Despertar y comenzar nuestras actividades cotidianas: encendemos luces, televisión, radio, horno de microondas, estufa, calentador de agua, entre otras muchas más que realizamos casi hasta de manera automática. Actividades que son necesarias y que, como individuos, en la mayoría de los casos, estamos conscientes que su ejecución diaria y constante impactan de manera considerable al ya innegable cambio climático.

Y ya sea para fines personales o empresariales, de ocio o laborales, a estas sumamos acciones como el ingresar a Internet para revisar correos electrónicos, estar al día de las noticias locales e internacionales, usar redes sociales, realizar operaciones financieras en portales bancarios, escuchar música, ver videos, realizar videollamadas, comprar y vender, todo en línea, entre otras, que también tienen un impacto no positivo en el medio ambiente y somos pocos los que estamos conscientes de esto.

Como tan sólo un ejemplo, y sin tratar de evidenciar mi poco o mucho conocimiento musical, pero a palabras de Gary Cook, analista de Greenpeace, hasta hace algunos años que la reproducción del videoclip Gangnam Style del cantante coreano PSY consumía el equivalente a la producción anual de energía a una modesta central eléctrica.

Por supuesto, no sería tarea sencilla pedir a cada usuario reducir su huella de carbono disminuyendo el uso de sus actividades en línea. Pero sí es más efectivo y de mayor impacto que sean las empresas, del giro que sea, en su mayoría proveedores de los servicios antes mencionados, las que sumen infraestructura eficiente, descarbonizada y neutral en el manejo de sus datos. Que las organizaciones en este sentido asuman cada vez más su responsabilidad.

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Y no es una responsabilidad menor cuando hablamos de que la actividad digital utiliza el 4.2% de los recursos energéticos a nivel internacional y genera el 3.8% de los Gases de Efecto Invernadero, cantidad similar generada por las aerolíneas y que, si Internet fuera un país, sería el quinto más contaminante del mundo (1).

Como ya ha sido altamente abordado, la actual contingencia ha acelerado la adopción de la transformación digital y esta revolución tecnológica, entre otros factores, tiene como columna vertebral el uso de centros de datos, estos lugares físicos que generan calor y, para mantener su operación, deben de mantener una temperatura adecuada y en este sentido, alrededor del 40% de su consumo de energía proviene del enfriamiento (2) y el consumo de energía en los centros de datos en todo el mundo aumenta un 9% cada año (3).

Las empresas y sus proveedores de este tipo de tecnologías deben de asumir en conjunto su responsabilidad y tomar las medidas correspondientes respecto a la huella de carbono que su actividad genera, repito del giro que sea, como puede ser el beneficiarse de los servicios de la nube que hacen una gestión de datos más eficiente en lo operativo y en lo económico, y que al mejorar recursos se ahorra en la cantidad de infraestructura disponible y en el uso energético en beneficio del manejo de la información.

Si todavía no lo han hecho, más temprano que tarde, todas las empresas sin importar su tamaño deben de sumarse a ejecutar acciones, acompañados de los expertos, para hacer más eficiente su uso de energía y transitar a la migración necesaria para escalar cada vez más en el manejo verde de sus datos y así contribuir a la disminución del cambio climático. Las organizaciones deben continuar esforzándose en innovar y considerar ampliamente el ciclo de vida de los recursos y equipos que utilizan, hacer de la economía digital un patrón sustentable, no únicamente en beneficio del medio ambiente, si no también de su modelo de negocio.

Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México

Si bien el aprovechamiento de energías renovables continúa creciendo exponencialmente en los años recientes, todavía hay grandes desafíos por superar y metas por alcanzar. Y todos somos responsables de actuar, ya sea como individuos, en familia, como sociedad, y como empresas, no únicamente a través de acciones aisladas, sino también a través de planes integrales que incluyan a las tecnologías de la información con servicios tan necesarios y sustentables como el almacenamiento en la nube de la mano de socios estratégicos que ya lo hacen y saben cómo hacerlo. La sustentabilidad está en manos de todos, sólo hay que empezar por ser más conscientes. 

  1. The Shift Project
  2. Song, Zhang, & Eriksson, 2015
  3. BBC Streaming sucio: el gran secreto de internet

Suscríbete a Forbes México

Contacto:

Alejandro López de la Peña es Ingeniero en Sistemas Computacionales por el ITESO. Actualmente se desempeña como Director General de T-Systems México*

LinkedIn

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Los efectos de las elecciones en las decisiones de gobierno
Por

El escenario no es fácil para el presidente, por lo que es probable que en las siguientes semanas podamos ver episodios...