Tendencia 4: Servicios financieros descentralizados empiezan a tomarse en serio

Bitcoin volvió a acaparar la atención de muchos inversionistas a finales del año pasado, al romper su valor máximo histórico de USD 19,783 el último día de noviembre. Este hito despertó una euforia en el criptomercado que disparó su nuevo máximo de USD 19,845 hasta los 40,000 en poco más del mes y duplicó el precio de Ethereum hasta los USD 1,200.

La fuerza que ha impulsado los rallies durante los últimos meses – llevando por primera vez al valor total del criptomercado a un billón de dólares en enero 6 – se originó principalmente por la intensa actividad de grandes inversionistas institucionales como Grayscale Investments y MassMutual y de compañías públicas como Square, Paypal y MicroStrategy.

El interés institucional ha sido bastante favorable para el crecimiento del joven ecosistema de DeFi (Decentralized Finance, en inglés), ya que da mucha más credibilidad a los criptoactivos, los cuales han sido duramente criticados por inversionistas y economistas de la talla de Warren Buffet y Paul Kugman.

El nuevo paradigma tecnológico de DeFi busca reinventar a los sistemas financieros centralizados tradicionales con aplicaciones descentralizadas —conocidas como dApps— desarrolladas en plataformas blockchain para contratos inteligentes, como Ethereum, EOS o PolkaDot.  

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Con las Apps es posible recrear instrumentos o servicios financieros tradicionales como préstamos o créditos, derivados, seguros de cobertura y exchanges, aprovechando las bondades de la descentralización ya que, gracias a la existencia de varios nodos verificadores, existen varias copias del registro —si falla uno, puede seguir habiendo disponibilidad de servicio, eliminando un único punto de fallo— y éstos sustituyen una autoridad central para verificar las transacciones, que además están disponibles en computadoras y celulares.

2020 fue un gran año para el ecosistema DeFi. El valor total bloqueado (TVL, en inglés, que es el valor total de todos los tokens bloqueados en dApps de DeFi)  aumentó más de 2000%, por lo que comenzó el 2021 con un valor de $15 mil millones de dólares. Además, dApps financieras prometedoras como el exchange de criptomonedas Uniswap, la plataforma de préstamos Compound Finance y el proveedor de seguros Nexus Mutual llegaron a su pico de adopción. Se espera que este año lleguen más inversionistas institucionales y traders profesionales al criptomercado, lo que augura un 2021 de crecimiento exponencial para el ecosistema DeFi.

Tendencia 5: La Telemedicina ajusta el paso

Mientras en 2020 hubo avances en interconectividad, regulación y demanda de telemedicina por la crisis de Covid-19, 2021 será uno de aceleración de procesos y reajustes luego de que llevamos casi un año conviviendo con el virus.

Las afectaciones a la salud mental —depresión, ansiedad, trastornos del sueño, y otros más graves— son en sí una pandemia, por lo que la telemedicina tendrá un papel relevante. Este año aumentarán las terapias virtuales para atender estas afecciones mayores, y otras más cotidianas, tales como posparto, maternidad, orientación general y trastornos por consumo de drogas. También aumentarán los algoritmos para monitorear noticias y redes sociales, para establecer correlaciones entre salud mental y la pandemia y así pronosticar situaciones que están por escalar.

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Conforme avancen las vacunas y —esperemos— terminen los picos de pandemia, muchos procedimientos y consultas no urgentes aplazadas se van a retomar. Sin embargo, la demanda natural será realizar todo lo que se pueda a distancia, lo que requerirá inversiones tecnológicas importantes. La telemedicina se extendería a nuevas áreas como la atención de hipertensión y diabetes, dermatología, y salud sexual.

Para procedimientos en hospitales con menor cantidad de personal, avanzarán soluciones de Realidad Aumentada, tales como escáneres para detectar las venas, el uso de lentes inteligentes para uso en cirugía, entre otras tecnologías.

La telemedicina también acelerará el paso con soluciones de telemonitorización, para que no solo se hagan las consultas a distancia, sino que la información para tomar decisiones también se recolecte a distancia. Ahora ha explotado el uso de oxímetros, pero cada día se interconectarán más dispositivos del Internet de las Cosas Médicas (IOMT, por sus siglas en inglés), que ayudará a que, a través de la prevención y la monitorización, los hospitales estén menos llenos, más gente esté siendo monitorizada simultáneamente y existan menos vacíos de información para médicos y pacientes.

Tendencia 6: Insurtech acelera y despierta el interés de las grandes aseguradoras

En relación con otras industrias grandes y establecidas como la de salud o la bancaria, la industria de los seguros ha cambiado poco en los últimos años. Los canales de servicio de las principales aseguradoras siguen siendo predominantemente físicos — el 60% de sus procesos aún utilizan papel— y los productos que ofrecen han evolucionado poco.

Las aseguradoras tradicionales tienen culturas inherentemente adversas al riesgo y por ello, no sorprende que su transformación digital esté siendo paulatina. De hecho, las aseguradoras solo destinan un 3.6% de sus ingresos a tecnologías informáticas, la mitad de lo que destinan los bancos. Aunque los mayores jugadores dentro de esta industria no estén siguiéndole el paso a la disrupción de las otras, la innovación les está llegando desde afuera y ” el futuro de las aseguradoras esta sucediendo sin las aseguradoras”.

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En los últimos años, la explosión de fintech ha traído de la mano a un importante surgimiento de start-ups de insurance technology o insurtech se estiman cerca de 40 en el país—que buscan mejorar o reinventar los procesos, productos o modelos de negocio de las aseguradoras haciendo uso de las tecnologías digitales. Ejemplos de las ventajas que ofrecen son la digitalización de procesos manuales como la contratación de póliza —destacado por ser tedioso y tardado—, la automatización de la gestión de reclamos y la fijación de primas más precisas usando datos de los asegurados obtenidos vía IoT, como, por ejemplo, las millas manejadas y la habilidad del conductor.

Durante el año pasado la oferta pública inicial (IPO) de la insurtech americana Lemonade causó euforia con los inversionistas al lograr más que duplicar el valor de sus acciones en el primer día de negociación. La app de Lemonade utiliza inteligencia artificial para automatizar el proceso completo de aseguramiento —desde la evaluación del riesgo del cliente potencial hasta la aprobación de reclamos— para agilizarlo drásticamente: un cliente puede contratar una póliza en tan solo 90 segundos y recibir una indemnización en 3 minutos vía un modelo innovador de auto atención.

Root es otra insurtech prometedora que hizo su IPO recientemente, y su modelo se basa en utilizar dispositivos IoT de monitoreo vehicular para ajustar el costo de la prima en base a los hábitos del conductor. El rápido crecimiento del mercado de insurtech—se espera que crezca 41% anualmente entre el 2019 y el 2023— está empujándolas a hacerse públicas o a fusionarse con grandes aseguradoras (como la compra de la start up Insura por Apollo Insurance Solutions), y seguro este año veremos que varias insurtechs buscaran seguir el camino de Lemonade o Root —entre ellas Hippo y Metromile— o venderse al mejor postor.

Tendencia 7: Viajes privados al espacio

El año pasado, SpaceX se convirtió en la primera compañía privada en enviar humanos al espacio, a través de la Crew Dragon Demo-2. Interesantemente, la co-ocupación del espacio por compañías privadas será tendencia este año. En primer lugar, están programados más viajes como el Demo-2, de forma que se domine la trayectoria y se incremente el intercambio con la Estación Espacial Internacional.

En segundo lugar, la carrera por arrancar el ‘turismo espacial’ ya ha arrancado de la mano de las empresas de Richard Branson, Jeff Bezos y Elon Musk. Respectivamente, Virgin Galactic tiene pre vendidos más de medio millar de boletos para pasear por la subórbita terrestre a través de un avión espacial supersónico.

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Blue Origin, de Bezos, terminará las pruebas de un cohete y una cápsula autónomos que despegan verticalmente y puede ser que este año comience a vender boletos para la experiencia. Por otro lado, SpaceX y Boeing tienen acuerdos con la NASA que permitirían incluir la venta de asientos a particulares dentro de las naves espaciales —tasada en millones de dólares— para que acompañen a los astronautas. Boeing también lanzaría un vehículo Starliner tripulado, que fue desarrollado en el mismo marco colaborativo que el Dragon Crew.

Aunado a esto, la startup Orion Span está terminando de diseñar la Estación Espacial Aurora, que funcionará como un hotel, del que ya tiene meses vendidos por adelantado para cuando entre en órbita, ya sea entre el próximo año y 2024.

Mientras estos eventos ocurren, Blue Origin y SpaceX trabajan con la NASA para acelerar los programas que derivarán en el regreso a la luna —competencia que China aventaja luego del alunizaje en el lado oscuro del satélite en 2019— y las misiones a Marte, que sucederían alrededor de cuatro años. Finalmente, los avances en este año serán sustanciales para tendencias que podrían suceder en 2022: minería en satélites y asteroides, así como generar y administrar agua en el espacio.

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Por Javier Arreola y Juan Carlos Murillo*

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