Casi la totalidad de los grandes proyectos que esta administración federal presenta como icónicos, pertenecen al viejo paradigma, es decir, a pensar que el hombre es el centro y la medida de todas las cosas.
Esto no tiene que ver con buenas o malas intenciones, porque seguramente el presidente pretende hacer algo benéfico para el país y que ello a su vez, haga que su nombre quede grabado en letras doradas dentro de los anales de la historia que tanto le apasiona.
Sin embargo, el problema pareciera ser ese; que su concepción de la realidad no corresponde al espacio de tiempo en que vivimos.
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El hecho de que, en pleno siglo XXI se construya una refinería, se ponga en marcha un Tren Maya de Diésel, se restablezcan las centrales de combustóleo de la CFE, se ataque a las empresas generadoras de energías limpias y por si fuera poco, se anuncie con bombo y platillo la compra de otra refinería de petróleo en EU, es una muestra inequívoca de que el actual gabinete se encuentra atrapado en el siglo pasado.
Es evidente que no existe un criterio predominante que entienda que cualquier tipo de proyecto que afecte al medio ambiente, independientemente de su factibilidad para solucionar parcialmente un problema, se constituye como un despropósito para la vida en general.
Quienes viven bajo el viejo paradigma, piensan que “venimos” a este mundo, cuando en realidad nacimos de él, somos producto de su evolución, y nuestro destino está íntimamente ligado a ese frágil pero increíble equilibrio natural que sostiene la vida.
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El nuevo paradigma de los gobiernos y sus ciudadanos, subyace en el entendimiento de la integración del ser humano con su entorno, porque somos tan parte de él, como él es parte de nosotros.
Gobernar aquí y ahora, con visión de Estado, implica tomar responsabilidad por el presente. Apostarle al viejo paradigma no solo significa perder ese presente, sino también empeñar el futuro.
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Twitter: @jorgeivand
Jorge Iván Domínguez es maestro en políticas públicas por la Universidad Panamericana, Director General de GobernArte S.C. ha ocupado cargos directivos en el sector público, la iniciativa privada y en medios de comunicación*
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
