Recientemente, con la participación de la UNESCO, el BID, la ANEAS y Conagua, se realizó la presentación en México del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2021 en su versión en español, y que este año aborda de manera específica la temática sobre el valor del agua y se evalúan sus perspectivas, desafíos y oportunidades a través de diversos enfoques.
Este informe refleja el estado actual de los recursos hídricos en el mundo y sus distintas regiones. En él, se pone de relieve la necesidad de mejorar la gestión del agua, para lo cual es indispensable reconocer, cuantificar y expresar su valor para incorporarlo a la planeación y toma de decisiones y contribuir, con ello, al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
El documento describe las metodologías y enfoques para valorar el agua, que son cinco: las fuentes de agua y ecosistemas; infraestructura hidráulica; servicios de suministro de agua, saneamiento e higiene; valorar el agua para la alimentación y agricultura; y valores culturales del agua.
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En este contexto, es necesario reconocer que existen distintos puntos de vista y perspectivas (todos ellos legítimos) acerca de lo que significa el concepto de “valor del agua” para diferentes grupos de usuarios, actores y partes interesadas de todos los sectores de la sociedad, de acuerdo a sus distintas realidades y necesidades.
Estas diferencias presentan retos y complejidades para poder llegar al punto de formar una visión común sobre el tema, y poder valorar el agua debidamente en sus distintas dimensiones, perspectivas y usos.
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Por otro lado, el componente del valor del agua tiene un claro vínculo con el aspecto de la gobernanza del agua. La OCDE define la gobernanza del agua como el “abanico de reglas, prácticas y procesos (formales e informales) políticos, institucionales y administrativos a través de los cuales se toman e implementan decisiones, donde los actores pueden articular sus intereses y que sus inquietudes sean tomadas en consideración” (OCDE, 2015).
La gobernanza del agua tiene que ver, por tanto, con el papel de instituciones, organizaciones, sectores y grupos sociales implicados en la toma de decisiones. Ello implica que debemos tener la capacidad como sociedad para lograr un diálogo ordenado e informado, intercambiar puntos de vista, conciliar, y lograr acuerdos que atiendan de manera integral, equitativa y suficiente las necesidades de los distintos usos y usuarios, de acuerdo a los valores asignados por los diversos actores.
Para este fin, es necesario diseñar y contar con procesos de planeación y toma de decisiones plurales, incluyentes y participativos, conciliando los distintos valores del agua, que se reflejen en políticas y normas apropiadas que reconozcan y concilien los distintos valores.
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A la luz de este informe, es importante destacar el importante valor social que se debe de dar al agua y hacer un llamado para tener la capacidad de comunicarnos y generar acuerdos como sociedad, tal como promover el cuidado de los recursos hídricos; perspectiva sin duda necesaria, dado que la falta de reconocimiento de su valor es una de las principales causas del mal manejo y desperdicio.
La alerta sobre la disponibilidad de los recursos hídricos está sobre la mesa y los desafíos de su gestión son grandes. Toca ahora a todos los sectores de la sociedad trabajar en enfoques comunes para atender este gran reto que nos atañe a todos.
Contacto:
www.aguacapital.org
Twitter:@AguaCapitalOrg
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