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Estas son las 30 promesas de los negocios 2024

A lo largo de esta semana hemos sido testigos de muchas noticias económicas que, como en semanas anteriores, trataban y analizaban la recuperación que prevé experimentar la economía mexicana en los próximos años. Pero si hay que destacar una de estas noticias sobre dicha recuperación es la publicada por el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este sentido, el organismo multilateral prevé que la economía mexicana crezca un 5% este año, 0.7 puntos porcentuales más que lo previsto en enero.

Asimismo, para el ejercicio 2022, el organismo proyecta que el PIB muestre, de la misma forma, un mayor crecimiento de lo esperado, al alcanzar un crecimiento cercano al 3 por ciento; un crecimiento que se incrementa en 0.5 puntos porcentuales respecto al dato que arrojaba el informe WEO. Así pues, hablamos de un dato que, en cierta forma, confirma la recuperación de la actividad mexicana, que comienza a contagiarse de las economías desarrolladas. Economías que comienzan a reanudar su actividad en tanto en cuanto van llegando las vacunas, se ofrecen estímulos fiscales para combatir el ciclo económico, a la vez que llegan fondos para la reforma de las debilidades estructurales que tanto tiempo arrastran, sin aplicarse reformas, estas economías.

Sin embargo, el FMI, y pese a esta mejora, achaca la revisión al alza a las economías desarrolladas, que comienzan a mostrar un mejor comportamiento. En lo que respecta a la economía mexicana, la contracción económica que ha vivido el país es muy acusada, y aunque hablemos de una de las mayores tasas de crecimiento en muchos años de historia, la economía prevé cerrar el año con un nivel de PIB por debajo del nivel prepandemia. Y todo ello, sin tener en cuenta una serie de riesgos que podrían hacer de esta afirmación una auténtica mentira en el futuro.

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Así pues, el pasado ejercicio, el de 2020, fue un año catastrófico para la economía azteca. La paralización de la actividad económica, en un escenario en el que la pandemia se extendía más de lo previsto por el FMI, dejaban una contracción en el PIB mexicano que ascendía, tras la revisión del INEGI, hasta el -8,5%. Si tenemos en cuenta el crecimiento previsto por el propio organismo, al finalizar el presente año y aun habiendo atravesado, también, el 2022, la economía mexicana no habrá recuperado el nivel de PIB previo a la pandemia; por lo que no se habrá recuperado por completo.

Las previsiones establecen que México podría recuperar su nivel previo en 2023, pero como decíamos al inicio, debemos tener en cuenta muchos condicionantes que supeditan el comportamiento de la economía mexicana, y por ende las previsiones que establecen los distintos organismos. Y es que, para empezar por uno de los condicionantes de gran relevancia y que, como resalta el FMI, ha sido de los que más ha influido en esta mejora de las previsiones, podemos observar la respuesta fiscal de México ante la contracción registrada.

En este sentido, México ha sido de las economías que menor respuesta fiscal ha ofrecido para combatir la pandemia. Su debilidad institucional, que justifica sus escasos recursos, le deja sin un margen de maniobra aceptable para combatir la pandemia. Mientras otras economías han destinado cerca del 11% de su PIB a combatir el ciclo, como Estados Unidos, a la vez que otras destinaban cerca del 9%, como Alemania, y en un escenario en el que las economías desarrolladas, con un 6,7% de media, y las emergentes, con un 2,3%, muestran una respuesta general bastante elevada, México por su parte no llega al 1% de su PIB; siendo de las economías que menor respuesta ha ofrecido, y pese a que el FMI resaltó, entre sus condicionantes citados, el apoyo a este tipo de políticas por parte del país.

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Pero al igual que ocurre con la respuesta fiscal, México también presenta situaciones que limitan el potencial de su economía, y que importan atendiendo a que estas debilidades podrían marcar la recuperación. Partiendo de que el crecimiento de la economía mexicana viene apagándose desde hace años, México es un país que, por su debilidad institucional reflejada en el ranking que hace la OCDE, y que muestra la proporción que representa el ingreso fiscal como porcentaje del PIB, se muestra más incapacitado para sacar adelante reformas. Y es que hablamos de reformas muy necesarias, las cuales traten de corregir situaciones como las que vemos al analizar la economía informal, donde cerca del 60% de la población se encuentra empleada al margen de la legislación laboral.

Y a esto que comentamos, debemos sumar otra situación más, determinante para la recuperación, y es la administración de las vacunas. En este contexto, el país está vacunando a un ritmo aceptable. Sin embargo, sus débiles sistemas sanitarios, en un escenario en el que puedan producirse nuevas oleadas, podría saturarse; de esta forma, retrasando la vacunación. Y es que, sin entrar siquiera a valorar la vulnerabilidad que presenta el país a la hora de endeudarse, los riesgos están muy presentes, y deben tenerse muy en cuenta.

Por ello, los resultados del FMI deben ser acogidos con el optimismo que estos muestran. Pero ello, al igual que ocurrió con publicaciones anteriores, no debe generar la autocomplacencia de un gobernante que, como sabemos, le gustan y necesita estos datos para reforzar una legislatura en la que ya cosecha dos años de crecimiento nulo.

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