Desde hace ya varios años, como resultado de un sinfín de actividades detonadas por la celebración del Día Internacional de la Mujer, tanto marzo como buena parte de abril se caracterizan por registrar múltiples movilizaciones a favor de la equidad de género.

Las ciudades de todo el mundo se tiñen de morado. De forma inevitable, la atención mediática se concentra en las manifestaciones multitudinarias y la tensión que estas generan en varios sectores; sin embargo, lo cierto es que la guerra por alcanzar la igualdad se desarrolla en diversos frentes, incluido el empresarial. Más allá de enconos y protestas, no hay inclusión posible sin la participación del sector privado. Lamentablemente, las mujeres no sólo siguen subrepresentadas en el ámbito empresarial, sino que la pandemia del Covid-19 ha agravado su vulnerabilidad en todo el universo laboral.

De acuerdo con un informe de McKinsey and Co., las tasas de pérdida de empleo femenino como resultado de Covid-19 son aproximadamente 1.8 veces más altas que las tasas de pérdida de empleo de hombres. Las cifras desnudan la iniquidad: aunque las mujeres conforman el 39 por ciento de la fuerza laboral mundial, representaron el 54 por ciento de la pérdida de empleos hasta mayo de 2020. Se estima que 510 millones de mujeres en todo el mundo trabajan en sectores muy afectados por la pandemia, incluidos el comercio minorista, la hostelería, el servicio de alimentos y la confección.

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La subrepresentación no es muy distinta en el ámbito del liderazgo empresarial, donde en términos globales las mujeres cuentan con apenas el 17 por ciento de presencia en puestos de la junta directiva, 5 por ciento de las presidencias directivas, menos de 4 por ciento de los puestos de CEO y solo el 12.7 por ciento de los puestos de CFO. Las cosas, sin embargo, comienzan a cambiar. El sector privado está cada vez más consciente de que debe ser el epicentro del cambio, sobre todo en ejes como la equidad salarial y el desarrollo de empresas lideradas por mujeres. En ese sentido, vale la pena resaltar dos iniciativas emprendidas este año.

La primera es la firma del Compromiso con la Igualdad Salarial, un acuerdo donde diversas organizaciones se comprometen a crear políticas de equidad dentro y fuera de las empresas de México. Impulsada por la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) y apoyada por la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), miembro del Grupo Banco Mundial, la propuesta fue adoptada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Patronal Mexicana (Coparmex), Fondos de Banorte, Citibanamex, BBVA, ISSSTE, Nafinsa, el Pacto Global de Naciones Unidas en México, entre otros. El apoyo de IFC se da en el marco de “Ring the Bell for Gender Equality”, iniciativa conjunta de la Sustainable Stock Exchanges Initiative, el UN Global Compact, UN Women, World Federation of Exchanges and Women in ETFs.

En palabras de María Ariza, directora de BIVA, el objetivo la firma del Compromiso con la Igualdad Salarial es invitar a los principales inversionistas del país a comprometerse con la búsqueda de condiciones de equidad salarial no sólo dentro de sus firmas, sino en todo el universo de empresas que ellos favorecen con sus recursos. “Así la presión vendrá de arriba hacia abajo y el cambio será contundente”.

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De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo, la brecha salarial entre hombres y mujeres en México rebasa el 20 por ciento.

La segunda es el lanzamiento de #Rise2theChallenge, campaña organizada por WEConnect International, organización sin fines de lucro que conecta a compradores de empresas, organismos multilaterales y gobiernos con proveedores liderados por mujeres de todo el orbe. WEConnect International aglutina a 110 miembros, donde destacan grandes organizaciones empresariales, multilaterales y gubernamentales que se abastecen de forma colectiva de productos y servicios con un valor de más de mil millones de dólares al año.

De acuerdo con Elizabeth A. Vázquez, directora general y cofundadora de WEConnect International, “las mujeres representan a la mitad de la población e influyen en el 85% de todas las decisiones de compra, por lo que debemos actuar con urgencia para conectar a más compradores con las mujeres proveedoras y medir nuestro impacto para compartir las acciones que darán resultados en las próximas décadas”.

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La campaña #Rise2theChallenge establece la temporalidad de un año para que sus miembros establezcan su nivel de compromiso. Los primeros logros ya están a la vista. Como resultado de la campaña #Rise2theChallenge, Intel se comprometió recientemente a gastar 500 millones de dólares anuales con empresas propiedad de mujeres para finales de 2025.

La equidad de género es una prioridad para cualquier organización cuya misión sea promover inversiones sostenibles e inclusivas impulsadas por el sector privado. Sólo así podremos seguir creando mercados y oportunidades para todos. No hay alternativa.

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Gerardo Herrera Villarreal es director de comunicación de RiskMathics*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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