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Estas son las 30 promesas de los negocios 2024

Desde hace tiempo, la propaganda, el proselitismo y la comunicación política se han vuelto predominantemente digitales. Las redes sociales, los medios, los canales y las diversas plataformas son los escenarios más relevantes de contienda, debate, control, persuasión y manipulación de las voluntades electorales.

Por un lado, el imparable desplazamiento de los medios tradicionales y por el otro las secuelas y efectos de la pandemia de Covid-19 obligan al replanteamiento de las tácticas de proselitismo.

Es decir, aunque veremos lo de siempre: acarreos, compra del voto, mítines, despensas, recorridos y discursos; será imprescindible que los candidatos recurran a las herramientas tecnológicas de punta en materia electoral.

  1. Investigación y planificación. Gracias a los poderosos recursos que nos ofrecen por ejemplo el big data y la inteligencia artificial es hoy muy sencillo segmentar, micro segmentar, indagar y perfilar a lXs votantes.

Conocer las percepciones, prioridades, expectativas psicología y demografía de lXs ciudadanXs permite analizar el mercado, definir el perfil de candidatXs ideales, investigar tendencias de opinión y votación; concentrarse en los temas centrales; ajustar el presupuesto de campaña e integrar imagen, discursos, debates y propuestas en tiempo real, con un mayor alcance y eficiencia.

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El enorme flujo de datos que se pueden obtener de los medios digitales nos permite construir una estrategia muy directa y simplificada. Hoy podemos detonar, orientar, estimular e influir sobre las emociones, intereses y demandas sociales, económicas y políticas.

Cómo, cuándo, donde, cuanto tiempo permanecen conectadXs los electorXs, cuáles son sus hábitos, cuánto gastan, que consumen, que les interesa, que les divierte, como piensan, con quién y cómo se relacionan, que buscan, a quien siguen, que noticias les llaman la atención, hasta como reaccionan, que expresan, como articulan sus palabras, que dicen sus gestos, todo esta al alcance y todo puede conectarse con sus preferencias políticas. 

  • Cons(des)trucción de reputaciones. Uno de los mayores temores a los que se exponen lXs candidatXslo son las revelaciones, crisis y escándalos en Internet. Te puede llevar años y mucho esfuerzo construir una percepción positiva entre lXs electorXs, sin embargo, las redes sociales, los influencers, un video, una foto o un post pueden hacerla pedazos en tan solo unos segundos.

Los aspirantes a puestos de elección hacen de todo para construir una imagen valiosa y positiva, editan sus historias, resaltan sus cualidades y virtudes; pero tanto tus rivales como las audiencias digitales prefieren indagar, fiscalizar, encontrar y exponer las debilidades, vicios, defectos, mentiras y exageraciones en las que incurras. Tenemos una vida real pero también otra digital y -para tus audiencias clave- la segunda suele prevalecer sobre la primera.

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En nuestros días, cualquier ciudadanX armadX con un celular se vuelve potencialmente un riesgo. Saber cuidar las palabras, los movimientos, las actitudes, los gestos y cada una de las señales que emitas es fundamental, no todXs soportan la presión, no todXs saben y se exponen de manera irresponsable e impreparada a estas arenas.

Todo -absolutamente todo- lo que hagas en campaña es susceptible de sátira, parodia, meme, ocurrencias o deformaciones, las audiencias consideran que todo es auditable y criticable, zapatos con suela desgastada, ropa sucia, la incomodidad de tu pareja en los eventos de campaña, sudoración, la risita fingida, el beso repudiado, la postura y las fallas en el equipo técnico, pedir el voto es (debería ser) cosa muy seria y profesional.

Salir a hacer campaña te expone a que salgan a la luz pública las anécdotas, propiedades, excesos, chismes, conflictos, fiestecitas, rumores, relaciones y negocios vergonzosos, censurados, privados o de dudosa procedencia en los que podrías estar involucradX. Si son ciertos o no -eso no importa- la cuestión es que puedan ser usados en tu contra, capitalizados en las urnas y que, sobre todo, se hagan virales.

Ante esto, toda contingencia tiene una medida preventiva, hoy puede eliminarse, limitarse o moldearse la evidencia digital de un pasado desastroso, existen herramientas para auditar tu reputación en los medios digitales y para repararla antes de salir a campaña, si tienes duda consulta a lXs expertXs.

  • Influencers y comunidades. Para reclutar, convencer y difundir tus propuestas no hay nada mejor que ir conforme a lo que es tendencia, las redes sociales te permiten acceder a públicos enormes de manera fácil, simple y económica, saber usar estas plataformas te da una ventaja comparativa contra otros candidatXs.

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Hacer campaña hoy requiere de contar con un manejo excelso de todas las plataformas, no caigas en el ridículo, si no sabes cantar, bailar o no eres simpáticX, busca los elementos de tu personalidad que puedan servir a una estrategia electoral, en los medios digitales si existe la publicidad negativa, mala, mordaz y alterada.

Ni los likes, los deditos arriba ni las vistas son votos efectivos y muchas veces la gente los emite por lástima, pena ajena, burla, sarcasmo o simplemente para mostrarle al mundo que no eres mas que un accidente patético de la democracia, una mala selección bizarra o un error de programación de los partidos políticos.

Los influencers dictan tendencia, marcan, alinean y despliegan su peso entre sus seguidores, a ningún aspirante le conviene pelearse o quedar mal ante ellos, no quieres acarrear a comunidades enteras en tu contra, acuerda, concilia, demuestra, ponte en orden si no quieres arrastrar el peso de detractores y críticos altamente tecnologizados.

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