Todos somos conscientes que gracias a la tecnología el mundo está cambiando a una gran velocidad. La automatización y la digitalización de todo tipo de servicios es algo que se siente por todas partes con independencia del sector, empresa o país que observemos. Obviamente el avance de lo que se denomina la cuarta revolución industrial difiere entre unos países y otros y su intensidad también varía entre las distintas industrias, pero el proceso transformador de estas nuevas tecnologías está ya presente en todo el globo y en todos los sectores productivos.

En este entorno cada vez más digitalizado y competitivo en el que nos movemos, el aprendizaje continuo será el vector clave que evite que de la noche a la mañana nos convirtamos en obsoletos. Este aprendizaje continuo será crucial no sólo para los trabajadores sino también para las empresas y para el sector público, ya que estos, tarde o temprano, necesitarán contar con trabajadores formados con estas nuevas habilidades.

Hasta aquí casi todo el mundo está de acuerdo en que este aprendizaje continuo a lo largo de toda nuestra vida profesional es un elemento que debemos tener muy interiorizado. Nunca vamos a terminar de formarnos a lo largo de nuestra vida y esto incluye la capacidad de desaprender aquellas habilidades y conocimientos que las nuevas tecnologías han o harán inútiles o incluso serán contrarios a los nuevos estándares laborales. Todos debemos ser partícipes de esta necesidad porque si no lo hacemos nosotros, otros lo harán. Los individuos, las empresas y los poderes públicos deben ser participes activos de este nuevo modelo formativo. La pregunta entonces es ¿Cómo llevarlo a cabo?

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Una respuesta sencilla a esta pregunta es aprender de todas aquellas sociedades que lo han hecho bien y el mejor ejemplo de todo esto es el de Corea del Sur. Este país ubicado en la parte sur de la península de corea se ha convertido en una potencia económica de referencia a nivel mundial y lo ha hecho gracias a su capital humano y al impulso propiciado por las nuevas tecnologías. Su tasa de paro es muy pequeña y ello sucede en una economía que es la que cuenta con más robots en proporción a su número de trabajadores del mundo. También es muy destacable el hecho de que el 100% de sus conexiones a internet lo sean a alta velocidad y que la tecnología del 5G funcione a plena capacidad. Sin embargo, la cosa no se detiene aquí, ya que Corea está ya experimentando con el 6G, cuya velocidad será 50 veces más rápida que el 5G, siendo su objetivo el lanzamiento comercial de esta nueva tecnología en menos de siete años.

Corea es un país no muy extenso, tiene unos 100.000 Km2 o lo que es lo mismo su superficie representa el 5% de la de México. El país además de ser muy pequeño carece de recursos naturales de importancia, siendo gran parte de su territorio montañoso, lo que impide que muchas zonas del país sean cultivables. Además, está conformado por unas 3.000 islas que en su gran mayoría son muy pequeñas y deshabitadas. Todo esto hace su población de unos 50 millones de habitantes viva concentrada en unas pocas grandes ciudades. Con todos estos condicionantes físicos la apuesta del país para conseguir alcanzar altos niveles de desarrollo sólo podía ser una, la formación con altos estándares de su población.

En todos los informes PISA de los últimos años se puede observar como los alumnos surcoreanos superan a la media de estudiantes de otros países con niveles similares de desarrollo prácticamente en todos los indicadores y es que su sistema educativo es considerado como uno de los mejores y más completos del mundo.

Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México

En el diseño de la política educativa coreana se definió que cada cinco años hay que modificar el currículo escolar para adaptarlo a las necesidades laborales y de la industria del país. Lo que cambia es el currículo y no la ley y es que en Corea se tiene muy claro que las políticas educativas son políticas estructurales que deben estar enfocadas siempre en el largo plazo. Lo interesante del modelo educativo coreano no es que sus alumnos salgan muy cualificados para afrontar sus primeros empleos, sino que siendo conscientes del efecto transformador de las nuevas tecnologías aprobaron en el año 2009 una ley de educación permanente.

Con esta ley se definían las responsabilidades de los distintos gobiernos coreanos con respecto a la promoción de la educación a lo largo de toda la vida tal y como se estipula en la Ley General de Educación. Junto a esto el sector público facilita y promueve que las distintas organizaciones del país ofrezcan a los empleados cursos de formación a lo largo de su vida laboral.

Con anterioridad a la aprobación de esta ley, Corea del Sur ya aprobó la creación de un fondo de seguro de empleo al que contribuyen tanto los trabajadores como las empresas. La finalidad de este fondo es, entre otras cosas, invertir en mejorar las habilidades de los trabajadores a través de programas ofertados por instituciones registradas. Parte del dinero recaudado va destinado a crear una Tomorrow Learning Card que es una tarjeta o bono de carácter individual. Todos los empleados cubiertos por el seguro de empleo, así como los trabajadores cuyos contratos estén a punto de expirar o sean empleados temporales o sencillamente desempleados pueden solicitar esta tarjeta y seleccionar el programa de formación que deseen. La tarjeta cubre el 100% del coste de los programas de educación online y el 50% de los cursos de idiomas en el extranjero.

Suscríbete a Forbes México 

Contacto:

Linked In: Máximo Santos Miranda Ph.D.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

armas
México vs la industria armamentista más poderosa del mundo
Por

Histórica y valiente es la demanda civil que el Gobierno mexicano interpuso ante una Corte Federal en Boston, Massachuse...