El domingo 19 de octubre se realizaron elecciones de diputados del congreso local en Coahuila, así como de ayuntamientos en Hidalgo, mismas que se tuvieron que retrasar de su fecha original, debido a la pandemia que hemos tenido desde febrero de 2020. Si bien son entidades y elecciones que representan poco con respecto a la cantidad de elecciones que se llevarán a cabo en 2021, los resultados dejan lecciones para los actores políticos, particularmente para Morena y el presidente López Obrador.

Sin duda, no son los resultados que Morena esperaba, de ahí el rechazo a los resultados que su presidente expresó apenas se conocieron las tendencias del PREP de Coahuila, así como el fallido PREP de Hidalgo que solo atinó a que alguien leyera los resultados municipio por municipio en un canal de Youtube, lo que tal vez fue uno de los aspectos más aciagos en las elecciones locales y federales de los últimos años en México.

Que el partido que en 2018 arrasó en ambas entidades en la elección presidencial no ganara un solo distrito en Coahuila y en Hidalgo solo ganara, hasta ahora, 6 municipios de los 84 en disputa, y uno menos que el PRD, parece un fracaso para Morena, que enciende luces rojas en todos lados, desde las estructuras partidarias y hasta la presidencia de la República.

Sin embargo, depende de cómo hacemos comparaciones y ubicamos la elección de este domingo en una perspectiva más adecuada al momento y al tipo de elección que presenciamos. Si comparamos con la elección presidencial en 2018, pues en ambas entidades es un fracaso para Morena. En hidalgo obtuvo en esa ocasión el 52 por ciento de los votos, mientras que en Coahuila obtuvo el 37 por ciento. Sin embargo, la presencia del ahora presidente en la boleta, elevó artificialmente el número de votos para Morena en ambas entidades.

Si comparamos con las elecciones locales en 2018 en Coahuila, donde eligieron municipios, Morena obtuvo de manera agregada el 19 por ciento, mientras que el PRI 34 por ciento y el PAN 26 por ciento. En Hidalgo, donde se eligió al congreso local, Morena obtuvo el 43 por ciento de los votos, el PRI el 19 y el PAN el 10 por ciento. Pero si vamos a 2017, donde se replican las elecciones del domingo pasado en Coahuila, vemos que Morena obtuvo 12 por ciento, el PRI 38 por ciento y el PAN 36 por ciento. En Hidalgo las elecciones inmediatas de ayuntamientos fueron en 2016, donde el PRI obtuvo 43 por ciento de los votos, el PAN 27 por ciento y Morena 7 por ciento. En esa ocasión Morena ganó 7 municipios, uno más que en la elección de 2020.

Ante ello vemos que las elecciones presidenciales de 2018 no son necesariamente comparables, pero si lo son las elecciones locales, tanto de 2018 como de otros años. En ese sentido, vemos que, en Coahuila Morena en realidad se mantuvo en su umbral de votación local con relación a la elección anterior, pero no ganó ningún distrito, de mayoría. Mientras que en Hidalgo, la caída fue más estrepitosa, pues por sí mismo ese partido solo ganó 6 ayuntamientos, y requirió de coalición hasta con el Partido Verde para ganar 5 más.

Si Morena esperaba arrasar en las elecciones del domingo, el cálculo no reflejó la condición real del partido en los estados, donde la competencia local parece ser mucho más complicada de lo que realmente parece, más aún en un proceso de renovación de su dirigencia, que puede dar visos de que el grupo que controla a Morena tiene que ser renovado. Más aún si la imagen del presidente es el elemento que realmente mueve el voto por Morena, pues el mensaje es claro y el presidente tendrá que intervenir en la campaña de 2021, si es que quiere replicar resultados similares a 2018.

Quien si perdió en ambas entidades fue el PAN, quien no únicamente vio descender el número de votos, sino su influencia en el congreso de Coahuila y la configuración de municipios en Hidalgo. El PRI, por su lado, en realidad ganó con respecto a su situación en 2018, pero se mantuvo con respecto a las tendencias de las elecciones locales en ambas entidades, incluyendo Hidalgo donde perdió municipios, pero no tuvo la debacle de la elección presidencial.

Tal vez el mensaje más claro es para el presidente López Obrador, pues a pesar de todo el dinero gastado en programas sociales, no únicamente en estas entidades sino en todo el país, puede no estarse reflejando en la forma en que las y los ciudadanos se movilizan para votar, mostrando deficiencias en la estructura electoral de Morena, pero también lo complicado de trasladar la popularidad presidencial en votos.

Contacto:

LinkedIn: Gustavo Lopez Montiel

Twitter: @aglopezm

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Detox Digital
Los gurús de la felicidad comparten sus secretos
Por

Estamos en una de las peores crisis económicas y emocionales de la historia por causa de la pandemia Covid-19, pero si e...