Escribía Henry A. Kissinger en un artículo de 2014 que “Tratar a Ucrania como parte de una confrontación Este-Oeste hundiría durante décadas cualquier posibilidad de llevar a Rusia y Occidente, especialmente Rusia y Europa, a un sistema internacional cooperativo” [1].

Lo dicho por el diplomático norteamericano adquiere una renovada importancia a la luz de una crisis que hoy provoca preocupación a nivel internacional. Para entender en sus grandes generalidades un conflicto de tal complejidad, desde sus causas como sus potenciales efectos, propongo analizarlo desde sus implicaciones económicas, principalmente respecto al mercado de los combustibles fósiles.

Como punto de partida habría que decir que cerca del 45 por ciento de las importaciones de gas que recibe Europa provienen de Rusia y que el estado ucraniano alberga gran parte de las redes de gasoductos rusos que abastecen a Europa.

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Ante la ofensiva militar lanzada por Putin hacia Ucrania, el hecho anterior adquiere una relevancia estratégica para comprender el conflicto. El uso del gas, un combustible fósil, aparece como una potencial arma de presión que lo mismo funciona de Putin hacia Europa, pero también de Occidente hacia Rusia.

La construcción del controvertido gasoducto llamado Nord Stream 2 (NS2) por el que Rusia sería capaz de transportar gas directamente a Alemania a través del mar Báltico, sin pasar por Ucrania o Polonia, esperaba desde hace meses una certificación “técnica” para poder funcionar.  Pero la viabilidad del colosal gasoducto está prácticamente eliminada, con la suspensión del proceso de aprobación por parte del canciller alemán Olaf Scholz, como respuesta contundente a la acción militar de Rusia en Ucrania. Esta decisión supone un duro golpe al ambicioso proyecto energético de Putin, que se jugaba en ello ampliar aún más el dominio ruso del mercado europeo del gas, pero también para Alemania, quien comienza a ser criticada por tener una política complaciente hacia Putin en las últimas dos décadas.

Olaf Scholz, electo como canciller apenas en diciembre del año pasado y que gobierna con una coalición tripartita, ha reiterado su compromiso con la transición energética, de tal suerte que este año Alemania abandone definitivamente la energía nuclear. Para dar el paso hacia energías renovables ese país necesita del gas natural para la etapa de transición, pero con la crisis ruso-ucraniana ésta podría ponerse en jaque, al menos en el corto plazo.

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Si bien otras naciones europeas dependen en menor medida del gas ruso, como Reino Unido, una determinación de parte de Putin de cortar el suministro de gas al continente sería crítica en el contexto de crisis energética que ya experimenta Europa, profundizada por las condiciones climáticas y por la pandemia del Covid-19 y sus efectos en las economías europeas. Además, Rusia también provee de petróleo crudo y carbón a Europa en proporciones importantes, 27% y 47% respectivamente en 2019, por lo que un eventual cierre de la llave rusa de los ansiados combustibles podría recrudecer los aumentos de precios de los energéticos para los consumidores europeos[2].

Las consecuencias de este cierre podrían adquirir dimensiones globales si el petróleo ruso deja de abastecerse en otras regiones del mundo. En 2019 por ejemplo, Rusia fue el tercer productor mundial de petróleo, y la mayor parte de sus exportaciones se enviaron a China y los principales mercados europeos[3].

Decía Kissinger que la prueba de la política es cómo termina la guerra, no cómo comienza. En un contexto de amplia incertidumbre sobre el rumbo que tomarán los acontecimientos, lo que si podemos saber es que un escenario de severas consecuencias económicas tanto para Europa como para Rusia vendría de la mano de un cese de los flujos de gas y petróleo. Sin duda, un duro recordatorio para el mundo de lo dependientes que seguimos siendo de los combustibles fósiles.

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[1] “Henry Kissinger: To settle the Ukraine crisis, start at the end”, The Washington Post, 5 de marzo de 2014. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/opinions/henry-kissinger-to-settle-the-ukraine-crisis-start-at-the-end/2014/03/05/46dad868-a496-11e3-8466-d34c451760b9_story.html

[2] “Las consecuencias económicas del conflicto entre Rusia y Ucrania llegarán en tres fases diferentes”, Vicente Nieves, 22 de febrero de 2022. Disponible en: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11630023/02/22/Las-consecuencias-economicas-del-conflicto-entre-Rusia-y-Ucrania-llegaran-en-tres-fases-diferentes.html

[3] “Perfil de los diez principales países productores de petróleo del mundo” World Energy Trade, 8 de diciembre de 2021. Disponible en: https://www.worldenergytrade.com/oil-gas/produccion/perfil-de-los-diez-principales-paises-productores-de-petroleo-del-mundo

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Contacto:

Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford y Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Twitter: @palmiratapia

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