Instagram, la red favorita de los millenials, llegó a su cumpleaños número 10 y a lo largo de este camino ha sabido reinventarse y agregar nuevos formatos tanto que renuevan su imagen y sus funcionalidades. Tanto que, sin pensarlo mucho, se ha convertido en la segunda red social más usada en el mundo con casi mil millones de usuarios en el planeta.

Con poco más de 24 millones de usuarios en México, Instagram se ha convertido en una de las redes sociales favoritas de los millenials y centennials en el país. Y, en medio de todas las historias de éxito y de emprendimiento que rebosan en su feed, también se le ha señalado como causante de ansiedad, depresión y presión social en esa franja de la población por algunos trastornos derivados por su uso.

El elemento principal de la red social son las imágenes y los videos; y algunas de las cuentas más populares muestran estilos de vida envidiables, suntuosos, adinerados y de siluetas perfectas en escenarios paradisiacos, lo que más que admiración, han hecho sentir presión a muchos de sus usuarios por tratar de reflejar condiciones similares en sus propias cuentas.

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Por supuesto, las propias redes saben que la búsqueda de popularidad en las plataformas digitales no es un tema menor, ya que ha llevado a algunos adolescentes a atentar contra su propia vida debido a la exagerada presión que esos life styles y la búsqueda de popularidad ejercen. Por ello, en algunos países se empezaron a ocultar algunos datos sobre las interacciones, la cantidad de reacciones y la cantidad de seguidores. Lo que también permitió crear una ventana de negocio para la familia Facebook a través de su programa Brand Collab.

El reciente documental “The Social Dilemma” transmitido por Netflix muestra de una manera clara, aunque alarmante, la forma en la que las redes sociales funcionan, el cómo se hacen con los datos de los usuarios, la creación de interés para que los usuarios permanezcan dentro interactuando en sus plataformas y cómo generan ganancias a partir de ello.

Y si bien, se señalan prácticas que podrían sonar escandalosas o alarmantes, el documental de Netflix olvidó dos cosas: que, por una parte, el modelo de negocios que muestra en el documental es el que se utiliza en prácticamente todo el mundo digital. De hecho, la plataforma de streaming también sigue un modelo similar e incluso, el guión de algunas de sus series ha sido construido de acuerdo con lo que dictan lo algoritmos de contenido.

Sigue la información sobre la economía y los negocios en Forbes México

Y, por otra parte, si bien es cierto que las redes sociales pueden causar adicción y construir modelos de vida totalmente aspiracionales, también es verdad que los usuarios son responsables de los contenidos que ven y consumen. En el caso de los niños y adolescentes, que aun no forman un criterio adecuado para discernir entre la multitud de contenidos que se ofrecen digitalmente, debe existir un acompañamiento que pueda explicarles que, al final de cuentas, los contenidos digitales pueden ser efímeros.

La responsabilidad de la educación recae en tutores y usuarios, no en los contenidos de las redes sociales. Por ello, lo que se ve en las plataformas debe ser visto con ojos de escepticismo, escrutinio y criterio, cualidades que no necesariamente son parte de los bienes comunes en las sociedades contemporáneas. No obstante, no debemos perder de vista que, al final, uno observa los contenidos que desea consumir.

Suscríbete a Forbes México

Contacto:

Twitter:@sincreatividad

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

2021: Escenario de Guerra ¿Electoral?
Por

La lucha por el poder político en México ha comenzado ya en 2020 y tendrá su primera conclusión en 2021.