Para liderar la Revolución Industrial que hoy vivimos, nuestro país debe adoptar la inclusión tecnológica; y no solo debe hacerlo en las grandes organizaciones, sino también, en las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) que son parte fundamental de la economía nacional y que fueron, desafortunadamente, las más afectadas durante la contingencia sanitaria. 

A finales del año pasado, de acuerdo con la primera edición de la Encuesta sobre el Impacto Económico Generado por Covid-19 en las Empresas (ECOVID-IE), elaborada por el INEGI, se dio a conocer que la pandemia provocó el cierre de un millón 10 mil 857 negocios; casi 21% del total de las que existían en 2019. Muchas de ellas, no tuvieron la capacidad tecnológica para afrontar esta situación.

Por supuesto, esta situación no detuvo la necesidad de un cambio. Hace unos meses dimos a conocer el estudio “Global Tech Outlook” que enmarca, entre otros puntos, los planes tecnológicos de 1470 líderes de TI en empresas de todo el mundo. Sorprendentemente, 65% de estas compañías manifestó que, a pesar de la contingencia, ha progresado bastante en su proceso de Transformación Digital. 

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Ahora, con la paulatina reactivación de la economía, el panorama es mucho más positivo; en esta evolución, resulta clave impulsar la inclusión digital de las PYMES porque, como ya lo hemos dicho, son ellas las que sustentan la actividad productiva nacional. Además, no hay que perder de vista que estas compañías no tienen los grandes recursos para solventar soluciones de alto valor donde las barreras de entrada son muy grandes.

La transformación de estos negocios comienza a ser palpable; hemos referido, por ejemplo, cómo el aumento del comercio electrónico alentó su adopción tecnológica. Según el Estudio sobre Venta On Line en PYMES 2020, seis de cada 10 empresas vende ya por internet; además, casi cinco de cada 10 señaló que, en un futuro próximo, venderá por marketplaces; y cuatro de cada 10 por su propia página web.  

Es en este punto donde deben eliminarse los obstáculos que no permiten que estos negocios accedan a más conocimiento y mejores herramientas para su desarrollo. Por ello, desde un esquema de colaboración, las empresas de tecnología podemos impulsar la innovación, mientras se genera una cultura laboral que las prepare frente a una nueva dinámica del mercado.  

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Precisamente, las compañías que nos especializamos en tecnología de  Código Abierto, reducimos sustancialmente las barreras de entrada ya que buscamos hacer la  tecnología más asequible para las PYMES. Y esto es no por un tema financiero, sino también, porque al ser soluciones que fueron pensadas y desarrolladas por mucha gente (a través de comunidades), son mucho más fáciles de implementar, generando eficiencias y eficacia en la operación de los negocios.

Al final, el objetivo es promover la inclusión digital a todos los niveles. Para ello hay que pensar diferente, porque no basta con acelerar la reactivación solo en las grandes en las empresas; tiene que ser un proceso que permee en todo los niveles. Y la tecnología abierta es ese habilitador que permitirá, en un corto plazo, recuperar el ritmo de crecimiento para la economía mexicana.  

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Javier Cordero, vicepresidente y director general de Red Hat Latinoamérica Norte.*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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