Aunque no se puede prever el impacto que causará el desplome que registran los precios del petróleo en el mercado internacional, es un tema de suma importancia que puede causar un daño mayor a la deprimida economía mexicana.

El año pasado, cuando la mayoría de las economías crecieron, el Producto Interno Bruto de México decreció por una política de austeridad llevada al límite y la incertidumbre entre los inversionistas que causaron las decisiones del gobierno federal, que aún a la fecha siguen moviéndose como una veleta.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador apuesta por un crecimiento económico de dos por ciento durante 2020, pero esa previsión se antoja alejada de la realidad, ya que el contagio de coronavirus (Covid-19) que se originó en China está impactando la economía de ese país y se extiende a otras latitudes.

China es el principal importador de petróleo, con un volumen de compras diarias que supera los 10 millones de barriles, pero ante la desaceleración económica está disminuyendo la demanda de crudo y esa situación se agravó cuando en la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) del 7 de marzo, Arabia Saudita y Rusia se confrontaron por las políticas de exportación para mantener los precios.

Rusia considera que, al disminuir su producción, para estabilizar los precios beneficia a Estado Unidos que se ha convertido en un exportador relevante de crudo, con una producción de 13 millones de barriles al día, así que Rusia anunció que a partir del 1 de abril producirá y colocará en el mercado tanto energético como quiera, mientras que Arabia Saudita inició un programa de descuentos en sus precios por cada barril de petróleo de entre cuatro y siete dólares.

El contagio del Covid-19 ha causado descalabros en los mercados financieros, pero la guerra en el mercado del petróleo ocasionado por Rubia y Arabia Saudita llevaron a las bolsas de valores a niveles no vistos desde los ataques terroristas del 19 de septiembre y la crisis financiera global de 2009.

La caída en los precios del crudo beneficia de manera directa a los países importadores de ese energético, pero sin duda afecta a los exportadores como México. De hecho, la mezcla mexicana de petróleo cayó a 24.43 dólares en promedio el lunes 9 de marzo y el tipo de cambio superó los 21 pesos por dólar, lo que necesariamente se traducirá en un menor crecimiento económico y restricciones presupuestales para el gobierno federal.

El secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera descartó un impacto en los ingresos derivados de la exportación de crudo, toda vez que mantiene un programa de coberturas petroleras, pero es un hecho que tendrá que pagar más por los combustibles que importa así que de cualquier manera la balanza comercial energética se verá afectada.

Pese al optimismo que muestra el encargado de las finanzas públicas, se está fraguando la tormenta perfecta en el exterior: coronavirus-desaceleración económica y guerra petrolera. Es necesario que el gobierno aplique un programa de emergencia económica y que reduzca su gasto corriente y de asistencialismo a los grupos que menos lo requieran.

 

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