Hace casi un año, al inicio de la pandemia, hacíamos énfasis en el hecho de que el agua es un recurso esencial para la prevención de enfermedades siendo aún, al día de hoy, una de las medidas más eficaces contra este virus, ya que el correcto lavado de manos evita en gran medida la posibilidad de contraer la enfermedad. Por ello, en muchos sentidos el agua se puso al centro de la discusión pública.

En efecto, ante esta circunstancia, resulta evidente que la necesidad de contar con acceso a agua en segura en la cantidad y calidad necesarias para atender la salud de las personas y cuidar su higiene, demanda un uso más racional y eficiente.

Es importante recordar que en México, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, aproximadamente 9 millones de personas no tienen agua, y muchos de quienes cuentan con el servicio, desconocen su calidad o no tienen servicio continuo.

El Sistema de Aguas de la Ciudad de México indica que la falta de continuidad del servicio a los habitantes de esta metrópoli se traduce en que 26% de la población no recibe cantidad suficiente de agua, 15% no cuenta con servicio diario y 1.8 millones de personas se surten con tandeo.

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Ante tal necesidad, las autoridades y los prestadores del servicio de agua potable y saneamiento de las distintas localidades del país, tuvieron que redoblar esfuerzos para atender debidamente a la población y asegurar, en la medida de sus posibilidades, que la mayor gente posible tuviera acceso a este preciado recurso para el cuidado de su salud.

Por otro lado, y ante la magnitud del reto, las autoridades establecieron canales de comunicación y mecanismos de colaboración con distintos sectores, social, privado, académico, así como la sociedad en general para contribuir a estas acciones. La situación que estamos viviendo es un llamado a actuar.

En este contexto, debemos tener presente y hacer conciencia nuevamente sobre el problema del mal uso y desperdicio del agua. Vale la pena reforzar el llamado al lavado constante de las manos con agua y jabón, pero con conciencia de un uso racional. Se estima que por cada minuto que se deja la llave del agua abierta, ya sea para lavarse las manos o los dientes, se pueden desperdiciar hasta 5 litros de agua, lo cual limita el acceso a este preciado recurso a otras personas.

Tras casi once meses con esta pandemia, la Ciudad de México y las ciudades del país en general, enfrentan grandes retos para garantizar un acceso continuo y seguro al agua, no solamente por la falta de recursos, inversiones e infraestructura necesaria para lograrlo, sino también por los efectos de fenómenos como el cambio climático, que el año pasado motivaron sequías a lo largo y ancho del país. 2020 ha sido declarado como uno de los más calurosos de la última década.

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Esta situación implicó, por ejemplo, que 3 de las 7 presas que componen el Sistema Lerma-Cutzamala no llenaron su capacidad de operación, lo que obligó a las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México, del Estado de México y de la Comisión Nacional del Agua, a implementar una reducción del suministro en la región, afectando a más de 600 mil personas en 13 alcaldías de la CDMX, y otras 500 mil en municipios del propio Estado de México.

Otro factor que ha complicado la situación es el alto consumo de agua en los hogares derivado de la pandemia. Al existir una mayor demanda domiciliaria derivada de la mayor permanencia de las personas en sus casas, los organismos operadores han tenido que trabajar al máximo de su capacidad para garantizar el suministro de aquellas zonas que cuentan con el servicio, así como proveer pipas y puntos de llenado de agua, para aquellas zonas que no tienen un servicio continuo o que no están conectados a la red.

En este entorno, Agua Capital ha puesto su grano de arena. En coordinación con el Gobierno del Estado de México y la Comisión Nacional del Agua, instaló fuentes comunitarias y estaciones de lavado de manos en hospitales públicos y zonas con poco acceso al agua. En el caso de la Ciudad de México, se instalaron sistemas de lavado de manos en la Central de Abastos, beneficiando en ambos casos, a un número importante de personas.

Todo ello complementado con esfuerzos de comunicación en diversos medios y la difusión de materiales en plataformas digitales para concientizar a la población sobre esta situación de emergencia, así como una serie de acciones para un uso racional y eficiente del agua y, con ello, evitar su desperdicio.

Hoy nos toca mantenernos en alerta. Las perspectivas indican que, a pesar de la existencia de las vacunas, la pandemia tendrá una presencia importante en el curso del año, con los riesgos conocidos para las personas. No debemos bajar la guardia y cuidar nuestra salud, pero de la misma manera debemos ser conscientes, ahora más que nunca, del gran valor del agua y la importancia de su cuidado.

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Contacto:

www.aguacapital.org

Twitter:@AguaCapitalOrg

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