“Ruín arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos”.

Francisco de Quevedo

Después de un merecido descanso de escribir y poder colaborar en este gran medio, al cual, le agradezco siempre por haberme abierto las puertas, despierto este mes de agosto de 2021 con una serie de coyunturas dentro del sector energético y, de las cuales, my seguramente muchas y muchos de Ustedes se han de estar preguntando el por qué de dichas situaciones; por ejemplo, las directrices de control de precios Gas LP que ha emitido la Comisión Reguladora de Energía y el reciente proyecto energético del Gobierno Federal actual: Gas del Bienestar.

En este sentido, habrá que contextualizarnos un poco sobre el tema que genera tanta preocupación y que ha tenido tanto vaivén en los medios de comunicación desde inicios de julio de este año, cuando el primer mandatario anunció la creación de la empresa del Estado denominada “Gas del Bienestar” como un mecanismo para “amortiguar” el incremento de precios que ha sufrido el Gas LP desde inicios de este año.

Para ello, debemos responder un par de preguntas:

¿Por qué los precios están tan altos en el Gas LP?

¿Es culpa de las empresas locales que se encargan de comercializar o distribuir el Gas LP?

Para obtener las respuestas a ese par de planteamientos, primero hay que acudir a los datos; mismos que obtendremos de un análisis redactado por Adrián Calcáneo, Director Ejecutivo en midstream para América Latina y el Caribe en IHS Markit, uno de los grandes expertos a nivel mundial sobre los temas de Gas Natural y Gas LP, quién ha referido que debido a la caída de los mercados y procesamiento industrial a nivel mundial, a causa de los efectos de la pandemia por la enfermedad Covid-19, los outputs de Gas LP en los diferentes puntos industriales de su producción (por ejemplo, Mont Bellview, Texas) cayeron considerablemente.

Sin embargo, a partir de enero de 2021, cuando la recuperación económica es más significativa con motivo de la vacunación masiva para combatir la pandemia, sobre todo en China y Estados Unidos de América, las economías de ambos países repuntaron considerablemente llevando una dinámica de mercado de alta demanda de propano y butano (moléculas constitutivas del Gas LP), sobre todo en el gigante asiático, puesto que según datos de la consultora IHS Markit, es el mayor consumidor de Gas LP en el mundo con direccionamiento a la industria de la transformación, desbancando el uso doméstico que permea en América Latina.

Lo cual, trae como consecuencia un incremento de los precios de los componentes del Gas LP, mismos que comienzan a presionar a América Latina y particularmente a nuestro país, mismo que sufre de una crisis económica que no cesa desde que fuera provocada por el propio Gobierno Federal al comenzar con una serie de políticas direccionadas a crear un entorno hostil con la inversión privada.

Es por ello, que vemos incrementos de precios de hasta un 30% en el Gas LP, mismo que se ve potencializado con los costos de logística, distribución y última milla para la entrega en las manos de los usuarios finales, todo esto en virtud de que el transporte más socorrido en México para el transporte del Gas LP es por medio de auto tanques (pipas) y cilindros de menudeo, haciendo más costoso la operación de estos métodos de venta. Sustentando un poco más lo aquí dicho, se comparte la siguiente tabla de IHS Markit:

Ahora, ya podemos apreciar que el alza de precios no se debe directamente a las empresas privadas que abarcan, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), un 86% del mercado actual del Gas LP, al contrario, gracias a esa diversidad de opciones es que hay una ligera competencia y, por ende, una modulación de precios atendiendo a la oferta-demanda-calidad de servicios ofertados por los diferentes participantes. Sin embargo, la pérdida del poder adquisitivo del mexicano promedio, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), los ingresos de los hogares en el entorno urbano (dónde se comercializa más el Gas LP), ha caído casi un 10% frente al año 2018. Es lo que finalmente le viene a dar la estocada final al moribundo bolsillo del mexicano.

Así pues, el mismo Adrián Calcaneo refirió en el noticiero con Carlos Mota que, la dinámica de precios del Gas LP continuará así hasta bien entrado el año 2022, lo que en suma, provoca que el escenario sea más complicado aún y con nulas soluciones al corto plazo. Sin embargo, en los pasillos de Palacio Nacional y en las elegantes cumbres de Insurgentes 890 Sur, piensan de manera diferente.

En las últimas semanas se han visto quejas y descontento social creciente ante la imparable inflación provocada por el alza de los precios de los bienes y servicios, mientras que la economía no levanta y Gobierno Federal no aplica ningún tipo de mecanismo de apoyo a la ciudadanía desde el ámbito fiscal y, menos en el sanitario (racionamiento de vacunas y medicinas). En fin, el escenario es sumamente complicado y el enojo popular sigue creciendo.

Es en este momento cuando en el marco de una conferencia matutina del presidente, a mediados de julio anuncia con vehemencia la creación de dos mecanismos para “solucionar” el problema del alza de precios del Gas LP y “detener” a las “corruptas” empresas privadas. El primero es la empresa del Estado llamada Gas del Bienestar y, la segunda solución es regresar al control de precios vía Gobierno; ambas soluciones son propias y diligentes, para economías rurales y preponderamentemente agrícolas, como la mexicana en 1978.

Bueno, en estas líneas no vendré a repetir lo que muchos de mis colegas y su servidor hemos repetido hasta el cansancio, ni el control de precios y menos Gas del Bienestar son la solución a los problemas del mercado del Gas LP que, como se ha dicho anteriormente, no tienen soluciones inmediatas y, tratar de hacerlo será como colocarle un “curita” al reactor de Chernobyl en abril de 1986.

Pero bueno, aprovechando la mención “retro” de un suceso histórico de esa década, traigo a colación la película “Volver al Futuro”, esa cinta de Zemekis en la cual el más grande protagonista fue un futurista vehículo DeLorean. Este colofón es para crear un entorno distópico, en donde el autor de estas líneas por alguna extraña razón, ocupa el cargo de Secretario de Energía.

Por ello, regresamos al año 2021 y en la Secretaría de Energía está este autor como titular, momento en el cual, el presidente López me encomienda una solución ya que él no se considera una persona capaz para resolver estos problemas tan complejos, refiriendo que es momento de dar una solución que sea cercana a la gente y atienda de raíz la problemática (recordemos que es una realidad distópica).

En este sentido, se le pone en la mesa al mandatario la propuesta de una empresa energética, no de hidrocarburos, llamada “ENERGÍA PARA EL BIENESTAR”, un modelo de Empresa del Estado con políticas de descarbonización que utiliza las energías renovables para disminuir el uso del Gas LP, la leña y el carbón; al tiempo que promueve la creación de micro redes comunitarias de generación eléctrica con “techos solares” y la instalación de calentadores solares para las casas y comercios. Todo esto, acompañado con financiamientos a la palabra y planes de apoyos fiscales focalizados.

La idea central es, precisamente, crear un modelo replicable para los Estados y Municipios que deseen implementarlo, con base en las oportunidades que plantea el Municipalismo y la Regionalización Energética, para que con el apoyo de asociaciones público-privadas, se pueda invertir en estos mecanismos para apoyar a los sectores poblacionales más vulnerables a la volatilidad del mercado. No sería un remedio inmediato, pero si efectivo  a mediano plazo, mismo que pudiera retomar el rumbo de la Transición Energética y dotar a los gobiernos Estatales de mayores herramientas para despresurizar a la federación de la carga que es mantener a la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos, sin pasar por alto sus enormes pérdidas y nulo aporte a los Acuerdos de París.

Sin embargo, es sólo una distopía en la mente y texto de un energético soñador, esto es México y despertamos ante una realidad en donde la soberbia es la que edifica las políticas públicas. ¡Ajúa!

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Contacto:

*Santiago Fabián Arroyo Seguedo es CEO y Founder de URSUS Trade & Colsunting.

Twitter: @SarroyoSi

Mail: [email protected]

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