Actualmente, la reactivación económica de las empresas está ligada, muy de cerca, con su inclusión tecnológica y el impulso e inversión que están haciendo en herramientas digitales para mejorar su operación, reducir costos y atender las nuevas demandas del mercado; sin embargo, el reto es mayor cuando hablamos de sus cadenas de suministro.

Para entender esta situación recordemos que 2020 fue el año en que se acentuó y aceleró el comercio electrónico. De hecho, en plena pandemia, algunos sitios de venta en línea experimentaron tal cantidad de pedidos que pensaron ser víctimas de un ciberataque; incluso, en México, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE), el incremento sustancial del ecommerce, sumado a la baja producción global de cartón, encareció el precio de este material, entre 10 y 15 por ciento.

Estos son apenas unos datos que muestran la magnitud de cómo el mundo adaptó su necesidad de adquirir productos, para hacerlo a través de un esquema digital que le garantizara seguridad sanitaria, rapidez y confiabilidad para recibirlo en una dirección determinada. Esa es, precisamente, la enorme tarea que tienen las cadenas de suministro actualmente: garantizar el abasto y distribución de artículos, en periodos más cortos y con la confianza de que llegarán a tiempo. 

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Sobre esto, según nuestro reciente estudio “Global Tech Outlook”, que refiere los planes tecnológicos de 1470 líderes de TI en empresas globales, encontramos que un 36%  señaló a la estrategia de Transformación Digital como su principal prioridad en este año; además los encuestados definieron a la innovación(23%), seguridad (19%) y la experiencia del usuario (13%) como sus principales objetivos con este cambio.

Sin embargo, paradójicamente, a pesar de toda esta evolución y de la inclusión tecnológica en las cadenas de suministro, existen aún compañías que siguen varios de sus procesos de logística (planeación, almacenamiento, distribución y entrega) como hace 50 años; lo preocupante de esto es que, si en un corto plazo no se trasladan a un nivel digital, corren el riesgo de un colapso. 

Y es que, aunque la contingencia aceleró la Transformación Digital de las organizaciones, esto no significa que el cambio sea sencillo. De acuerdo con otro estudio, ahora de la consultora Accenture, el 81% de los líderes internacionales de la cadena de suministro afirma que la pandemia ha sido la prueba más complicada para sus compañías.

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Pero eso no es todo; además, en este mismo documento, en el que participaron 1,100 ejecutivos de 11 países y 13 industrias, se clasificó a las empresas por su nivel de madurez operativa, en “estable”, “eficiente”, “predictivo” y “preparado para el futuro”.  Llama la atención que aunque apenas un 4% de los líderes en las cadenas de suministro entraron a esta última categoría, otro 34% afirmó que espera alcanzar este punto para 2023. 

Esto demuestra que la inclusión digital en este rubro avanza, pero aún de forma lenta. Operaciones como el manejo de rutas de reparto (particularmente de última milla), la gestión de centros de distribución o la logística de cross docking son tareas que todas las empresas deben modernizar a través de tecnología más asequible, moderna y abierta, enfocada en hacerlas más eficientes y rentables, listas para las nuevas condiciones de mercado.  

Es un hecho que mucho del impulso que tenga la economía nacional, para los próximos meses, tendrá que ver en cómo seremos capaces de entender y adaptar este cambio.

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Javier Cordero, director general de Red Hat México.*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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