Por mucho tiempo, los analistas tecnológicos han estado anticipando la desaparición de los grandes procesadores, esas computadoras (mainframe) que ocupan un gran espacio que han sido parte de los entornos empresariales por más de 50 años, que alojan aplicaciones críticas y almacenan datos masivos. El mainframe es visto por algunos como una plataforma que puede ya no ser funcional a las necesidades actuales, un legacy que podría ceder ante tecnologías de nueva generación como la nube.

Sin embargo, el hecho es que el mainframe sigue vigente y consolidado en industrias como la financiera, la aeronáutica, entre otras altamente especializadas, donde se utiliza para procesar cantidades masivas de datos y transacciones. A lo largo de más de medio siglo, el mainframe ha logrado evolucionar y madurar para ofrecer altos niveles de estabilidad y robustez.

La nube, por su parte, es relativamente joven. Inició su auge con el nuevo siglo y es considerada hoy por las organizaciones como una alternativa viable que impulsa su crecimiento y que les da la capacidad necesaria para adecuarse a las nuevas condiciones bajo las que hacen negocio.

Ambas tecnologías son el centro de un apasionado debate: ¿mainframe o nube? Cada una tiene grandes defensores aguerridos, pero más allá de los argumentos para apoyar a cada una, lo cierto es que los mainframes tienen un papel que desempeñar, incluso en las estrategias más agresivas basadas en la nube, y viceversa. En el grueso de los escenarios, no es si una u otra, sino ambas.

El mainframe, en particular, ha sido viable como una plataforma estratégica para las organizaciones durante mucho tiempo, y no será remplazado como uno de los componentes críticos de la infraestructura de TI de algunas organizaciones. Incluso, en algunos casos, está experimentando un resurgimiento.

La nube, mientras tanto, ha superado los problemas de seguridad de los que adoleció en sus inicios, gracias en gran medida a las importantes inversiones que hicieron los principales hyperscalers. Su flexibilidad y capacidad de cómputo y almacenamiento se suman a su robustez para ofrecer un entorno para migrar aplicaciones y cargas de trabajo críticas para el negocio.

Asimismo, las aplicaciones que fueron hechas para el mainframe y evolucionaron con él, están pensadas para que puedan aprovechar la estabilidad y la robustez que ofrece, mientras que muchas de las nuevas aplicaciones se desarrollaron en torno a las funcionalidades de la nube.

En la práctica, los líderes empresariales y de TI están logrando integrar tanto a la nube como el mainframe en una amplia gama de modelos híbridos donde las organizaciones aprovechan las nuevas capacidades de la nube al tiempo de conservar las fortalezas inherentes de los mainframes.

La industria financiera es un ejemplo de esto. Se implementan ambientes híbridos donde se utiliza el mainframe para las aplicaciones que tienen un uso estable y proyectado, y la nube para aquellas aplicaciones que requieren un entorno flexible y adaptable. Pero también un entorno en el que el negocio requiere interactuar con ambas plataformas e intercambiar información entre ellas para llevar a cabo con eficacia sus procesos de negocio.

A futuro, en lugar de adoptar un modelo exclusivamente basado en la nube o en el mainframe, las estrategias empresariales aprovecharán las fortalezas de cada uno, dando a los líderes de TI y empresariales mayor flexibilidad para enfrentar nuevos retos, oportunidades y riesgos.

El mundo de la tecnología está en constante cambio. Lo que es posible anticipar es que el mainframe aún estará presente por mucho tiempo más, seguirá madurando y evolucionando para complementarse e interactuar con una tecnología como la nube, la cual también continuará fortaleciéndose y creciendo.

Fuente:

Deloitte Insights, Mainframe or Cloud? We asked. Most are taking a third path: https://www2.deloitte.com/us/en/pages/consulting/articles/cloud-or-mainframe.html, 29 de octubre de 2020.

Ramón Barrón es Socio de Systems Engineering en Consultoría, Deloitte México*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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