El Covid-19 obligó a un replanteamiento integral de la esfera laboral. Las condiciones, sistemas, necesidades, formatos y relaciones de trabajo cambiaron radicalmente. Estos ajustes están alterando todas las actividades humanas e incidiendo -al mismo tiempo- en la forma en que se construye la reputación personal y se forjan las habilidades y capacidades necesarias para progresar y destacar.
El trabajo remoto, la digitalización de los procesos, el predominio de la competencia global; los condicionamientos, restricciones y la nueva realidad pusieron a temblar a millones de negocios, empresas, transnacionales y corporaciones; mientras unos sucumbieron otros aprovecharon la oportunidad y se fortalecieron.
Hoy más que nunca, transmitir a otros quienes somos; comunicar estratégicamente cual es nuestro valor agregado, que significa nuestra contribución para una organización, nuestras posibilidades de crecimiento, rendimiento y motivación; que nos hace únicos y que tipo de liderazgo, potencial y herramientas nos distinguen; es una necesidad imperativa. Que se puede hacer para lograrlo:
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- Capacidad de adaptación. Hagas lo que hagas debes destacar por tu capacidad profesional para reinventarte constantemente, manejar un gran cumulo de información de manera eficiente, ser capaz de aplicar tus conocimientos en decisiones y generar los cambios correspondientes.
La transformación todavía no concluye; el mundo no será igual al precedente; es necesario volver a modelar expectativas, aspiraciones y proyectos es hora de mostrar calificación y talento, ser capaz de obtener lo mejor de ti, de lo que sabes, de lo que haces, los equipos que manejas, los instrumentos, la información y de quien colabora contigo.
- Liderazgo. Las crisis requieren de centros detonadores, líderes sobre los cuales gravitan la motivación, visión, dedicación y compromiso. No importa si eres maestro, gerente, empresario, profesionista independiente. Tu misión es llevar a un estadio superior tus cualidades y que están sirvan de ejemplo para que todo tu entorno se transforme.
Tu estilo de liderazgo es personal, único, hay tantos tipos de líder como necesidades, contextos, personalidades, misiones, retos o situaciones que es prácticamente imposible clasificarlos. La pandemia nos enseñó si te subes a cualquier barco te puede tocar remar, izar las velas, tomar el timón, rescatar un náufrago o simplemente, luchar por no hundirte.
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El mundo transitará por caminos distintos, la competencia global se recrudecerá, los centros de poder se moverán y enfrentaremos retos terribles, el cambio climático esta encima, estar a la altura de esos retos es la única forma de sobrevivir.
- Comunicación. Usar las redes sociales y las plataformas de trabajo digital requiere no solamente de cumplir con nuestras tareas sino de la transmisión efectiva de mensajes, ideales, proyecciones, promesas, concreciones acerca de nosotros mismos.
Aún en la frialdad de la pantalla podemos generar una relación personalizada con nuestros clientes; mostrar carácter y personalidad a través de lo que decimos, escribimos, comunicamos verbal y físicamente; la forma en que podemos cautivar a otros, llevarlos a reflexionar, convencerlos, concientizarlos, inspirarlos o persuadirlos.
- Influencia. En estos tiempos, se requiere contar con la capacidad de dejar una huella permanente. El objetivo es ampliar la capacidad para sacudir, mover, invitar a otros a seguirte; usa tus recursos no para ganar seguidores sino para dirigir, sobresalir, transformar, ayudar, integrar, ser más creativo, mejorar el rendimiento de otros.
Disponer de la capacidad para agregar, formar comunidades, apoyar, asistir, orientar, se requiere de mucho esfuerzo para que la humanidad pueda recuperarse, aprender y cambiar para mejorar, tu puedes contribuir a ello.
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- Credibilidad. Dedicación, disciplina, constancia, agregadas al valor de la efectividad, rentabilidad, ambición y resultados tangibles. En la vida cotidiana todo se debe medir, debe tener un referente concreto, las palabras inspiran, pero los hechos confirman.
La fórmula es simple: tienes mayor éxito cuando menor es la distancia entre lo que piensas, crees, afirmas y lo que has logrado. Hay que evitar los juegos de doble moral, la falsedad continua, mitomanías, alucinaciones, la traición y las incongruencias. Recuerda, la existencia es frágil, la verdad siempre nos alcanza no somos dueños de nada en absoluto.
- Solidaridad. Los grandes desempeños se fundan en la empatía, coordinación eficiente, colaboración emotiva yconfianza para compartir el trabajo diario, misiones y proyectos. Tu misión aquí es construir un núcleo social integrado, sólido, capaz de sobreponerse a la competencia cotidiana.
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La crisis es una oportunidad para recuperar el humanismo, la sensibilidad, la cohesión social. Ante el dolor y las perdidas, también surgieron muchas historias de fuerza, coraje, determinación es hora de colectar lo que la vida te ha dado para hacerte sentir, vivir, trabajar como cualquier otra persona, pero de forma extraordinaria hacia los demás.
- Retroalimentación y descontaminación. La vida es como un costal que vas cargando; lo que pesa depende de que le eches encima. Saber hacer frente a las perdidas, aprender de lo vivido, recordar sin el peso del trauma y el dolor, asumir la retroalimentación, apreciar la convivencia, reconstruirnos y cerrar las huellas negativas, se vuelve clave. Dejemos atrás el pasado atrás e iniciemos un nuevo ciclo de ascenso y mejora.
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