista un real diálogo entre grupos opositores y se mantenga el insulto y manejo de noticias falsas como estrategia de campaña. El riesgo es perder tiempo como país para solucionar los problemas que tenemos a diario y que, de momento, siguen aquejando a millones de personas.
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El autor es Docente de economía en la UNAM, coordinador del Programa Único de Especializaciones en Economía (Posgrado, UNAM). Corredor y fotógrafo amateur en los ratos libres.*
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